Milagro en el ¡®amazon de las favelas¡¯
Liderada por un empresario de 23 a?os y con 370 empleados, Favela Brasil Xpress ha hecho posible que los ciudadanos de Parais¨®polis ¡ª100.000 almas en S?o Paulo y un poderoso movimiento vecinal¡ª accedan a los art¨ªculos que necesitan.
Las chabolas empezaron a multiplicarse de manera desordenada y a velocidad de v¨¦rtigo en Parais¨®polis, una barriada de S?o Paulo, durante las d¨¦cadas de los cincuenta y los sesenta porque dos obras cercanas eran un im¨¢n para los miles de personas que llegaban del Brasil m¨¢s pobre huyendo de la sequ¨ªa y la miseria. Ellos construyeron el hospital donde Pel¨¦ muri¨® a finales de 2022 y el estadio de Morumbi, donde O Rei marc¨® en 1971 su ¨²ltimo gol con la selecci¨®n brasile?a. Los emigrantes reci¨¦n llegados iban levantando chabolas donde pod¨ªan y as¨ª fue creciendo Parais¨®polis. No es, ni mucho menos, una favela m¨¢s. Es centenaria, y una de las m¨¢s pr¨®speras de Brasil porque, como est¨¢ pegada a un barrio pudiente, buena parte de sus vecinos trabajan como empleadas del hogar, ni?eras, jardineros o porteros en viviendas cercanas. En el linde entre esta favela y las lujosas torres de al lado se tom¨® uno de los retratos de la desigualdad m¨¢s famosos del mundo.
Pese a los problemas de transporte, seguridad y saneamiento, un ambicioso movimiento vecinal ha convertido este laberinto abigarrado en laboratorio de iniciativas para resolver problemas cotidianos del vecindario que exportan a otras barriadas. Favela Brasil Xpress, que viene a ser un Amazon a peque?a escala, es fruto de uno de esos experimentos, nacidos siempre de la mano de la iniciativa privada. Gracias a esta empresa de log¨ªstica, Claudia Regina, de 51 a?os, pudo recibir en el bar que regenta el ventilador, la freidora y el grill que compr¨® por internet. Ha ganado tiempo y comodidad. ¡°Antes hab¨ªa que ir hasta Correos, a la calle Giovanni¡±, dice. En zonas como esta, el transporte p¨²blico es francamente mejorable y la lluvia convierte cualquier desplazamiento en una odisea.
Para quienes viven en favelas, comprar por internet significaba buscarse la vida para recoger la mercanc¨ªa porque lo normal es que no llegara a sus casas. Lo cuenta el precoz consejero delegado de Favela Brasil Xpress, Givanildo Pereira, de 23 a?os. ¡°Supongamos que vives aqu¨ª y quieres comprarte un m¨®vil. Entras en la web, ves el que te gusta y, cuando vas a finalizar la compra, colocas tu c¨®digo postal y te dice: producto agotado¡±. En realidad, no es que falte stock de ese producto concreto, es que el c¨®digo postal est¨¢ bloqueado.
Apelan a una clientela ignorada por las empresas. ¡°A veces pensaban que iban a robar al entregador, que el coste de la entrega ser¨ªa mayor que la ganancia por tener que pagar escolta o seguro, que no iban a encontrar la direcci¨®n exacta¡ y prefer¨ªan no hacer env¨ªos a estas barriadas¡±, explica Pereira bajo una sombrilla junto a la sede de la asociaci¨®n de vecinos de Parais¨®polis.
Esta compa?¨ªa es el intermediario gracias al que los vecinos pueden comprar por internet. Y las distribuidoras han encontrado un mercado prometedor en vista de que 17 millones de brasile?os viven en una favela, casi uno de cada diez. Y en ocasiones facilita que los muchos vecinos de esp¨ªritu emprendedor abran un peque?o negocio. ¡°Aqu¨ª la gente tiene buenas ideas porque vivimos rodeados de problemas, lo que faltan son oportunidades¡±, apunta el empresario veintea?ero.
