Kim Jones, el mago detr¨¢s de Dior Men: ¡°Hay gente que compra mucho y muy caro. Mi misi¨®n es ofrecer algo parecido a la costura¡±
El dise?ador ingl¨¦s ha escrito en la ropa de la firma de lujo una receta de ¨¦xito. Seguimos a esta estrella de la moda masculina de Londres a Los ?ngeles para que nos la explique
Hay gente ah¨ª fuera dispuesta a pagar 10.000 euros por unas zapatillas. Concretamente por unas Air Jordan 1 en colaboraci¨®n con Dior, que ya en tienda costaban 2.000 y que, seg¨²n Stockx (una web que funciona como una especie de ¨ªndice burs¨¢til de las sneakers) se han convertido en el modelo m¨¢s caro en el mercado de la reventa. Sin embargo, su art¨ªfice, Kim Jones (Londres, 49 a?os), no cree que exista la moda urbana: ¡°Lo del streetwear no tiene sentido. ?Qu¨¦ es la ropa de la calle? Todos llevamos ropa en la calle¡±, zanja, recostado en una silla de su estudio-apartamento privado en el centro de Londres, una casa de cuatro plantas en la que ¨¦l y su equipo ¡ªunas 20 personas¡ª ultiman detalles de las colecciones para Fendi y Dior, las dos marcas de las que es director creativo, o bosquejan algunas de las decenas de colaboraciones que Jones realiza al a?o con todo tipo de firmas.
¡°Se empez¨® a hablar de streetwear por Shawn Stussy [fundador en 1980 de la firma de surf St¨¹ssy], y resulta que ¨¦l tambi¨¦n lo odia, porque parece que hablamos de moda diferente por su precio o su dise?o, y es tan moda como el resto¡±. Jones, que lleva desde 2007 dise?ando zapatillas exclusivas para distintas firmas, convenci¨® a Stussy, retirado desde 1999, para realizar una colaboraci¨®n con Dior en 2019. Dos a?os antes, cuando a¨²n se encargaba de la l¨ªnea masculina de Louis Vuitton, recurri¨® a la gran marca de skate, Supreme, para romperle los esquemas al lujo. Por primera vez, una ense?a de moda urbana (aunque no le guste el t¨¦rmino) se un¨ªa a una firma de moda cl¨¢sica. La estrategia, por supuesto, fue copiada hasta la saciedad.
¡°Desde el principio ha sabido reinterpretar el traje formal y bajarlo a la calle. No ha tenido reparos en unir la sastrer¨ªa tradicional con marcas deportivas¡±, explica Jaime ?lvarez, de Mans Concept Menswear, una de las ense?as masculinas m¨¢s excitantes del panorama nacional, y fan del brit¨¢nico. Quiz¨¢ por eso a Kim Jones no le guste poner etiquetas a su trabajo. Para ¨¦l todo est¨¢ al mismo nivel porque le interesa todo, lo viejo y lo nuevo, lo masivo y lo minoritario.
Mit¨®mano confeso, creci¨® viajando por el mundo (su padre era hidr¨®logo) y col¨¢ndose en los clubes de Par¨ªs, Londres y Nueva York de principios de los noventa. Colecciona zapatillas, obviamente, pero tambi¨¦n vinilos, libros del siglo XIX y, por supuesto, moda. Por ejemplo, prendas de Christopher Nemeth, un dise?ador brit¨¢nico que adquiri¨® categor¨ªa de culto en el Jap¨®n de finales de los ochenta, o joyas del icono pospunk Judy Blame. A ambos les ha dedicado colecciones, as¨ª como a otros de sus ecl¨¦cticos ¨ªdolos, de Jack Kerouac a Duncan Grant, el artista del c¨ªrculo de Bloomsbury al que ha homenajeado con su colecci¨®n para el pr¨®ximo verano, presentada el pasado junio en Par¨ªs.
