La ¨¦pica pel¨ªcula de ser un cine y no un edificio de viviendas en Berl¨ªn
La sala m¨¢s antigua de Alemania, Moviemento, goza de nueva vida gracias a una pareja sin miedo que plant¨® cara a los inversores inmobiliarios.
El cine en funcionamiento m¨¢s antiguo de Alemania ha estado a punto de sucumbir bajo el tsunami gentrificador que asola ciertos distritos berlineses. Moviemento, que as¨ª se llama esta instituci¨®n fundada en 1907 en un primer piso de un edificio de Kottbusser Damm, la populosa avenida que separa los barrios de Kreuzberg y Neuk?lln, supon¨ªa una golosina inmobiliaria en uno de los corazones del turismo hipster. Solo una conjunci¨®n de respuesta ciudadana y esc¨¢ndalo medi¨¢tico lo ha salvado de convertirse en otra remesa de apartamentos de lujo.
La historia se remonta a 2007, cuando los actuales due?os, Iris Praefke y Wulf S?rgel, se hicieron cargo del negocio. ¡°Ambos trabaj¨¢bamos en la distribuci¨®n de pel¨ªculas. Moviemento estaba en quiebra en esos momentos, debido a una mala gesti¨®n, pero vimos que ten¨ªa mucho potencial¡±, recuerda S?rgel sentado en una de las mesas del bar del local, cubierto de carteles de filmes cl¨¢sicos, donde, adem¨¢s de palomitas, despachan vinos y cervezas que se pueden consumir dentro de sus tres salas, con capacidad para 104, 67 y 62 personas.
Desde aquel 2007 hasta 2018 la pareja tuvo cuatro caseros diferentes. El ¨²ltimo de ellos decidi¨® deshacerse de su empresa, a la que estaban ligados todos sus inmuebles, sin notificarlo. Una ma?ana de oto?o de 2019, Praefke y S?rgel recibieron la visita de dos agentes de Delta Vivum, su nuevo arrendador, una subsidiaria del gigante inmobiliario Deutsche Wohnen, el cual, seg¨²n datos de 2022, posee m¨¢s de 110.000 propiedades en Berl¨ªn. Su idea era vender los 600 metros cuadrados que ocupa Moviemento por dos millones de euros. ¡°Cuando me lleg¨® la oferta me di cuenta de que ning¨²n espacio cultural iba a poder hacer frente a esa cantidad. Lo que pretend¨ªan era que se construyeran viviendas¡±, aclara S?rgel. ¡°Pero decidimos luchar. Contactamos con todo el mundo que conoc¨ªamos: artistas, pol¨ªticos y prensa. Y aquello se convirti¨® en una gran campa?a medi¨¢tica internacional. En Deutsche Wohnen se asustaron, porque les pill¨® por sorpresa. No esperaban una respuesta tan contundente. Es que no sab¨ªan que este era el cine m¨¢s antiguo del pa¨ªs. Bueno, ?es que ni siquiera sab¨ªan que era un cine!¡±.
Ante la presi¨®n popular, que incluy¨® una campa?a de crowdfunding con la que recaudaron 140.000 euros, la compa?¨ªa cedi¨® y apost¨® por un acuerdo. En esas sobrevino la pandemia y todo se par¨®. Para colmo, en 2021 Deutsche Wohnen fue adquirida por Vonovia, con la que ahora forma el mayor conglomerado inmobiliario de Europa, que fue despidiendo a los empleados con los que hab¨ªan negociado. ¡°Nos quedamos sin interlocutores, excepto una mujer que no estaba en la junta directiva, que se hizo cargo de nuestro caso¡±, rememora S?rgel. Gracias a ella, hace unos meses ¨¦l y su socia cerraron un acuerdo de compra, invirtiendo lo recolectado con el crowdfunding, todos sus ahorros y algunos pr¨¦stamos de amigos. ¡°Fue una cifra muy baja para el mercado actual¡±, apunta, sin desvelar el montante exacto.
As¨ª se salv¨® un peque?o emblema cultural de la capital (por ejemplo, Tom Tykwer, el director de Run Lola Run o de la serie Babylon Berlin, fue jefe de programaci¨®n all¨ª durante los ochenta y noventa), que ahora acoge m¨¢s de una docena de festivales alternativos (como el Xposed Queer Film Festival) y estrenos de cintas independientes. S?rgel lanza una advertencia final: ¡°Hoy uno de los principales retos de cualquier instituci¨®n art¨ªstica es hacer frente a los precios de los alquileres. Por eso est¨¢n desapareciendo todo tipo de espacios, ya sean teatros, cines o salas de conciertos. Va a llegar un momento en el que no vamos a tener ad¨®nde ir¡±.
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