Hay un tipo de personalidad que eleva el riesgo de sufrir un infarto
La conducta tipo A se identifica con un porcentaje alto de personas que sufren infartos. Muchos pacientes tratan de suavizar sus rasgos para disminuir el riesgo.
Se necesita cierta cantidad de hostilidad para avanzar por el mundo¡±. ¡°Las otras personas son ignorantes e ineptas¡±. ¡°Va a arrepentirse de lo que ha hecho¡±. ¡°Dar y recibir amor es un signo de debilidad¡±. ¡°Si no me ocupo yo de las cosas, no lo hace nadie¡±. ¡°Con una vez que se digan las cosas es suficiente¡±. Este estilo de pensamiento caracteriza a un perfil de personalidad llamada tipo A.
Los cardi¨®logos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman diferenciaron cuatro patrones de personalidad en la d¨¦cada de los cincuenta (A, B, C y D) en funci¨®n de c¨®mo las personas reaccionaban ante situaciones diversas. Cada persona tiene una combinaci¨®n de rasgos aunque predomine cierta tendencia. La personalidad tipo B caracteriza a personas relajadas, alegres, pacientes, despreocupadas, poco competitivas y conformistas. La personalidad tipo C define a personas sistem¨¢ticas, pensativas, sensibles y prudentes. La personalidad tipo D describe a personas apenadas, negativas, pesimistas y socialmente inhibidas que evitan compartir emociones negativas. Tanto el patr¨®n de conducta tipo A como la personalidad tipo D se consideran factores de riesgo cardiovasculares porque predomina una mayor tendencia al estr¨¦s, lo que repercute sobre la salud.
. Su pensamiento tiende a la rigidez. Casi nunca est¨¢n satisfechos. Pueden tener conflictos interpersonales al no cuidar las relaciones profundas y carecer de amigos ¨ªntimos. A nivel fisiol¨®gico, se exponen a un estado de hiperalerta f¨ªsica y mental que les hace ignorar las necesidades del cuerpo y menospreciar el descanso. Este estado repercute en su sistema nervioso, hace que se eleve el ritmo cardiaco, la presi¨®n arterial, la tensi¨®n muscular, los niveles de colesterol y los triglic¨¦ridos.
Un porcentaje alto de personas que sufren un infarto se identifican con la personalidad tipo A. Muchos pacientes tratan de suavizar estos rasgos de personalidad para disminuir el riesgo. Es fundamental conseguir una actitud adecuada porque, como dec¨ªa S¨¦neca, ¡°el deseo de curarse es la mitad de nuestra salud y el poder de la mente debe tenerse en cuenta para alcanzarlo¡±. El trabajo consiste en proporcionar t¨¦cnicas o pautas de conducta adecuadas para aprenden a distinguir entre lo prioritario y secundario; diferenciar lo que est¨¢ y lo que no est¨¢ bajo nuestro control; establecer objetivos realistas y gestionar el tiempo de una forma adecuada; aprender a verbalizar emociones positivas y negativas; incluir la pr¨¢ctica de la relajaci¨®n o la meditaci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa y practicar la gratitud.
Pero lo que m¨¢s cuesta a los pacientes con personalidad tipo A es manejar la ira y la agresividad. Dec¨ªa Arist¨®teles que ¡°todo el mundo puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el prop¨®sito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan f¨¢cil¡±. La agresividad aparece tras un pensamiento irracional como los del inicio del art¨ªculo o si se aguanta mucho hasta que se explota como una olla a presi¨®n. Hay varios libros que ayudan a manejar mejor la ira. Desde los cl¨¢sicos Sobre la ira o El arte de mantener la calma: un manual de sabidur¨ªa cl¨¢sica sobre la gesti¨®n de la ira, de S¨¦neca, hasta los m¨¢s recientes como Controle su ira antes de que ella le controle a usted, del psic¨®logo Albert Ellis.
El objetivo ser¨ªa aprender a no esperar tanto y decir las cosas en cada momento pero de la manera adecuada. Esto exige ser conscientes de las situaciones que hacen que la ira se desborde. En ocasiones conviene decir a la otra persona que uno est¨¢ empezando a ponerse nervioso y que va a dar una vuelta hasta calmarse. Otras veces es mejor utilizar alguna excusa (ir un momento al ba?o o decir que tienes que marcharte). Durante el intervalo que dure el ¡°tiempo fuera¡± conviene llevar a cabo alguna actividad que ayude a reducir la ira. Utilizar frases que calmen formuladas en forma positiva, es decir, afirmaciones acerca de aquello que quieres conseguir: ¡°Voy a estar tranquilo¡±. Algunos ejercicios ayudan a distraerse: contar de 100 a cero de siete en siete¡ Centrar la atenci¨®n en un objeto de la habitaci¨®n o, si uno est¨¢ en la calle, en un escaparate tambi¨¦n funciona. Del mismo modo, ser¨ªa necesaria una reflexi¨®n profunda de las creencias irracionales que tengan que ver con el reto, ¨¦xito, ambici¨®n, la forma en c¨®mo eval¨²a a los otros y a s¨ª mismo, que est¨¢n condicionando que se fortalezca este patr¨®n de conducta tipo A.
Esto defienden en su libro Coraz¨®n y mente Luis Rojas Marcos y Valent¨ªn Fuster, que reafirman la importancia de revisar las prioridades de la vida. Si la salud y la calidad de vida importaran m¨¢s, el manejo de la ira se har¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente.
Patricia Fern¨¢ndez Mart¨ªn es psic¨®loga cl¨ªnica en el Hospital Ram¨®n y Cajal.
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