Francis Kurkdjian, perfumista de Dior, se enfrenta al mayor reto de su carrera: relanzar la fragancia Sauvage
La estrella de la perfumer¨ªa nos recibe en un lujoso p¨¢ramo de Utah
Calificar a Francis Kurkdjian (Par¨ªs, 55 a?os) como un hombre detallista es quedarse muy corto. Creador art¨ªstico pero con mente matem¨¢tica, como ¨¦l mismo asegura, antes de entrar a trabajar en Dior el perfumista hizo una investigaci¨®n a fondo sobre la casa francesa. Parec¨ªa que era ¨¦l quien iba a contratarla y no al rev¨¦s. Pas¨® un mes preparando una gu¨ªa de 12 p¨¢ginas de todos los puntos de inter¨¦s, desde sus perfumes m¨¢s famosos hasta sus boutiques. ¡°Compr¨¦. Tambi¨¦n online, para ver c¨®mo era el proceso. En Par¨ªs fui a tiendas, de comprador en la sombra¡±, recuerda ahora, sentado entre las inmensas rocas del desierto de Utah (Estados Unidos). Han pasado ya m¨¢s de tres a?os desde que entreg¨® al presidente de Dior ese libreto con sus sugerencias y peticiones, incluida la lista de todo lo que estaba dispuesto a cambiar si le fichaban. Lo hicieron. Y ha cumplido buena parte de la propuesta. Ahora se enfrenta a uno de los mayores retos de la casa: el relanzamiento de Sauvage, el perfume m¨¢s vendido no solo de la maison, sino del mundo, tanto femenino como masculino, del que este septiembre lanza su versi¨®n Eau Forte. Un desaf¨ªo para las ventas, el sector y la propia empresa. ?Le preocupa que a la gente no le guste? ¡°No me importa¡±, afirma, alto y claro. ¡°?Es bueno para Dior, es lo que necesita? Esto no va de la gente, sino de la casa. Si piensas en la gente, te olvidas de la marca. El icono es el producto¡±.
La determinaci¨®n de Kurkdjian es casi legendaria en la industria. Serio y riguroso, salpica su discurso de titulares, que luego siempre matiza, como que merece el puesto, que no todo el mundo es capaz de hacer su trabajo o que no le gusta que se diga que tiene suerte, sino que es audaz. En el mundo de los perfumes, su nombre empieza a ser tan c¨¦lebre como las esencias de los frascos que rellena. Ha trascendido el reducto de los m¨¢s entendidos y ya casi ha calado entre el p¨²blico como un icono. Nada de esto, por supuesto, le importa lo m¨¢s m¨ªnimo. ¡°Hago mi trabajo lo mejor que puedo. Hago lo mejor para estar al servicio de la perfumer¨ªa, puedes pensar que soy un icono o no, me da igual¡±, dice con la mirada directa y sin falsa modestia. ¡°Lo que importa es ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites. Maria Callas lo dijo una vez, de una manera muy bonita: que estaba al servicio de la m¨²sica. Si en mi nivel puedo hacer eso, ser¨¦ feliz¡±.
