En la garganta del ¡°diablo verde¡±
La de la absenta es una historia de supervivencia y clandestinidad, de resistencia y de devoci¨®n. Visitamos el valle suizo en el que naci¨® esta bebida, que fue ilegal durante casi un siglo
En la pel¨ªcula Dr¨¢cula de Francis Ford Coppola, en una escena de ambientaci¨®n neog¨®tica, un malandr¨ªn Gary Oldman le dice a la magn¨¦tica Winona Ryder lo siguiente: ¡°Absenta, es el afrodisiaco del yo. El hada verde que vive en la absenta quiere tu alma, pero t¨² est¨¢s a salvo conmigo¡±. No es este el ¨²nico filme en el que se mencionan las facultades narcotizantes de la absenta, tambi¨¦n aparecen en Vidas al l¨ªmite (que contaba la historia entre Rimbaud y Verlaine) o en Moulin Rouge, o en el thriller Las brigadas del tigre o, a¨²n m¨¢s lejos, en el fundacional cortometraje de 1889 La bonne absinthe, dirigido por Alice Guy, la primera mujer cineasta, en el que un minuto daba de sobra para revelar el poder transformador de la bebida.
Bien o mal, todo el mundo ha o¨ªdo hablar de la absenta. Toulouse-Lautrec, que si de algo sab¨ªa, aparte de pintar, era de pasarlo bien por la noche, sol¨ªa pedir en las barras de Montmartre una mezcla a la que llamaba tremblement de terre (terremoto), que consist¨ªa en llenar un vaso con igual cantidad de absenta que de co?ac. Arde Par¨ªs. Hemingway, que, adem¨¢s de escribir, era experto en que no se le escapara ni una barra, invent¨® un c¨®ctel al que llam¨® Muerte en la tarde, como una de sus novelas, que consist¨ªa en llenar un vaso alargado con absenta y champ¨¢n. Puro fuego.
Para conocer en profundidad esta bebida hist¨®rica, legendaria, sulfurosa y sorprendente, los viajeros curiosos o con alma transgresora est¨¢n invitados a conocer la ruta de la absenta en la regi¨®n suiza de Neuch?tel, en el valle de Val-de-Travers, a partir de pueblos como Boveresse o Couvet, donde naci¨® esta f¨¦e verte (hada verde) all¨¢ por 1720.
Hijo de un antiguo destilador clandestino, Philippe Martin, responsable de la destiler¨ªa y tienda La Valote Martin, ubicada en la Maison Petitpierre, en Boveresse, muestra el desv¨¢n donde seca sus plantas, mientras explica los secretos de su fabricaci¨®n, las influencias en la econom¨ªa local o las vicisitudes que resisti¨® la absenta durante su ¨¦poca de clandestinidad. ¡°La planta de la absenta que se utilizaba desde 2.000 a?os antes de Cristo¡±, dice, ¡°es la Artemisia absinthium. Tenemos la Artemisia absinthium, a la que llamamos gran absenta, y tambi¨¦n est¨¢ la Artemisia pontica, a la que llamamos peque?a absenta¡±.
En el vecino Couvet se cre¨® en 1797 la primera destiler¨ªa industrial. A?os despu¨¦s, en 1805, el avispado Henri-Louis Pernod, para librarse del pago de impuestos de aduana, tuvo la idea de crear otra destiler¨ªa en el vecino pueblo franc¨¦s de Pontarlier, un acto que acabar¨ªa siendo determinante porque, una vez prohibida la absenta, dar¨ªa lugar a la invenci¨®n y a la difusi¨®n del past¨ªs. ¡°En 1850 la absenta se encontraba por todo el mundo. Vive su momento ¨¢lgido en la belle ¨¦poque¡±, explica Martin. ¡°En 1870 la filoxera ¡ªuna enfermedad de las vides¡ª se ceb¨® con las vi?as, y al haber muy poco vino la absenta devino el alcohol del momento. En 1910 se consumieron solo en Francia 36 millones de litros¡±. ?Por qu¨¦ tuvo tanto ¨¦xito entre los artistas? ¡°La flor contiene una mol¨¦cula llamada tujona que en grandes cantidades puede generar alucinaciones, ahora se controla regularmente¡±.
