Silvia Venturini Fendi: ¡°Para m¨ª, la moda y la artesan¨ªa son lo mismo¡±
En Fendi hay un hombre que dise?a para mujeres y una mujer que dise?a para hombres. La directora art¨ªstica de moda masculina de la casa italiana es la tercera generaci¨®n de la familia al frente de la firma
Para Silvia Venturini Fendi (Roma, 62 a?os) la moda no es un gusto adquirido. Muy pocas casas fundacionales del lujo europeo ¡ªlas que se crearon antes de la Segunda Guerra Mundial¡ª cuentan a¨²n con miembros de la familia en puestos creativos. Por eso Venturini Fendi, directora art¨ªstica de las colecciones de moda masculina y accesorios, posee uno de esos relatos que cada vez se escuchan menos: el de alguien que ha mamado el oficio desde la cuna. ¡°De ni?a, cuando iba a ver a mi madre al trabajo, siempre estaba muy ocupada¡±, rememora. ¡°A menudo, para no molestarla, me iba al laboratorio y pasaba el rato con las modistas, que me daban tejidos y me dejaban ayudar en alguna tarea. El taller era mi sitio favorito, donde mejor lo pasaba. Crec¨ª viendo a mi madre dialogar con los artesanos, y fue una aut¨¦ntica universidad de la moda. Cuando entro en la f¨¢brica me siento en casa. Casi podr¨ªa decir que tengo coraz¨®n de artesana¡±.
La oficina de la dise?adora en la nueva f¨¢brica de accesorios de la casa, un ejemplo exquisito y ultratecnol¨®gico de arquitectura contempor¨¢nea, tiene dos ventanales. Uno da al jard¨ªn, un ejercicio de paisajismo cuyos parterres, cuidadosamente asilvestrados, armonizan con un id¨ªlico panorama de colinas toscanas. El otro comunica con el taller donde se fabrican los bolsos de la casa. All¨ª, entre artesanos en plena faena, tiene lugar el desfile de la colecci¨®n de moda masculina para la pr¨®xima primavera. Por una vez, ni en Mil¨¢n, su pasarela habitual, ni en Roma, sede hist¨®rica de la casa. Pero todo tiene un porqu¨¦. ¡°En 1910 mi abuela Adele vino a Florencia porque ten¨ªa parientes que se dedicaban a la marroquiner¨ªa y quer¨ªa aprender el oficio, as¨ª que, en cierto modo, aqu¨ª comenz¨® nuestra historia¡±, relata la nieta de la fundadora. Ahora, Fendi vuelve a la Toscana porque, explica, el lujo y el mundo est¨¢n volviendo a la artesan¨ªa. ¡°Vivimos en una realidad muy virtual, y creo que es el momento de recuperar el contacto con la materia; no es casualidad que tantos j¨®venes hayan vuelto a interesarse no solo por la naturaleza, sino por el trabajo en el campo¡±, desarrolla. ¡°De ah¨ª la idea de representar esta nueva juventud interesada por la tecnolog¨ªa y la artesan¨ªa. Este espacio es un buen ejemplo: aqu¨ª se respira la atm¨®sfera del ma?ana. Recuerda m¨¢s a un laboratorio cient¨ªfico que a una f¨¢brica¡±.
La entrevista tiene lugar una hora antes del desfile que, como es habitual en la firma, plantea un pulso al lujo silencioso. Sus prendas no son estridentes ni aspiran a ser masivas, pero se reconocen a primera vista y tienen mucha m¨¢s complejidad que un b¨¢sico prohibitivo. En Fendi hay logos, toques de color, siluetas reconocibles y, sobre todo, un tratamiento de los materiales que no pretende pasar inadvertido. Por ejemplo, las prendas de punto con aspecto de peleter¨ªa (y viceversa), o el tejido vaquero desgastado hasta el punto exacto en que la trama interna se hace visible sin amenazar su integridad. Los tintes naturales proceden de plantas de la zona. El homenaje a la artesan¨ªa se plasma en prendas estampadas con anotaciones como las de los patrones con que se confeccionan, y en herramientas insertas en delantales o estampadas en camisas. ¡°Para m¨ª, la moda y la artesan¨ªa son lo mismo¡±, explica. ¡°Al menos, en nuestro caso¡±.
