Oki Sato, el dise?ador minimalista disc¨ªpulo de Doraemon
El fundador del estudio de dise?o Nendo se parece al gato c¨®smico de los dibujos animados: de su bolsillo extrae un sinn¨²mero de inventos para hacer feliz a la gente.
Oki Sato, fundador del estudio de dise?o Nendo, calificado por los especialistas como ¡°el ep¨ªtome de la excelencia del dise?o minimalista japon¨¦s¡±, cuenta que tuvo dos mentores: Issey Miyake, el modista que revolucion¨® los textiles del siglo XX aunando tradici¨®n y tecnolog¨ªa, y Doraemon, el gato c¨®smico cuyas aventuras en manga acompa?an la infancia de los japoneses desde hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas. De Miyake (1938-2022) recibi¨® un encargo decisivo en su carrera, una silla bautizada Cabbage (repollo, en ingl¨¦s), y aprendi¨® a encontrar abundancia en la escasez y elegancia en la simplicidad. Con las historias de Doraemon, que le¨ªa de ni?o en Toronto, donde naci¨® en 1977, desarroll¨® su gusto por inventar objetos y aprendi¨® a maravillarse con los detalles triviales de la vida cotidiana.
¡°Cuando llegu¨¦ a Jap¨®n ten¨ªa 10 a?os y me sorprendi¨® encontrar el mundo de Doraemon. Me emocion¨¦ mucho porque, para m¨ª, era llegar al futuro¡±. Sato nos recibe en su estudio, que ocupa tres plantas de un edificio dise?ado por Kenzo Tange en el barrio de Akasaka, en el centro de Tokio. Desde?a la parsimonia habitual de los japoneses en el primer encuentro y acent¨²a el tono festivo de sus frases, pronunciadas en un ingl¨¦s impecable, con sonoras carcajadas. ¡°Doraemon fue mi maestro, porque estudi¨¦ Arquitectura y nadie me ense?¨® a dise?ar productos¡±, dice en referencia a los ins¨®litos artilugios que utiliza el gato-robot venido del siglo XXII. Para ayudar a su amo, Nobita, un ni?o bondadoso pero torpe que saca malas notas, Doraemon extrae de su bolsillo un sinn¨²mero de dispositivos. Sato subraya que esos inventos no necesitan instrucciones. ¡°Incluso Nobita puede usarlos. Y aunque resuelven problemas, no son perfectos. Eso crea drama, genera un relato y le da sabor a la vida¡±.
El porfolio de Nendo incluye, junto a parques p¨²blicos, edificios y barcos, un bal¨®n de f¨²tbol que se arma como un rompecabezas, una lata de cerveza con dos anillas para servir la espuma antes que el l¨ªquido y una l¨¢mpara que se abre como una flor con el calor de la bombilla. La palabra japonesa nendo tiene dos significados: arcilla y plastilina. Sato se decant¨® por la segunda acepci¨®n cuando fund¨® su estudio, en 2002, pues transmite mejor el esp¨ªritu l¨²dico que rige todas sus creaciones.
Su primer encargo, decorar un local para un restaurante de comida francesa que quer¨ªa abrir un amigo de su infancia en un escondido rinc¨®n de Tokio, dio lugar a su primer momento Doraemon. A la escasez de presupuesto se sumaba un edificio anodino de dos plantas en un entorno urbano nada alusivo al glamur parisiense al que aspiraba su entusiasta cliente. Como si tuviera el prodigioso bolsillo del gato futurista, el dise?ador consigui¨® 300 metros de lienzo y envolvi¨® toda la construcci¨®n, incluidas las paredes, las mesas y los asientos. Con unos cuantos focos situados en el interior, convirti¨® el local en una enorme caja resplandeciente de luz c¨¢lida que por las noches se reflejaba en el agua del vecino canal. La ingeniosa soluci¨®n y, por supuesto, la buena comida del restaurante Canvas (lienzo en ingl¨¦s) fueron rese?adas en numerosos medios. Adem¨¢s, atrajeron a un importante comensal llamado Issey Miyake, el visionario modista.
Miyake se hizo asiduo al restaurante y empez¨® a llenarlo de asiduos extranjeros. En 2008, Sato fue invitado a participar en la exposici¨®n XXIst. Century Man (el hombre del siglo XXI), una muestra colectiva de 11 dise?adores internacionales en 21_21 Design Sight, el primer museo dedicado al dise?o en Tokio, fundado por Miyake en el centro comercial Midtown del barrio de Roppongi.
