Najwa Nimri: ¡°Lo peor que pueden decir de m¨ª es que soy supermaja¡±
Su papel en ¡®Salto al vac¨ªo¡¯ y su proyecto musical junto a Carlos Jean, Najwajean, la convirtieron en icono de los a?os noventa. En la ¨²ltima d¨¦cada ha encadenado ¨¦xitos en las plataformas, con series como ¡®Vis a vis¡¯ o ¡®La casa de papel¡¯. Ahora vuelve a las pantallas con la pel¨ªcula ¡®La virgen roja¡¯ y la serie ¡®Respira¡¯. Es uno de los rostros m¨¢s conocidos del cine espa?ol, pero su vida es todo un misterio.
Cuando se lo propone, Naj?wa Nimri (Pamplona, 52 a?os) puede ser como una esfinge, como uno de esos leones mitol¨®gicos con cabeza de mujer que custodian un enigma. Si descubre que no eres capaz de resolver el acertijo, te clava sus ojos felinos y te lanza lo m¨¢s lejos posible. Una conversaci¨®n cara a cara con esta mujer es lo m¨¢s parecido a un duelo, cuyo final solo conoce ella. ¡°A ver, me llamo Najwa, mi apellido es Nimri y no me doy mucho. Puede ser que tenga una imagen misteriosa, pero el misterio alrededor de m¨ª tiene m¨¢s que ver con que estoy en las nubes, pensando en chorradas, que con una postura. No es intencional¡±, asegura la actriz. ¡°Es imposible mantener tanto tiempo una impostura¡±, a?ade durante la charla en una cafeter¨ªa cerca de su casa, en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s.
Pose o realidad, Nimri tiene un aura de ser fabuloso y una fuerza sigilosa. Lleva unos vaqueros negros y una camiseta roquera a juego y esconde su mirada leonina detr¨¢s de unas gafas de sol de Prada. Hay algo profundamente juvenil e irreverente en ella. ¡°Mi novio y todos mis amigos tienen 35 a?os y mis fans son superj¨®venes. No tengo ning¨²n amigo de mi edad. Soy la persona m¨¢s vieja que conozco. Siempre he estado con gente de 35. Nunca me he movido de esa edad¡±, explica. No suele dar entrevistas, y cuando las da evita hablar de su vida privada, as¨ª que la revelaci¨®n que acaba de hacer es toda una concesi¨®n. Tampoco opina en p¨²blico sobre pol¨ªtica o temas de actualidad, no se posiciona en debates, y no se prodiga en eventos y photocalls.
¡°Si no sales con famosos y tus amigos no son famosos, consigues que nadie sepa nada de ti¡±, dice satisfecha. Esa es su f¨®rmula para ser una estrella an¨®nima. Porque, aunque diga que no, es una estrella. En sus 30 a?os de trayectoria ha trabajado con algunos de los mejores directores del cine espa?ol ¡ªAlejandro Amen¨¢bar, Julio Medem, Ic¨ªar Bolla¨ªn¡¡ª y ha participado en pel¨ªculas que ya son cl¨¢sicos ¡ªAbre los ojos, Los amantes del c¨ªrculo polar, Luc¨ªa y el sexo¡¡ª. Su papel en Salto al vac¨ªo, el primero de su carrera, y su proyecto musical junto a Carlos Jean, Najwajean, la elevaron a icono en los a?os noventa. En esta ¨²ltima d¨¦cada se ha reconvertido en una luminaria de las plataformas de streaming. En 10 a?os no ha dejado de encadenar ¨¦xitos televisivos encarnando a las villanas favoritas de los espectadores: la visceral Zulema Zahir de Vis a vis, la calculadora Alicia Sierra de La casa de papel y Berl¨ªn¡
¡°No soy ninguna de ellas. Yo vivo una vida normal, en un piso normal en un edificio sin ascensor, y voy con gente normal. Subo mis maletas por la escalera. La realidad se impone¡±, se?ala. Pero entiende que se haya labrado una fama de diva lejana. ¡°No hago esfuerzos para resultar cercana ni para caer bien a la gente. Creo que lo peor que pueden decir de m¨ª es que soy supermaja. I fucking hate that¡ Odio cuando lo dicen: ¡®Es supermaja¡±, reconoce. ¡°Soy bastante solitaria. No soy de quedar para el vermut, no soy un bicho social. Nunca lo he sido. Puede tener que ver con c¨®mo me he criado. O puede tener que ver con todo¡±.