Jones nunca est¨¢ solo, siempre hay un personaje, pasado o actual, en el centro de sus colecciones. ¡°A la gente le gusta el relato, que les cuenten qu¨¦ hay detr¨¢s de lo que est¨¢n viendo, ver las colecciones como parte de una narraci¨®n¡±, justifica. Argumenta que, en este sentido, se considera ¡°una especie de traductor, porque trabajas a partir de obras que no tienen que ver necesariamente con la moda y con autores que ya no est¨¢n¡±, pero, al contrario de lo que pueda parecer, no le da muchas vueltas. ¡°Se me ocurren conexiones fortuitas conmigo y con la marca¡±, explica. ¡°Por ejemplo, Duncan Grant naci¨® el mismo d¨ªa que Christian Dior y a los tres nos obsesionan los jardines. Y la generaci¨®n beat estaba pegando fuerte en Par¨ªs en la ¨¦poca en que falleci¨® monsieur Dior. Me interesan estas ideas transversales que se me pasan por la cabeza¡±.
El otro gran valor de Jones es su talento para saber rodearse. En su largu¨ªsima lista de amigos est¨¢n Kate Moss y Naomi Campbell, los Beckham o Ye ¡ªantes conocido como Kanye West¡ª, con quien comparti¨® piso cuando el rapero se iniciaba en la moda. Pero tambi¨¦n un pu?ado de creativos no tan c¨¦lebres en los que el dise?ador brit¨¢nico ha ido confiando y, en consecuencia, lanzando sus carreras. ¡°Me gusta aprender y aprendo a trav¨¦s de la gente, es la forma de hacer que la marca evolucione de verdad, trabajando con personas nuevas y distintas¡±, explica. Cuando lleg¨® a Dior tuvo claro a qui¨¦n quer¨ªa fichar: recuper¨® a su admirado Stephen Jones, el sombrerero que dio forma a las fantas¨ªas de John Galliano durante m¨¢s de una d¨¦cada; a Matthew Williams, creador de Alyx y actual director art¨ªstico de Givenchy, para dise?ar las fornituras, o al franc¨¦s Thibo Denis para dise?ar sus muy exitosas zapatillas. ¡°Somos amigos desde hace a?os y, cuando me cont¨® que se iba a Dior y quer¨ªa colaborar conmigo, me pareci¨® un reto enorme. Pero ¨¦l no aceptaba un no, y yo lo vi como una oportunidad para aprender¡±, explica la creativa de origen coreano Yoon Ambush, dise?adora de joyas de la l¨ªnea masculina de Dior y cofundadora de la marca de ?moda urbana? Ambush.
Fue as¨ª, buscando ¡°gente nueva¡± como Jones se top¨® con Eli Russell Linnetz, el joven artista de Los ?ngeles que, adem¨¢s de fot¨®grafo o estilista de celebridades, decidi¨® montar en 2018 ERL, una marca con sede en Venice Beach que mezcla dos elementos culturalmente tan opuestos como la artesan¨ªa y la subcultura skate californiana. Empezaron a enviarse mensajes privados por Instagram y, hace dos a?os, los present¨® Adrian Joffe, el due?o de las tiendas multimarca Dover Street Market. Como suele ser habitual en ¨¦l, Jones ni se lo pens¨®: lejos de tomarlo como inspiraci¨®n (algo que muchos otros hacen en silencio), le dej¨® tomar las riendas de una colecci¨®n c¨¢psula que sale a la venta este mes y present¨® con un gran desfile en la m¨ªtica entrada a la playa de Venice Beach.
El montaje fue todo lo espectacular que cab¨ªa esperar: una amplia zona de la calle, cortada al tr¨¢fico para la ocasi¨®n, hab¨ªa sido convertida en una pasarela azul, como cubierta por una ola gigante. La colecci¨®n homenajeaba la cultura de Los ?ngeles, e incluso el famoso letrero luminoso que da entrada a la playa anunciaba el acontecimiento. El p¨²blico rebosaba de mitos locales y no tanto: de la leyenda del skate Tony Hawk a la core¨®grafa Paula Abdul, adem¨¢s de Christina Aguilera, Brooklyn Beckham o Christina Ricci. ¡°Desfilar en Los ?ngeles era lo l¨®gico, porque es donde Eli ha crecido, donde trabaja y donde se inspira. No tiene sentido trabajar con alguien si no le dejas sentir esa cercan¨ªa¡±, explica Jones.
