En este s¨®tano se revel¨® la historia de Mallorca
Casa Planas, el edificio en el que naci¨® la imagen tur¨ªstica de las Baleares, busca conservar y sacar a la luz su archivo de m¨¢s de tres millones de fotograf¨ªas.
En un primer plano, mujeres rubias en ba?ador y biquini que toman el sol con los pies sumergidos en el agua turquesa de una piscina. En un segundo plano, parejas tumbadas en hamacas, morenos, relajados, con una copa en la mano, resguardados bajo toldos de rayas. Al fondo, un edificio blanco con arcos y ventanales sobre cuya fachada cuelgan las letras que por la noche se iluminar¨¢n creando la palabra ¡°hotel¡±. Todo ello ba?ado por una luz fuerte. Una imagen en la que nunca se pone el sol y en la que nunca est¨¢ nublado. Un cielo azul saturado que promete la felicidad. ¡°Esta es la imagen que ha quedado taladrada de las islas Baleares, estos azules, este momento de vacaciones, este horario de placer. Aqu¨ª se cre¨® y despu¨¦s se distribuy¨® al mundo¡±, cuenta Marina Planas sobre la postal que su abuelo Josep Planas i Montany¨¤ cre¨® para promocionar Mallorca en el resto de Europa. Una imagen id¨ªlica de la isla que naci¨®, precisamente, en el edificio de 4.000 metros cuadrados donde ahora est¨¢ Casa Planas, un centro de creaci¨®n art¨ªstica que anta?o era la oficina central y laboratorio de su abuelo. ¡°En estos s¨®tanos se revel¨® la historia de las islas Baleares¡±, apunta Marina. Los tubos por los que corr¨ªa el l¨ªquido de revelado y las cubetas pegadas a la pared del s¨®tano dan cuenta de ello.
Todo comenz¨® cuando el abuelo Josep vino por los a?os cuarenta desde Catalu?a a hacer la mili en Mallorca. Se enamor¨® de la isla, del color y de la luz y se qued¨®. Eran los a?os de las oportunidades. Aficionado a la fotograf¨ªa desde que le regalasen una c¨¢mara de ni?o, cuando pis¨® la isla lo hizo en el momento exacto en el que arrancaba su crecimiento. Abri¨® su primera tienda de fotograf¨ªa en 1948, justo en el momento del boom de las postales, y contribuy¨® de manera definitiva a promocionar Mallorca en el exterior generando por primera vez un formato de postal industrial. El sur se convirti¨® en el lugar de recreo del norte y ¨¦l cogi¨® la ola. A los dos a?os, Josep Planas ya hab¨ªa abierto su segunda tienda. Lleg¨® a tener 21 establecimientos en los que vend¨ªa postales y reportajes fotogr¨¢ficos y que, a su vez, funcionaron como la verdadera cantera de los fot¨®grafos de Mallorca.
Al principio la demanda no era tanto de los turistas como de los hoteleros de la isla que necesitaban la foto de su establecimiento, de su playa y su paisaje. Se compr¨® un helic¨®ptero para tomar im¨¢genes a¨¦reas de las calas y de las playas que, por aquel entonces, no estaban a¨²n domesticadas por el ladrillo y el hormig¨®n, y, de paso, se convirti¨® en uno de los primeros fot¨®grafos europeos en tener un helic¨®ptero para tomar las instant¨¢neas. ¡°Era un innovador. En aquellos a?os no ten¨ªa helic¨®ptero ni la Guardia Civil y se lo ped¨ªan prestado cuando ten¨ªan que hacer persecuciones y redadas¡±, rememora Marina.
En los sesenta, Josep comienza a trabajar con el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo franquista, dirigido entonces por Manuel Fraga. Nace el lema Spain is different, y Josep retrata una Mallorca ficticia que se superpone a la real. Una isla de ensue?o, con alcohol y comida barata, tranquilidad y desentendida de la pol¨ªtica. Un regalo para turistas suecos y alemanes que empezaron a venir por el mar, el sol, las perlas y las ensaimadas. ¡°Hay un poco de amnesia o falta de conciencia hist¨®rica sobre el papel que tuvo Baleares en el desarrollo tur¨ªstico, en hacer marca Espa?a, que, a su vez, gener¨® muchos beneficios econ¨®micos a una sociedad que era pobre y rural. A veces se piensa que todo empez¨® en Benidorm, pero el arranque del experimento tur¨ªstico comenz¨® en Mallorca¡±, puntualiza Marina.