De padre jordano y madre vasca, Nimri se crio en el Bilbao de la d¨¦cada de 1970, una ¨¦poca convulsa para el Pa¨ªs Vasco marcada por la Transici¨®n y la violencia de ETA. Recuerda que no hab¨ªa un solo fin de semana que fuera light. ¡°No me olvido de las pelotas de goma ni del olor del gas en las calles. Pero los fines de semana me iba a la playa a coger olas. Era todo muy bestia, as¨ª me crie yo¡±. Creci¨® en una familia multicultural, en una ¨¦poca en la que no se hablaba de multiculturalismo. ¡°No conoc¨ªa a nadie en mis circunstancias en Bilbao, con un padre inmigrante y ¨¢rabe que hablaba el castellano con acento. Al principio, de ni?a, pensaba que era lo normal. Luego me di cuenta de que no era lo normal. No hab¨ªa muchas referencias con las que me pudiera identificar o que sirvieran de espejo para entender lo que viv¨ªa en mi casa¡±, explica.
A veces sent¨ªa que no encajaba. Lo sent¨ªa cuando pasaban lista en clase. ¡°N-a-j-w-a¡ Yo me preguntaba por qu¨¦ me hab¨ªan puesto ese nombre¡±. De peque?a se lo cambi¨® por Pili. ¡°Cuando eres ni?o, lo ¨²nico que quieres es encajar. Pero no fue traum¨¢tico. O igual lo fue cuando me di cuenta. No s¨¦¡±. Tambi¨¦n lo sent¨ªa en su casa. Sus padres, ambos farmac¨¦uticos, no entend¨ªan sus arrebatos histri¨®nicos. Los Nimri no iban al cine ni al teatro y no escuchaban m¨²sica. ¡°En mi casa, arrancarte con espontaneidad no estaba por encima de poder razonar una idea de forma pausada. Siempre fue m¨¢s importante saber argumentar tus ideas. Y yo no era capaz. Era la tonta de la familia¡±, recuerda.
Ahora se siente m¨¢s comprendida que entonces. ¡°Las cosas han cambiado mucho en 50 a?os¡±, reconoce. Pero su car¨¢cter, impetuoso, apabullante, no ha cambiado. Siempre ha sido hiperactiva e inquieta. ¡°Cuando era ni?a era complicado lidiar conmigo. Por eso me pasaba el d¨ªa en la calle o en la playa, haciendo skate o surf. Estaba todo el rato rompi¨¦ndome todo¡±. Volv¨ªa a su casa de noche, desgastada. Le costaba estudiar. Repiti¨® y no termin¨® el instituto. Echando la vista atr¨¢s, cree que sufr¨ªa un trastorno de d¨¦ficit de atenci¨®n. ¡°Creo que hoy me lo habr¨ªan diagnosticado. Hace poco se lo pregunt¨¦ a mi madre y me lo reconoci¨®. Mi madre es fr¨ªa, dura, muy vasca¡ Yo soy de otra generaci¨®n, pero no creo que sea mejor que mis padres¡±.
El 27 de septiembre, Nimri estrenar¨¢ su nueva pel¨ªcula, La virgen roja, dirigida por Paula Ortiz. La cinta, una historia basada en hechos reales, cuenta la vida de Hildegart Rodr¨ªguez Carballeira, la ni?a prodigio y militante socialista que escandaliz¨® a la Espa?a de la dictadura de Primo de Rivera con sus ideales feministas y sus revolucionarios enunciados sobre la sexualidad. La actriz Alba Planas encarna a Hildegart y Nimri interpreta a su madre, Aurora Rodr¨ªguez. Una vez m¨¢s es ¡°la mala de la pel¨ªcula¡±. Aurora, su personaje, acab¨® asesinando a su hija en 1933. ¡°Me han ofrecido muchas veces hacer de buena, pero al final siempre elijo a la mala. Todos mis personajes son odiosos. Nos encanta odiar. Nos gusta m¨¢s que amar. Hoy en d¨ªa, m¨¢s¡±, dice.
La virgen roja es una historia sobre la maternidad mal entendida. Durante el rodaje, la actriz reflexion¨® sobre el tema. ¡°Es que las madres tenemos mucho peso. A un mal padre lo puedes superar con trabajo personal, pero a una mala madre, no. Si la que te ha parido es la que te quema los cigarros, el da?o es irreparable. Si tu padre te pega y tu madre se calla, de lo que te acuerdas es de que tu madre no dec¨ªa nada¡±, se?ala. ¡°Afortunadamente, Aurora, mi personaje, tiene muy poco en com¨²n conmigo. Mi hijo tiene 20 a?os y vive solo desde los 18¡å. Su hijo se llama Teo Nabil. Teo significa ¡°dios¡± en griego, y Nabil, ¡°noble¡± en ¨¢rabe.
