Laia Abril: arte para denunciar la misoginia
La ¨²ltima ganadora del Premio Nacional de Fotograf¨ªa lleva casi una d¨¦cada trabajando en su trilog¨ªa ¡®Una historia de la misoginia¡¯. Su obra ha sido poco expuesta en Espa?a. ¡°No hay manera¡±, lamenta.
La ¨²ltima ganadora del Premio Nacional de Fotograf¨ªa es una relativa desconocida en Espa?a, donde su obra y sus investigaciones sobre los trastornos alimenticios o la igualdad de g¨¦nero apenas han sido expuestas en lugares p¨²blicos o privados. Fuera del pa¨ªs, las tres series de su proyecto A History of Misogyny (Una historia de la misoginia) han visitado una quincena de pa¨ªses. Nos referimos a Laia Abril (Barcelona, 1986), que se convirti¨® en 2023 en la persona m¨¢s joven en recibir esa distinci¨®n del Ministerio de Cultura.
Tambi¨¦n consigui¨® el premio revelaci¨®n PHotoEspa?a en 2016, obtuvo una beca de la influyente Fundaci¨®n Magnum en 2019 y, ese mismo a?o, fue finalista del galard¨®n que patrocina la Fundaci¨®n Fotogr¨¢fica Deutsche B?rse. ¡°El otro d¨ªa habl¨¦ con Cristina Garc¨ªa Rodero, cuando le entregaron el Premio Ortega y Gasset, y estaba muy enfadada. Me dijo: ¡®?Ya no hacen ni exposici¨®n ni cat¨¢logo cuando te dan el Premio Nacional? Pues tienes que decirlo¡¯. Y yo lo digo, aunque no ten¨ªa ni idea de que antes s¨ª pasaba¡±, explica por videollamada desde su estudio del barrio barcelon¨¦s de Sant Andreu.
Abril curs¨® periodismo y publicidad en la Universidad Ramon Llull. ¡°Muchos piensan que, como hago investigaci¨®n, utilizo el periodismo como base; sin embargo, no es as¨ª¡±, se?ala la artista, que usa el retrato, pero tambi¨¦n textos, instalaciones, v¨ªdeos y diversos objetos, que desembocan en demoledores ensayos visuales. Tras mudarse a Nueva York para estudiar en el Centro Internacional de Fotograf¨ªa, en 2009 se traslad¨® a Treviso, para trabajar como investigadora y editora en Colors, la revista del grupo Benetton que cerr¨® en 2014. ¡°La imagen ha estado muy peleada con el texto: o haces fotos, o escribes. Y yo no le ve¨ªa el sentido a ese monote¨ªsmo¡±, a?ade.
As¨ª surgi¨® su proyecto sobre los trastornos alimenticios, tras el que se embarc¨® en 2015 en su trilog¨ªa de la misoginia. ¡°Al principio intentaba vender a los medios esta clase de temas, pero eran muy dif¨ªciles de colocar¡±, rememora. ¡°Me dec¨ªan: ¡®Bueno, eso pasaba antes¡¯. O: ¡®Eso sucede en otros sitios¡¯. As¨ª que cre¨¦ una especie de comparativa entre diferentes pa¨ªses y ¨¦pocas para demostrar que esto no pertenece al pasado¡±.
Cada una de las tres series acerca de la misoginia surge de un detonante. El primero fue la reducci¨®n del derecho al aborto que promulg¨® el Gobierno del PP en 2013, impulsada por Alberto Ruiz-Gallard¨®n. ¡°Para m¨ª aquello fue un shock¡±, asegura. As¨ª naci¨® On Abortion (¡°Sobre el aborto¡±), el cap¨ªtulo inicial. Aunque ella siempre hab¨ªa trabajado en formato fotolibro, en 2015 Sam Stourdz¨¦, el director del festival de fotograf¨ªa Rencontres d¡¯Arles, le propuso una exposici¨®n. ¡°Es muy raro que el festival de fotograf¨ªa m¨¢s importante te ofrezca algo as¨ª. Y mucho m¨¢s porque yo no ten¨ªa ni 30 a?os y ven¨ªa de otro ambiente. Creo fue ah¨ª cuando di el salto al mundo del arte¡±. Esa muestra a¨²n sigue girando internacionalmente y recal¨® hace escasos meses en Par¨ªs.
