Azor¨ªn, revolucionario
¡®La voluntad¡¯ no es s¨®lo una novela rompedora; es tambi¨¦n, hasta donde alcanzo, una novela ¨²nica
El 15 de septiembre de 1956, Borges cena en casa de Bioy Casares. Hablan de escritores espa?oles del siglo XIX y principios del XX. ¡°?Qu¨¦ literatura mediocre!¡±, se lamenta Borges. Hasta que menciona La voluntad, de Azor¨ªn, y se pregunta si ¡°no ser¨¢ mejor que todos esos libros¡±. Mi respuesta es s¨ª: yo creo que La voluntad es una de las mejores novelas espa?olas del siglo XX.
Se cumplen 150 a?os del nacimiento de Azor¨ªn: verg¨¹enza deber¨ªa de darme no haber dicho nada hasta ahora sobre ¨¦l. Como escritor, Azor¨ªn fue un revolucionario; su revoluci¨®n fue ante todo estil¨ªstica: Azor¨ªn practic¨® una severa liposucci¨®n en la celul¨ªtica prosa espa?ola dominante a principios del siglo XX (una operaci¨®n no muy distinta a la que a?os despu¨¦s ensayar¨ªa Hemingway con el ingl¨¦s). ¡°Su prosa es la m¨¢s clara, la m¨¢s l¨²cida, la m¨¢s flexible de los escritores contempor¨¢neos¡±, escribi¨® Baroja en 1913. ¡°Ha hecho de un instrumento decorativo y tosco un instrumento de precisi¨®n¡±. Dicho esto, a?adamos que lleva raz¨®n Vargas Llosa cuando afirma que Azor¨ªn fue un creador mucho m¨¢s audaz y complejo en sus art¨ªculos o peque?os ensayos que en sus novelas; de hecho, como ocurre con otros grandes escritores peninsulares del siglo XX ¡ªOrtega o Josep Pla¡ª, la mayor parte de lo que escribi¨® Azor¨ªn lo escribi¨® para los peri¨®dicos: cr¨®nicas mestizas, notas de viajes, deslumbrantes evocaciones de los cl¨¢sicos. Esto no significa, sin embargo, que sus novelas carezcan de inter¨¦s: ni las vanguardistas que escribi¨® a partir de los a?os veinte, en las mejores de las cuales anticipa en d¨¦cadas el formalismo est¨¢tico y objetual del nouveau roman franc¨¦s, ni las modernistas de principios de siglo, empezando por La voluntad, que es la primera novela de una trilog¨ªa y tambi¨¦n la m¨¢s ambiciosa, compleja y lograda de cuantas public¨®. Su tema es el mismo de Hamlet y de la novela m¨¢s conocida de Baroja; hacia 1816, lord Byron lo anticip¨® en unos versos que podr¨ªan traducirse as¨ª: ¡°El conocimiento es dolor; quienes m¨¢s saben / m¨¢s deben lamentarse por la verdad fatal: / el ¨¢rbol de la ciencia no es el de la vida¡±. Su argumento parece irrelevante, o al menos banal: acogi¨¦ndose al esquema del bildungsroman, de la novela de aprendizaje, La voluntad narra el deambular sin rumbo del omnipresente protagonista ¡ªun joven intelectual aquejado por el mal du si¨¨cle, un exceso de intelectualismo que conduce a la abulia¡ª, las conversaciones con su maestro Yuste o su amigo Olaiz, los desva¨ªdos amor¨ªos con Justina e Iluminada. Su forma fragmentaria, al modo de un collage, su subjetivismo, su antirrealismo y su vocaci¨®n autorreflexiva o metanovelesca dan carpetazo a la narrativa del siglo XIX y abren las puertas a la del XX¡ Pero lo esencial es otra cosa. He dicho que el autor de La voluntad es Azor¨ªn; no es exacto: el autor es J. Mart¨ªnez Ruiz, nombre que figura en la portada de la primera edici¨®n de la novela, de 1902, y verdadero nombre de Azor¨ªn; ¨¦ste, en realidad, es el apelativo del protagonista de La voluntad y el seud¨®nimo con que Mart¨ªnez Ruiz firm¨® sus escritos m¨¢s o menos a partir de 1904. El trampantojo es ins¨®lito, pero no gratuito. Mart¨ªnez Ruiz y Azor¨ªn son la misma persona y dos escritores distintos, casi opuestos: el primero, que existi¨® como tal hasta principios de siglo, fue un joven furioso, rebelde, vitalista, libertario, urbano y obsesionado con el futuro universal; en cambio, el segundo fue un escritor maduro, conservador, esc¨¦ptico, ir¨®nico, estetizante y obsesionado con el pasado espa?ol y el paisaje castellano. La voluntad dramatiza con maestr¨ªa el combate entre esos dos individuos antag¨®nicos, la crisis personal que engendr¨® la metamorfosis de Mart¨ªnez Ruiz en Azor¨ªn y, en cierto modo, la conversi¨®n del protagonista de la novela en su autor. Vista as¨ª, La voluntad no es s¨®lo una novela rompedora y un precedente singular de eso que hoy conocemos como autoficci¨®n; es tambi¨¦n, hasta donde alcanzo, una novela ¨²nica.
Mart¨ªnez Ruiz public¨® algunos libros prescindibles; Azor¨ªn, casi ninguno: lean La ruta de don Quijote, Cl¨¢sicos y modernos, Al margen de los cl¨¢sicos, Los pueblos. Lean La voluntad.
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