En cuanto la conversaci¨®n se vuelve muy personal, Nimri busca atajos para escaparse. Estuvo casada con el director de cine Daniel Calparsoro, con quien vivi¨® una intensa historia de amor personal y profesional de la que surgieron cinco pel¨ªculas. La primera, Salto al vac¨ªo, fue su debut actoral en 1995. La pareja se separ¨® en el a?o 2000. Unos a?os despu¨¦s, ella se fue a probar suerte a Hollywood. ¡°Ya estaba embaraza de Teo y me lo pas¨¦ vomitando. Me habr¨ªa interesado aguantar lo que no aguant¨¦. Pero no tengo una ambici¨®n dirigida¡±, admite. No se arrepiente. Volvi¨® a Madrid para tener a su hijo e hizo un par¨®n de cinco a?os para dedicarse a la maternidad y a la m¨²sica.
¡°Volviendo a la pel¨ªcula, supongo que durante d¨¦cadas hubo muchas mujeres como Aurora que ejercieron el control de la ¨²nica manera que pod¨ªan: sobre sus hijos. Antes, si una mujer no fabricaba su universo de puertas para adentro, no ten¨ªa nada. Aurora concibi¨® y educ¨® a Hildegart para ser la mujer del futuro. La convirti¨® en una de las mentes m¨¢s brillantes de los a?os treinta, en un referente mundial sobre sexualidad femenina. La pregunta que me hago sobre Aurora es por qu¨¦ no fue ella la abanderada de sus propias ideas. Quer¨ªa analizar eso¡±, explica. Otra cosa que le gust¨® de La virgen roja fue que se trataba de un proyecto eminentemente femenino. La directora, las protagonistas, la productora, las guionistas, la directora de producci¨®n, la dise?adora de vestuario, la jefa de maquillaje y las directoras de casting son mujeres. Mar¨ªa Arnal compuso la canci¨®n original. El equipo de Amazon MGM Studios, una de las productoras de la cinta, tambi¨¦n es mayoritariamente femenino. ¡°Hasta hace nada, una buena idea de un hombre se impon¨ªa a una buena idea de una mujer. Eso est¨¢ cambiando, pero siguen faltando miradas femeninas sobre lo femenino. Aunque un rodaje con mujeres puede ser igual de infernal y duro que con hombres¡±, dice.
A finales de agosto, tambi¨¦n volver¨¢ a la tele con Respira, la nueva serie de Carlos Montero (F¨ªsica o qu¨ªmica, ?lite), un drama de Netflix sobre un hospital p¨²blico valenciano en plena huelga. Nimri comparte elenco con Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, Blanca Su¨¢rez y Manu R¨ªos. Est¨¢ encantada con regresar a la plataforma que la lanz¨® a la fama internacional con La casa de papel. ¡°Hasta hace 10 a?os, yo no ten¨ªa rutinas. Ahora, estos proyectos me exigen rutina. La rutina me sienta tan bien¡ a m¨ª me salva¡±, asegura.
Su personaje en Respira, Patricia Segura, es la presidenta de la Comunidad Valenciana, una pol¨ªtica liberal, de tintes anarcocapitalistas, que no cree en la sanidad p¨²blica. ¡°Decid¨ª hacer esto porque sab¨ªa que era la ¨²nica forma de salir de Aurora¡±, dice. ¡°Patricia es una mujer feliz de haberse conocido. Yo no estoy tan encantada de conocerme. Ojal¨¢ lo estuviera. No me levanto todas las ma?anas y digo: ¡®Me voy a comer el mundo¡¯. S¨ª tengo una energ¨ªa sobrenatural, pero ca¨®tica. Esa energ¨ªa es lo que me permite dar vida a personajes que van para adelante¡±.
Para crear a Patricia Segura se inspir¨® en algunas de las lideresas que hay en la pol¨ªtica nacional. ?Isabel D¨ªaz Ayuso? Ella prefiere no dar nombres concretos. Nunca opina sobre pol¨ªtica en sus entrevistas y hoy no har¨¢ una excepci¨®n. ¡°Yo no creo que sea m¨¢s lista que los dem¨¢s. Nunca lo he cre¨ªdo. Y eso me salva de muchas cosas. No juzgo demasiado, no soy criticona, no tengo amigas a las que llamo y cotilleo sobre algo¡±, se excusa. ¡°La gente quiere construirse una imagen de uno, quiere saber si eres de los suyos o si eres de los otros. Eso no va conmigo. No quiero servir como un instrumento para que la gente se identifique con una cosa u otra. Eso es lo que precisamente me permite cambiar de piel en cada papel¡±.