Miyake le pidi¨® dise?ar una silla para aprovechar el papel usado en la fabricaci¨®n de su c¨¦lebre l¨ªnea de prendas con plisados permanentes, llamada Pleats Please. Para lograr pliegues eternos, una reinvenci¨®n del ic¨®nico vestido Delphos del creador granadino Mariano Fortuny, las prendas de Miyake se plisaban dentro de dos capas de papel que luego se almacenaban en gruesos rollos antes de ser desechados. Fiel al concepto de los pliegues, Sato hizo un corte vertical en la mitad superior de un rollo y despleg¨® las capas, como las hojas de una mazorca, para crear una base mullida donde sentarse. La mostr¨® a Miyake advirtiendo que a¨²n estaba en desarrollo, pero el maestro de la moda, fascinado, le dijo que no la tocara m¨¢s y que ya estaba lista.
¡°De repente, sent¨ª una gran libertad a la hora de dise?ar. Me di cuenta de que no hay un objetivo ¨²nico y que realmente depende de ti mismo saber cu¨¢ndo un dise?o est¨¢ terminado¡±, recuerda Oki Sato. La exposici¨®n comisariada por Miyake consolid¨® su nombre ante la exigente cr¨ªtica local. A?os antes, sin embargo, reci¨¦n terminado su doctorado en la Universidad de Waseda, Sato hab¨ªa encontrado su propia senda minimalista cuando participaba en el Salone del Mobile de Mil¨¢n. Confiesa que al ver las obras de los dise?adores occidentales se sinti¨® amedrentado por la exuberancia de formas y colores. ¡°Me di cuenta de que no podr¨ªa competir nunca con ellos. Como no podr¨ªa gritar, pens¨¦ que lo mejor ser¨ªa susurrar peque?as historias. Y opt¨¦ por el minimalismo¡±, recuerda.
Atribuye la predisposici¨®n de los japoneses al minimalismo a su arraigo cultural. ¡°As¨ª es como sentimos, como vemos las cosas. El minimalismo est¨¢ arraigado en nuestra cultura, en nuestro estilo de vida, en nuestra literatura, en nuestro arte, e incluso en nuestra comida¡±. Cita la culinaria francesa y su m¨¦todo de agregar condimentos, salsas y combinar sabores diferentes en un solo plato. ¡°En Jap¨®n se trata de quitar. No se trata de sumar, sino de sustraer. Encontrar el n¨²cleo y el valor esencial de las cosas¡±. Hace referencia al sashimi (pescado crudo) y a la habilidad minimalista del cocinero para trabajar solo con la frescura del ingrediente.
Aunque su minimalismo es evidente en la pureza de sus l¨ªneas y su predilecci¨®n por el blanco y negro, a la hora de crear, el relato tiene prioridad sobre el estilo. ¡°Lo que realmente me inspira, y lo que quiero traducir y transmitir, es la historia que se esconde detr¨¢s de un objeto¡±, explica. Cuando el fabricante de art¨ªculos deportivos Molten le pidi¨® dise?ar un bal¨®n de f¨²tbol, Sato, que admite entre risas no saber nada de ese deporte, declin¨® ilustrarse en Google o asistir a ning¨²n partido. Su inspiraci¨®n naci¨® de la historia de los ni?os del mundo que no pueden comprar una pelota o, si la reciben, no tienen c¨®mo devolverle su forma original cuando se rompe. Con la idea de un bal¨®n barato, f¨¢cil de transportar y de mantener, dise?¨® una esf¨¦rica compuesta de 54 piezas de polipropileno reciclado que se ensamblan como un puzle. El bal¨®n se puede enviar en un sobre plano y, una vez ensamblado, asemeja a la pelota tradicional de bamb¨² usada en algunos pa¨ªses asi¨¢ticos.
La impronta del manga en su obra gana protagonismo en proyectos no comerciales realizados para galer¨ªas o museos del mundo. Para la galer¨ªa neoyorquina Friedman Benda, ide¨® la colecci¨®n 50 Manga Chairs, una serie de asientos de acero creados a partir de elementos visuales del manga, como las vi?etas, el bocadillo y las l¨ªneas que expresan movimiento, emociones o efectos sonoros. En la feria francesa de dise?o Maison & Objet Paris, rindi¨® homenaje a la onomatopeya, un abundante elemento ling¨¹¨ªstico del manga nip¨®n que suele perderse en las traducciones, con una colecci¨®n de chocolates a los que bautiz¨® con la onomatopeya japonesa que describ¨ªa su textura, como crujiente (goro-goro) o viscoso (sube-sube).
