Nos comer¨¢ la caspa
Que el sistema democr¨¢tico est¨¢ en crisis es una amarga obviedad que no me canso de repetir, porque necesitamos regenerarlo
Hace muchos a?os le¨ª un art¨ªculo de Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de nuestra Constituci¨®n, reconocido jurista y pieza clave del Partido Socialista. Hab¨ªa en ¨¦l una idea que me llam¨® la atenci¨®n y que espero no citar mal; ven¨ªa a decir que los partidos de izquierdas, durante su gesti¨®n gubernamental, tienden a promover leyes que favorecen la igualdad social, y que por su parte los partidos de derechas, cuando llegan al poder, legislan m¨¢s a favor de las libertades individuales. Y que ambas cosas eran necesarias y que por eso la alternancia de partidos y la interacci¨®n terminaba modulando mejor las necesidades de una democracia avanzada. Como se deduce claramente de semejante reflexi¨®n, cuando se public¨® viv¨ªamos en unos tiempos pol¨ªticos m¨¢s inteligentes y generosos que los actuales; hoy s¨®lo sabemos sacarnos los ojos unos a otros.
Que el sistema democr¨¢tico est¨¢ en crisis es una amarga obviedad que no me canso de repetir, porque necesitamos reavivarlo y regenerarlo cuanto antes si no queremos que nos coma la caspa. Una de las consecuencias de esa crisis es un des¨¢nimo generalizado y un lugar com¨²n que me tiene harta: ¡°Todos son iguales¡±. Pues no. El problema es que no. No todos son iguales. Y si nos encogemos de hombros y nos abstenemos de decidir, ?qu¨¦ suceder¨¢? Ya lo he dicho antes. Nos comer¨¢ la caspa.
Aqu¨ª va un ejemplo. Hace dos a?os escrib¨ª un art¨ªculo anunciando el lanzamiento de un proyecto colosal, el Women¡¯s Legacy: Our Cultural Heritage for Equity (legado de las mujeres: nuestro patrimonio cultural para la equidad), un programa europeo para la inclusi¨®n de los logros femeninos en los contenidos educativos. Todo fue idea de la investigadora espa?ola Ana L¨®pez Navajas (Valencia, 1962), una verdadera genia empe?ada en crear no una historia feminista, sino ¡°una historia rigurosa, cient¨ªfica y completa¡± de la que no se hubiera extirpado a la mitad de sus protagonistas. Consigui¨® que la Consejer¨ªa de Educaci¨®n valenciana liderara el proyecto, a?adi¨® como socios a otras organizaciones internacionales y logr¨® fondos de la UE. Durante tres a?os, casi 300 personas han creado un archivo con tres cat¨¢logos (arte, m¨²sica y literatura) con obras de mujeres, m¨¢s un cuarto apartado, el m¨¢s importante, que ofrece contenidos educativos adaptados a las materias. Es decir, no se centran en las mujeres sino en las materias, y en cada tema se menciona a aquellas que fueron relevantes, en ciencia, pol¨ªtica, milicia o lo que fuere. El contenido es de libre acceso en todo el mundo en espa?ol, ingl¨¦s y catal¨¢n. ¡°Nada de lo que colgamos es relato, nada es doctrina, nos limitamos a dar datos. Y cuando mencionamos a una mujer la ponemos en contexto con otras, porque es importante desterrar la falsa idea de que las mujeres que destacaron son excepciones¡±. El archivo a¨²n est¨¢ en desarrollo y faltan por subir muchas fichas, pero es formidable (womenslegacyproject.eu).
Tras este logro de trascendencia mundial, Ana present¨® otro proyecto a la UE desde la consejer¨ªa y se lo volvieron a conceder. Este segundo proyecto era especialmente importante porque, por un lado, iban a hacer una transferencia del programa al sistema educativo franc¨¦s, pero adem¨¢s, y sobre todo, porque contaban con la colaboraci¨®n del Real Instituto de Estudios Interreligiosos de Am¨¢n, en Jordania. Iban a penetrar en el mundo ¨¢rabe recuperando su patrimonio y hab¨ªa previsto un evento de presentaci¨®n dentro de un a?o al que ya se hab¨ªan sumado universidades de Marruecos, T¨²nez, Egipto, Qatar, Dub¨¢i¡ Pero en esas llegaron las elecciones y la Generalitat Valenciana pas¨® a manos del PP (y de Vox: recuerden que el vicepresidente y consejero de Cultura es un torero voxiano). Y ah¨ª se acab¨® todo. Quitaron a Ana de coordinadora y pusieron en su lugar un comit¨¦ de trabajadores de la consejer¨ªa que entraron en tal par¨¢lisis que s¨®lo puede entenderse como un boicoteo frontal del proyecto: no firmaron el necesario convenio con las organizaciones asociadas, no asistieron a las reuniones¡ Desesperadas, tres de las asociadas (dos francesas y una jordana) se retiraron enviando cartas muy duras. Un mes despu¨¦s, la consejer¨ªa declar¨® que no hab¨ªa podido encontrar reemplazos y que cancelaba el proyecto. Ni siquiera era dinero suyo, sino de la UE: 400.000 euros que tendr¨¢ que devolver. Tanta sa?a, tanta incultura y tanta ceguera. No, no todos son iguales.
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