La Nimri que solemos ver en pantalla, segura de s¨ª misma, impredecible y peligrosa, parece tener todas las respuestas. La Nimri de carne y hueso, la m¨¢s desconocida, es humana y tiene dudas. Piensa bien sus respuestas, hace pausas y silencios, se contradice¡ ¡°M¨¢s que si me considero una mujer libre, creo que a veces consigo serlo y otras veces no¡±, aclara en un momento. ¡°No me importa lo que opinen de m¨ª. Pero el juicio general me afecta como a todos, y m¨¢s dedic¨¢ndome a esta profesi¨®n¡±, dice despu¨¦s. Tiene imagen de mandona, de femme fatale. Ella lo achaca a sus personajes. ¡°Es verdad que peleo por mis ideas, pero no se hace lo que yo quiero en ning¨²n lado. No mando ni en mi casa¡±, aclara. Aunque luego reconocer¨¢ que a veces s¨ª se sale con la suya: ¡°Una puede conseguir ser due?a de s¨ª y de su destino de muchas maneras. No necesariamente tiene que ser con una pistola y pegando patadas¡±.
Sin pistolas y sin patadas se ha labrado una carrera de tres d¨¦cadas y ha hecho siempre lo que ha querido, en sus propios t¨¦rminos. Cuando ha querido parar, ha parado. Cuando ha querido volver, ha vuelto. Y cuando ha querido hacer m¨²sica, lo ha hecho. Nunca se ha desnudado en c¨¢mara. Lo estipula as¨ª en sus contratos. Cada vez que le preguntan por el tema, responde algo diferente. ¡°Mis no desnudos en el cine son porque no me f¨ªo de quien est¨¢ detr¨¢s de la c¨¢mara¡±, dijo en 2018. ¡°No ruedo sexo para ahorrarme el calvario¡±, dijo en 2022. ¡°Cuando me toque desnudarme, ir¨¦ con todo¡±, afirma hoy. ¡°Hasta ahora he podido construir mi carrera sin quitarme la ropa. Me ha costado pelearlo mucho, a riesgo de perder trabajos. Pero suceder¨¢, como sucedi¨® la portada de Intervi¨²¡±, vaticina. En 2014, con 41 a?os, pos¨® sin ropa para el conocido semanario, siguiendo la estela de divas como Marisol y Lola Flores. Entonces dio un titular igual de despojado que dio que hablar: ¡°Los t¨ªos sois unos cerdos y a m¨ª me parece bien¡±.
Cuatro a?os despu¨¦s, le preguntaron por esa frase y se explic¨®. ¡°Me he sentido peor con mujeres y con hombres que parec¨ªa que entend¨ªan la sexualidad con una visi¨®n benevolente y dulce. La gente que menos sustos me ha dado son los que hipot¨¦ticamente eran m¨¢s sucios y turbios¡±, declar¨® en 2018 a EL PA?S. Dio esa entrevista con motivo del estreno de Qui¨¦n te cantar¨¢, pel¨ªcula de Carlos Vermut. Hoy, el director de cine est¨¢ acusado de violencia sexual por seis mujeres. Este periodista no le pregunta qu¨¦ opina sobre el caso Vermut, pero s¨ª si alguna vez ha sufrido alg¨²n intento de abuso en la industria. ¡°Supongo que un mont¨®n de veces. Supongo que un mont¨®n de veces y de muchas maneras¡±, responde. ¡°Lo que seguro no ha marcado mi vida son los intentos de abuso de poder. Cada vez que he sentido que no me iban a hacer bien, me he pirado. Soy bastante impulsiva. A veces eso me juega malas pasadas y otras veces me salva¡±.
Nimri es capaz de oler el peligro. Cuando lo intuye es m¨¢s esfinge que nunca. Clava sus ojos felinos en ti y te lanza lejos. ¡°Si se?alas que tu vida no est¨¢ hecha bas¨¢ndote en abusos de poder sino todo lo contrario, la gente interpreta que has tenido la oportunidad de no estar en esas situaciones. Se puede sobrentender eso¡±, explica. Se pone seria al hablar del movimiento Me Too. Cree que una entrevista de promoci¨®n en una cafeter¨ªa no es el momento o el espacio propicio para reflexionar sobre el tema. No quiere caer en lo que ella llama ¡°la trituradora de la informaci¨®n¡±. ¡°Si no, todo se queda en una especie de terreno en donde nada tiene peso¡±, argumenta. ¡°Las opiniones que tengo sobre un mont¨®n de cosas son eso, opiniones, y tienen el valor de la nada. Opinar al tunt¨²n es una falta de respeto que te mueres. No estoy salvando el culo. Siempre he sido as¨ª. El que quiere saber c¨®mo pienso, lo sabe. Los que me conocen, saben¡±.
Tras m¨¢s de una hora y media de conversaci¨®n, Najwa Nimri sigue siendo todo un enigma.
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