En 1905, tras haber bebido vino durante todo el d¨ªa, un viticultor de la regi¨®n lleg¨® a casa y se tom¨® dos absentas m¨¢s para seguidamente asesinar a su esposa y a sus dos hijas. Los viticultores y la Iglesia culpabilizaron a la absenta y promovieron su prohibici¨®n. En 1910 se prohibi¨® en Suiza y en 1914 tambi¨¦n en Francia. As¨ª se inici¨® casi un siglo de clandestinidad, hasta que en 2005 fue de nuevo legalizada y algunos de los antiguos fabricantes volvieron a solicitar licencia. ¡°Durante la clandestinidad, mi padre trabajaba en Correos entre Neuch?tel y La Chaux-de-Fonds y transportaba tel¨¦fonos y absenta, su mejor amigo trabajaba en el mostrador y la vend¨ªa. Enviabas dos cartas y pillabas una botella, el c¨®digo era lapin [conejo en franc¨¦s]. En el restaurante ped¨ªas petit lait y te la tra¨ªan en otro recipiente¡±. Martin contin¨²a una tradici¨®n iniciada con su bisabuela, un t¨ªo de esta, su abuelo, su t¨ªo y su abuelo. En 2014 abandon¨® su trabajo en la compa?¨ªa Autodesk y retom¨® esta pasi¨®n. Los n¨²meros han dado la raz¨®n a su atrevimiento. Produce 9.000 litros y vende 15.000 botellas al a?o. En las vitrinas destacan los 10 tipos de absenta: de 54 grados de alcohol, de 65 y de 72. ¡°La n¨²mero 1 es la belle ¨¦poque, la que hac¨ªa mi padre en la clandestinidad. Equilibrada, ni dulce ni amarga, de 54 grados, las plantas como el hinojo, el an¨ªs o la melisa combaten el amargor de las dos absentas¡±.
Con estas botellas Martin ha ganado premios mundiales cuyos certificados pueblan las paredes de su hogar. El pasado diciembre el canal Arte le dedic¨® un programa y los pedidos se dispararon. ¡°La absenta es un aperitivo, se debe servir con una fontaine de aire modernista que tanto proliferaron en la belle ¨¦poque. Y nunca se pone un hielo en el vaso, sino en el agua¡±, insiste. El sabor floral y arom¨¢tico remite a los bebedores de absenta de Degas, abstra¨ªdos en sus pensamientos, o a Van Gogh, que se cort¨® una oreja al parecer despu¨¦s de un tardeo absentista.
En M?tiers, a un kil¨®metro, se encuentra la Maison de l¡¯Absinthe, un museo que recibe 12.000 visitantes al a?o, una barbaridad para un enclave tan perdido en el mapa. La ubicaci¨®n no es casualidad, este edificio fue la prefectura en la que los jueces fijaban las multas que deb¨ªan pagar los fabricantes clandestinos. En las salas se entiende hasta qu¨¦ punto la absenta estuvo presente en las guerras de colonizaci¨®n, cuando se daba una botella a cada soldado para reactivar la digesti¨®n y evitar el c¨®lera. Caran D¡¯Ache dibujaba en las revistas sat¨ªricas escenas con la absenta y Le Corbusier incluso dise?¨® un juego de la oca basado en la absenta. Asimismo, se entiende la importancia que tuvo en el arte del cartelismo y en la emancipaci¨®n de la mujer. Fueron ellas quienes, al encontrar el producto muy amargo, a?adieron el az¨²car con la cuchara y la fuente de agua. ¡°?Cu¨¢l es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?¡±, se preguntaba Oscar Wilde. Para hallar la respuesta no hay mejor lugar que este.
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