¡°Fue un experimento intergeneracional¡±, comenta a su vez Russell Linetz. ¡°Me llev¨® a visitar los archivos y part¨ª de los de 1991, el a?o en que nac¨ª. Por aquella ¨¦poca estaba Gianfranco Ferr¨¦ en la marca y quise compaginar esa idea del maximalismo de la ¨¦poca con mi propia visi¨®n, una especie de mezcla entre el caos de Los ?ngeles y el perfeccionismo de la costura¡±. El resultado, como no pod¨ªa ser de otra forma, posee todos los ingredientes de Jones, aunque vaya firmado por ERL: el gui?o a lo contracultural, el culto a la juventud y la fusi¨®n entre la costura y lo urbano, muy reconocible en las versiones acolchadas de la chaqueta Bar o el bolso Saddle, iconos de la l¨ªnea femenina de Dior, o jers¨¦is deste?idos repletos de diminutos cristales. ¡°Me gusta ver la marca en la que trabajo a trav¨¦s de ojos nuevos. Adem¨¢s, yo todav¨ªa no he llegado al archivo de los noventa, voy todav¨ªa por el principio¡±, explica Jones.
El archivo de la maison obsesiona al dise?ador tanto o m¨¢s que la novedad. Durante nuestra conversaci¨®n en Londres, cita constantemente su amplitud y lo que est¨¢ aprendiendo tanto del legado de Dior como de sus veteranas costureras. Al fin y al cabo, cuando trabaj¨® en Louis Vuitton, de 2011 a 2017, no ten¨ªa un archivo en el que fijarse, ya que la marca se hab¨ªa dedicado ¨²nicamente a la marroquiner¨ªa hasta la llegada de Marc Jacobs en 1997. ¡°Me interesa mucho la alta costura, aunque en esta colecci¨®n no est¨¦ tan presente¡±, comenta. ¡°Cuando llegu¨¦ me di cuenta de que Christian Dior trabajaba mucho con materiales t¨ªpicos del traje masculino, y me obsesion¨¦ con reinterpretar las siluetas¡±.
Dior fue el hombre que refund¨® la moda femenina en 1947 a base de lujo y l¨ªneas de fantas¨ªa que cambiaba cada seis meses. En estos cinco a?os, Jones ha creado para el hombre capas bordadas, trajes drapeados de seda o blusas de encaje hecho a mano. Como ocurr¨ªa con el fundador, donde unos solo ver¨ªan extravagancia, hay olfato para saber qu¨¦ quieren los clientes y por qu¨¦. ¡°Hay gente que compra mucho y muy caro. Quieren cosas elaboradas, sobre todo los que est¨¢n acostumbrados a comprar o coleccionar moda. Solo hace falta bajar a Selfridge¡¯s y pararse a mirar¡±, afirma, se?alando a la ventana, a pocos metros de los famosos almacenes londinenses. ¡°Mi misi¨®n es ofrecer algo parecido a la costura¡±, concluye.
En su mundo se agotan tanto zapatillas de dos mil euros como prendas brocadas que superan las cinco cifras y se producen en tiradas inferiores a diez unidades. En este microcosmos, cualquier marca, peque?a o grande, se convierte en lujosa y codiciada solo por colaborar con ¨¦l. Un tipo de magia que poco tiene que ver con la logoman¨ªa. El londinense sabe leer el presente, dise?arlo y venderlo, pero eso no quiere decir que est¨¦ conforme con todo lo que ve. ¡°Hay un cambio, s¨ª¡±, comenta, refiri¨¦ndose a los gustos en materia de moda tras la pandemia. ¡°Pero no solo avanzamos. Es como si el pasado tirara de lo nuevo hacia atr¨¢s, y eso es un poco triste¡±. A Kim Jones le interesa todo, lo viejo y lo nuevo, pero nunca jam¨¢s la nostalgia.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.