?Dinero negro?
La foto, tomada en un despacho de G¨¦nova, fue distribuida a la prensa por el propio PP. Nos llam¨® la atenci¨®n por lo estudiado de su coreograf¨ªa. He ah¨ª los cuerpos de cuatro mujeres y tres hombres equilibradamente dispuestos a lo largo de un espacio delimitado por un sof¨¢ y un sill¨®n. Digamos que pesar¨ªa lo mismo la zona izquierda que la derecha de no ser porque todas las miradas se dirigen al l¨ªder que, aun hall¨¢ndose un poco desplazado, se erige en el centro geogr¨¢fico de la imagen. Debemos de estar a primera hora de la ma?ana, no solo por las tazas de caf¨¦, h¨¢bilmente repartidas tambi¨¦n, sino porque todos (y todas, que el gen¨¦rico no alcanza) parecen reci¨¦n salidos de la ducha. Ni en ellas ni en ellos se percibe el agotamiento propio de las horas finales del d¨ªa o de la jornada de trabajo, sino el optimismo y las ganas de combate de sus comienzos.
El ambiente pretende transmitir informalidad, de ah¨ª que el jefe permanezca en mangas de camisa y que tres de los actores (y de las actrices) se hayan sentado sobre los brazos del mueble. No s¨¦ en qu¨¦ momento hist¨®rico ocupar el brazo del sof¨¢, en vez del lugar destinado a las posaderas, empez¨® a considerarse guay, pero en mi casa estuvo prohibido hasta que se acabaron de liquidar los plazos. Y bien, dec¨ªamos que el ambiente ¡°pretende¡± resultar informal porque no lo logra del todo: se advierte cierta rigidez, producto de una tensi¨®n interna, en los cuerpos, por ejemplo, de Bendodo y Gamarra. Tal vez se est¨¦n preguntando si los enseres que ocupan fueron comprados con el dinero negro con el que se llev¨® a cabo tambi¨¦n la reforma de la sede.
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