Esa promoci¨®n exitosa de la agencia de turismo franquista produjo una reordenaci¨®n econ¨®mica de la que a¨²n recogemos los frutos. ¡°El 90% de la econom¨ªa balear es turismo. Y lo mismo en el resto de Espa?a. Vas a Asturias y las vacas son de adorno. Todo el mundo se dedica a lo mismo en el Estado espa?ol¡±, a?ade Marina. Al mismo tiempo, la llegada de los turistas a la isla produjo una urbanizaci¨®n ca¨®tica y desordenada. Explosiva. Con la suficiente magnitud como para arrasar y destruir el entorno natural. ¡°Mi abuelo se dedicaba a los souvenirs y la fotograf¨ªa tur¨ªstica, pero nuestra generaci¨®n se dedica a la cr¨ªtica porque lo vemos con la perspectiva de dos generaciones. Los que empezaron no iban a prever estas consecuencias. Ten¨ªan una mirada inocente. Ven¨ªan de la posguerra y de una Espa?a aut¨¢rquica y cerrada. Es nuestro papel reflexionar sobre la historia¡±, argumenta Marina.
Si en los s¨®tanos de Casa Planas se revel¨® la historia balear, en la primera planta est¨¢ el archivo que da muestra de ello. En los archivadores se guardan los negativos de las fotograf¨ªas de su abuelo y sus reporteros, as¨ª como las fichas con los encargos de postales hoteleras, turistas en biquini, payesas vestidas con sus trajes tradicionales, reportajes de bodas y comuniones, fiestas de sociedad, visitas de actrices y actores a la isla. En total, tres millones de im¨¢genes tomadas entre finales de la d¨¦cada de 1940 y la de 1980 y de cuyo legado es ahora ella la responsable.
A pesar de que bajo la batuta de su abuelo Casa Planas fue una empresa que lleg¨® a emplear a m¨¢s de 200 trabajadores, el negocio de la fotograf¨ªa anal¨®gica y las postales decay¨® hasta que, en 2000, Casa Planas ech¨® el cierre para siempre. El padre de Marina, guardi¨¢n del edificio, le vet¨® la entrada al archivo hasta que estudi¨® y se labr¨® una carrera en televisi¨®n. ¡°Cuando mi padre ech¨® el cierre en 2000, lo dej¨® todo tal cual. Cuando entr¨¦ aqu¨ª en 2013 estaban hasta los ceniceros con las colillas que apagaron los ¨²ltimos trabajadores¡±, recuerda Marina. Dos a?os despu¨¦s, en 2015, Marina volvi¨® a abrir la persiana de Casa Planas, esta vez reconvertida en un centro cultural en el que hay estudios hasta para 17 artistas becados que pueden realizar en el centro sus residencias, entrar en contacto con otros artistas y comisarios y usar el archivo para sus proyectos de creaci¨®n. Tambi¨¦n est¨¢ abierto a historiadores de arte y estudiantes de universidad. Al mismo tiempo, las antiguas oficinas funcionan como centro neur¨¢lgico de actividades culturales, como la Festa de la Fotografia, que se celebra el 20 de octubre y recupera un evento de los setenta que acog¨ªa Josep Planas en forma de actividades y encuentros entre fot¨®grafos. Un peque?o reducto art¨ªstico que el abuelo de Marina, fallecido en 2014, nunca pudo ver c¨®mo reviv¨ªa gracias a su nieta.
Ahora, la meta de Marina y su equipo de cinco personas es digitalizar todo el archivo y seguir expandiendo las redes creativas de Casa Planas. El trabajo, herc¨²leo, es imposible de asumir para un proyecto privado de estas dimensiones. En la Administraci¨®n tampoco encuentran los apoyos suficientes. ¡°Cuando vienen los pol¨ªticos, todos se emocionan porque es nuestra historia y no hay otros archivos que est¨¦n al mismo nivel ni en Espa?a ni en Europa. Pero los pol¨ªticos, cuando llegan a sus cargos, no se enteran de c¨®mo tienen que hacer las cosas y, cuando se enteran, ya han pasado cuatro a?os y se tienen que ir. Vamos a ver si en esta legislatura¡¡±. Marina Planas deja la frase en el aire y pasa los ojos por los cajones de los armarios que la rodean. Esos cajones de madera de los que pretende sacar a la luz la historia viva de una isla y de un pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.