Fendi naci¨® en 1925 como una casa de marroquiner¨ªa. Tambi¨¦n produc¨ªa moda: desde 1965, sus colecciones de peleter¨ªa y pr¨ºt-¨¤-porter femenino llevaban la firma de Karl Lagerfeld, en la que fue la colaboraci¨®n m¨¢s longeva de su larga carrera profesional. Silvia Venturini Fendi, cuya hija, Delfina Delettrez Fendi, tambi¨¦n se dedica al dise?o ¡ªen su caso, de joyas¡ª, es a su vez hija de una de las cinco hermanas que lideraron el despegue de la marca durante la segunda mitad del siglo XX. ¡°De mi madre aprend¨ª el rigor y el sentido del deber, unido a una gran dulzura y una enorme fuerza¡±, confiesa. ¡°De Karl aprend¨ª a no mirar nunca atr¨¢s, a querer superarme siempre¡±. ?Se considera nost¨¢lgica? ¡°No. De hecho, si me hablas de la colecci¨®n pasada, no sabr¨ªa decirte c¨®mo era. En eso me parezco a Karl, que tuvo una influencia enorme en m¨ª. ?Ten¨ªa cinco a?os cuando lo conoc¨ª!¡±.
Que no quiera recrearse en sus logros no significa que no est¨¦n ah¨ª: para la posteridad, Silvia Venturini Fendi es la creadora del Baguette, el bolso cuyo ¨¦xito descomunal apuntal¨® la edad de oro del it bag a finales de los noventa. Este modelo rectangular y peque?o, con un asa corta que obligaba a llevarlo bajo el brazo, como una barra de pan ¡ªde ah¨ª su nombre¡ª, convirti¨® a Fendi en el patr¨®n oro de las casas hist¨®ricas, especialmente tras su adquisici¨®n por el gigante del lujo LVMH en 1999. Por eso cuesta tomarse en serio a Venturini Fendi cuando afirma que la eligieron para dise?ar su colecci¨®n masculina por descarte. ¡°Fendi nunca hab¨ªa hecho moda de hombre, nadie le daba importancia. A Karl no le interesaba la moda masculina, nunca quiso hacerla. Preguntaron si alguien quer¨ªa encargarse de la colecci¨®n, nadie se ofreci¨® y me lo dieron a m¨ª. Me apeteci¨® probar¡±. Sus primeras colecciones surgieron de un modo intuitivo. ¡°Nunca tuve un plan, solo hice lo que me habr¨ªa gustado ver llevar a un hombre¡±, zanja. ¡°Conozco bien Fendi, y s¨¦ cu¨¢l es su potencial. Es una casa que hace accesorios y prendas para personas muy refinadas, que aprecian la diferencia. No es una marca para bul¨ªmicos de la moda que compren cualquier cosa. Si vistes Fendi, vistes Fendi durante mucho tiempo, porque te pones algo nuestro y se transforma en tema de conversaci¨®n. La gente pregunta: ¡®?Qu¨¦ llevas puesto?¡±. De ah¨ª los juegos semi¨®ticos, los trampantojos de materiales y las inspiraciones cruzadas que hacen de sus colecciones un objeto de estudio intrigante. Sobre todo porque, en el fondo, tras cada prenda hay una dise?adora que habla de su vida. Esta colecci¨®n, por ejemplo, est¨¢ repleta de alusiones a los uniformes y la ropa de trabajo. ¡°Es algo autobiogr¨¢fico. Siempre he vivido entre uniformes. Llevaba uniforme en el colegio, la institutriz que ten¨ªamos en casa llevaba uniforme, los empleados de la f¨¢brica llevaban uniforme. Es algo que me fascina¡±.
Desde el fallecimiento de Lagerfeld, las colecciones femeninas de Fendi llevan la firma de Kim Jones. Es decir, que en Fendi hay un hombre que dise?a para mujeres y una mujer que dise?a para hombres. Y eso importa m¨¢s de lo que parece. ¡°Me parece interesante que el hombre se haya liberado gracias a las mujeres que dise?an para ¨¦l. Es lo mismo que sucedi¨®, hace a?os, con la moda femenina¡±, desarrolla la dise?adora. ¡°En estos 10 a?os ha habido toda una revoluci¨®n y, por suerte, las fronteras est¨¢n menos marcadas. Se respira mucha m¨¢s libertad¡±.
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