Parais¨®polis es el hogar de unas 100.000 personas, un laberinto con medio centenar de calles con nombre y, atenci¨®n, unos 2.000 callejones an¨®nimos. Es parte del territorio perif¨¦rico de S?o Paulo dominado por el Primer Comando de la Capital (PCC), un poderoso grupo criminal que funciona como una hermandad de delincuentes, trafica con drogas y proh¨ªbe matar sin permiso.
Pereira siempre fue curioso y, como tantos que han nacido en la miseria, creci¨® con la obsesi¨®n de ayudar a su madre y hermanos a salir adelante. Pero su ¨¦xito es todav¨ªa excepcional. En una ciudad tan desigual como S?o Paulo, el futuro que te espera puede ser muy distinto si has nacido ¡°del puente para all¨¢ o del puente para ac¨¢¡±. Para quien vive en la periferia de esta megal¨®polis el r¨ªo es un muro, la divisa entre tener oportunidades o no. ¡°Imagina un cr¨ªo hiperactivo, listo, que vende alg¨²n producto en un sem¨¢foro¡, la gente dice, ¡®mira, germen de carterista, de delincuente, no sirve para nada¡¯. O te puedes convertir en el mejor asaltante de bancos de Brasil. En cambio, un ni?o con ese esp¨ªritu emprendedor, con esas mismas cualidades, que crece en un barrio rico, es visto como un potencial consejero delegado o incluso presidente de Brasil¡±, recalca el empresario.
Entre las muchas satisfacciones que le da la Favela Brasil Xpress est¨¢ dinamitar estereotipos, haberse convertido en referente para la chavaler¨ªa, que vean que alguien que se crio en una zona rural de un Estado pobre como Para¨ªba y que al llegar a Parais¨®polis de adolescente tuvo que convivir en una chabola con una decena de parientes, ha logrado prosperar hasta niveles dif¨ªcilmente imaginables. Pereira fue a la Universidad y es un pionero en su familia, en la que nadie antes tuvo un negocio.
Favela Brasil Xpress naci¨® en abril de 2020, da trabajo a 370 personas, incluidos 300 entregadores, y ha repartido 1,3 millones de paquetes. ¡°La operaci¨®n de Parais¨®polis es el proyecto piloto que hemos extendido a Heli¨®polis, Diadema, Cap?o Redondo, Sol Nascente, Jardim Teres¨®polis¡¡±, enumera. Quieren ampliar el negocio a 50 favelas.
Claudia Regina tiene un negocio en una de las calles principales. Cuenta que por culpa del coronavirus tuvo que cambiar el horno por una mesa de billar. ¡°Era una panader¨ªa, pero en la pandemia perd¨ª el horno y el resto de los equipos, que eran alquilados¡±, dice. Poco a poco compr¨® lo necesario para convertirlo en un bar. Cada paquete lleg¨® puntual a su direcci¨®n: 97HF QVCP S?o Paulo.
Parais¨®polis es la barriada en la que otras se miran. Las 10 favelas m¨¢s ricas de Brasil crearon el G10 para compartir experiencias y emprender iniciativas conjuntas, siempre de la mano de la iniciativa privada. Tienen relaci¨®n estrecha con empresas y patrocinios diversos. Son parte de una generaci¨®n que ha convertido el concepto favela en marca y motivo de orgullo.
El potente movimiento vecinal de estas favelas tiene escasa o nula confianza en el Estado. Tras esperar durante d¨¦cadas unos servicios de id¨¦ntica calidad a los de barrios ricos, decidieron ponerse manos a la obra. Y en ello siguen. Gilson Rodrigues, mentor del precoz empresario y alma de la din¨¢mica Parais¨®polis, explica: ¡°Trabajamos sin el Estado porque el Estado nos abandon¨®. Parais¨®polis tiene 101 a?os. Si el Estado lo hubiera hecho bien, no existir¨ªa este sistema que no resuelve nuestras necesidades y que nos coloca como sin¨®nimo de violencia. No queremos subsidios, no queremos lo b¨¢sico, queremos transformar nuestras vidas¡±, apunta.
Como otros ciudadanos brasile?os que han logrado prosperar, para el empresario y emprendedor Pereira la gran ilusi¨®n de su vida era construir una casa a su madre. Tambi¨¦n se ha comprado un cochazo y se ha mudado. Vive cerca, en la frontera con Parais¨®polis.
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