Su fascinaci¨®n con la manipulaci¨®n del espacio y las ilusiones ¨®pticas convirti¨® a Nendo en el estudio ideal para dise?ar la exposici¨®n del artista gr¨¢fico holand¨¦s M. C. Escher en la Galer¨ªa Nacional de Victoria de Melbourne (Australia) en 2018. Con un simple m¨®dulo en forma de casa, repetido decenas de veces, el visitante era sumergido en espacios bidimensionales alusivos a los universos imposibles del dibujante holand¨¦s.
Los numerosos reconocimientos recibidos por Sato incluyen la elecci¨®n de la revista Newsweek como uno de los 100 japoneses m¨¢s respetados en 2002, y premios al dise?ador del a?o de publicaciones especializadas como Wallpaper y Elle Decor. En la entrada de Nendo del cat¨¢logo digital encyclopedia.design se habla de ¡°el ep¨ªtome de la excelencia del dise?o minimalista japon¨¦s¡± y su perfecta simbiosis con la sensibilidad del dise?o global. Sus obras m¨¢s representativas forman parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo de Victoria y Alberto de Londres y el Centro Pompidou de Par¨ªs.
Nendo cuenta con un equipo de 50 dise?adores en Tokio, y 2 en su estudio de Mil¨¢n. Entre sus clientes internacionales figuran American Express, Coca-Cola, TAG Heuer, Tod¡¯s, Camper, Baccarat, Starbucks, Louis Vuitton, Puma y fabricantes de muebles como Minotti o Cappellini.
Uno de los proyectos m¨¢s destacados en Jap¨®n fue el pebetero para los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio 2020, una esfera que se abr¨ªa en hemisferios y que, por primera vez, us¨® una llama generada por hidr¨®geno. Sato acaba de terminar el interior de la siguiente generaci¨®n de trenes de alta velocidad TGV para Francia, y supervisa el dise?o del pabell¨®n de Jap¨®n para la Exposici¨®n Universal de Osaka 2025, donde ser¨¢ el productor general.
Tras la pandemia, tambi¨¦n retom¨® su itinerario de trotamundos y muchas de sus reuniones tienen lugar en las salas vip de los aeropuertos. ¡°Conozco a la perfecci¨®n el aeropuerto de Barcelona, pero, desafortunadamente, nunca he estado en la ciudad¡±, se lamenta. Para seguir de forma simult¨¢nea el progreso de decenas de proyectos distintos, se aferra a una rutina que inicia cada d¨ªa cuando se despierta, a la misma hora, y viste un atuendo invariable de camisa blanca de Muji y traje negro de Uniqlo. Toma caf¨¦ en la misma cafeter¨ªa, pasea su perro por el mismo camino y come su plato favorito de soba (fideos de trigo sarraceno) en el mismo restaurante.
¡°Si repites las mismas cosas durante 20 a?os, te das cuenta de las peque?as diferencias que ocurren cada d¨ªa. Notas las peque?as grietas en las calles, los peque?os agujeros que ayer no estaban. Te das cuenta de que no es el mismo cocinero el que hizo tu soba hoy porque es diferente, ligeramente distinto¡±.
No parece sentirse amenazado por la inteligencia artificial y bromea, diciendo que tal vez la pr¨®xima entrevista la podr¨ªa responder un bot. Ya en serio, vaticina que, por su capacidad de manejar datos, la IA ser¨¢ perfecta para dise?ar productos de consumo masivo, como envolturas de chicles. ¡°Pero la inteligencia artificial no podr¨¢ crear algo con errores. Como en Doraemon, los errores pueden ser bellos. Y lo que hace que un dise?o sea hermoso es que al final todo perece. Todas nuestras emociones, re¨ªr, llorar o enfadarnos, est¨¢n relacionadas con que al final morimos¡±. Vuelve a retomar su tono festivo y concluye con una m¨¢xima que citaba su maestro Miyake cuando le ped¨ªan definir la diferencia entre arte y dise?o: ¡°El arte puede transmitir tristeza. La funci¨®n del dise?o es hacer feliz a la gente¡±.
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