¡°Con On Abortion me di cuenta de las repercusiones de su falta de acceso: la mujer es obligada a ser madre, acaba en prisi¨®n o muere¡±, se lamenta. ¡°Tengo un d¨¦j¨¤ vu horrible porque, cuando termin¨¦ esa serie, Trump estaba a punto de alcanzar la presidencia en Estados Unidos. Y ahora tiene toda la pinta de que va a volver a ocurrir. Estados Unidos se ha ido a la mierda de una forma asombrosa. Se ve¨ªa venir, pero ha llegado a un punto en el que muchas mujeres est¨¢n muriendo all¨ª por no poder interrumpir su embarazo legalmente¡±. Una de las historias que m¨¢s le impact¨® fue la de los grupos de extrema derecha que se dedican a poner bombas en cl¨ªnicas abortistas estadounidenses. ¡°Y se denominan provida. Es de las cosas m¨¢s locas que me he encontrado. ?Terrorismo provida! El nombre es fascinante¡±.
En 2016 tuvo lugar el caso de La Manada, el detonante que dio pie a su segundo cap¨ªtulo, On Rape (Sobre la violaci¨®n). ¡°Sent¨ª que ya no nos afectaba una agresi¨®n grupal, porque ya ni nos sorprend¨ªa¡±, proclama. ¡°Lo que nos dol¨ªa era el fallo de la sociedad y del sistema judicial. Por eso decid¨ª poner el foco en las instituciones, que han generado una cultura de la violaci¨®n que funciona de manera perfecta¡±.
On Rape, que se estren¨® en 2020, acaba de pasar por C/O Berlin, una de las fundaciones fotogr¨¢ficas de la capital alemana. Una de las piezas que causa m¨¢s perplejidad en la secci¨®n final del montaje es Custer¡¯s Revenge, un videojuego para adultos de 1982 creado para la consola Atari, inspirado en la figura del general estadounidense George Armstrong Custer. All¨ª, el objetivo final del usuario es violar a una mujer que ha sido capturada y amarrada a un poste. ¡°Para colmo, es una nativoamericana¡±, advierte Abril. ¡°Lo tiene todo: misoginia, racismo¡ Aunque la mezcla de videojuegos y violaci¨®n es algo que se ve en muchos otros casos¡±.
Laia Abril reside hoy entre Barcelona y Suiza, donde es profesora en la Universidad de Dise?o, Cine y Arte de Lucerna. Ahora ha terminado On Mass Hysteria (Sobre la histeria colectiva), la ¨²ltima parte de su trilog¨ªa, que ya se ha podido ver en ese pa¨ªs. En Espa?a, una vez m¨¢s, habr¨¢ que esperar. Al margen de la fundaci¨®n barcelonesa Foto Colectania, que acogi¨® On Abortion en 2019, y Arco, que este a?o mostr¨® un peque?o fragmento de On Rape, su proyecto acerca de la misoginia pr¨¢cticamente no ha sido expuesto en Espa?a.
¡°En este pa¨ªs hay una doble problem¨¢tica¡±, dice. ¡°Por un lado: ?qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de las fundaciones de arte privadas, qu¨¦ tipo de personajes ponen dinero all¨ª y cu¨¢les son sus filiaciones pol¨ªticas? Por otro lado, en el ¨¢mbito p¨²blico, la mayor¨ªa de las instituciones con capacidad para traer exposiciones as¨ª est¨¢n en Madrid. Y dependen de la Comunidad de Madrid¡±. Y sonr¨ªe. ¡°Pues ya est¨¢. No tengo mucho m¨¢s que a?adir¡±. Y la sonrisa se convierte en carcajada. ¡°He logrado llevar On Abortion a Dubl¨ªn, durante el refer¨¦ndum sobre la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en un pa¨ªs como Irlanda, cat¨®lico hasta las trancas y en donde se persegu¨ªa a las mujeres por esto. Pero en Espa?a parece que no hay manera. Me resulta curioso¡±. Re¨ªr por no llorar, s¨ª.
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