Kurkdjian se deja fotografiar durante la presentaci¨®n de Sauvage Eau Forte en un rinc¨®n remoto del medio Oeste estadounidense, el hotel Amangiri de Canyon Point (Utah), hasta donde viajamos invitados por la marca. Todav¨ªa es mediados de junio, pero ya se rozan los 40 grados en este extra?o para¨ªso en medio de la nada, una especie de ristra con una treintena de cuidados microb¨²nkeres con todas las comodidades y una sobrecogedora piscina tallada en la roca. El de los perfumes es un imponente mercado que movi¨®, seg¨²n Statista, 58.000 millones de d¨®lares en 2023 y que se espera que siga creciendo, sin techo, alrededor de un 3% cada a?o; Dior, parte del grupo LVMH (cuya divisi¨®n de fragancias creci¨® un 12% en la primera mitad de 2023, superando los 4.000 millones de d¨®lares, seg¨²n Forbes), ha escogido uno de los hoteles m¨¢s exclusivos del mundo para presentar este lanzamiento ante una veintena de medios internacionales. El nariz posa ¨¢gil y serio entre las curvas creadas por los meandros del r¨ªo Colorado. Cumple sin pesta?ear, pero no se le ve demasiado c¨®modo. ?Le molesta la atenci¨®n medi¨¢tica? ¡°Es parte del trabajo. Ser¨ªa completamente irresponsable pensar que todo el mundo puede hacer este trabajo. Demanda mucho y no es para cualquiera; no estoy diciendo que yo sea buen¨ªsimo, que sea el mejor. Estoy en Dior porque crear mi propia compa?¨ªa, sin dinero, fue mucho m¨¢s dif¨ªcil¡±.
Esa compa?¨ªa es un primer atelier que mont¨® en 2001, y tras la que lleg¨® la todav¨ªa c¨¦lebre Maison Francis Kurkdjian, fundada junto a su socio, Marc Chaya, quien, al conocerle, oli¨® su talento y vio que crear una casa con su nombre, algo poco com¨²n en el mundo del perfume, ten¨ªa futuro. Su nombre ya resonaba en la industria porque con 26 a?os dio vida a un cl¨¢sico inmediato, Le Male, de Jean Paul Gaultier, que sigue vendi¨¦ndose a buen ritmo tres d¨¦cadas despu¨¦s. ¡°Estar en Dior es muy f¨¢cil en comparaci¨®n con lo que he hecho antes, desde que tengo 25 a?os¡±, reconoce, para luego matizar que tampoco es ¡°un trabajo simple¡±: ¡°Es f¨¢cil porque tengo el conocimiento de lo que hago, de los materiales, las f¨®rmu?las, las historias, de entrenar a la gente. He tenido que hacer muchas cosas solo y con mi socio, con mis manos¡±, explica. Entrar en la casa francesa ha sido ¡°la guinda del pastel¡±: ¡°Porque hago lo que quiero, y si necesito algo solo tengo que pedirlo. Hay mucho que hacer, no es f¨¢cil, pero tengo todo lo que necesito para hacer mi trabajo como quiero¡±.
Al verlo sentado bajo el poderoso aire acondicionado que a¨ªsla del desierto en el que se enclava el lujoso hotel de color arena, vestido de pies a cabeza de la marca que representa, podr¨ªa caerse en la tentaci¨®n de ver al nariz como un elegido, destinado a este futuro de opulencia. Pero ¨¦l no se crio en Grasse, ni sus padres estaban vinculados a un mundo de fragancias y finuras. Sus abuelos paternos eran humildes maestros en Turqu¨ªa; los de su madre eran ovejeros y due?os de tierras en Armenia. Las perdieron al huir tras el genocidio de 1915, y ¨¦l se crio a las afueras de Par¨ªs en los preceptos armenios. ¡°Claro que hace 30 a?os quer¨ªa crear perfumes para Dior o Yves Saint Laurent, pero no pod¨ªa imaginarme tener tambi¨¦n mi propia casa ni trabajar con artistas, ni siquiera viajar¡±, reconoce el creador del que fue hit en redes hace un par de a?os, Baccarat Rouge 540 (y de medio centenar de fragancias para su maison), as¨ª como de Narciso Rodriguez for Her; del famoso y veraniego Green Tea, de Elizabeth Arden, o de Mr. Burberry y Her para la firma brit¨¢nica hom¨®nima, y que ha hecho intervenciones en el Grand Palais, en Versalles, o en Villa Medici. Puede ser serio, incluso resultar cortante en ocasiones, pero Kurkdjian sigue amarrado a sus or¨ªgenes. ¡°La primera vez que me sub¨ª a un avi¨®n ten¨ªa 12 a?os; la segunda, 24. Han pasado muchas cosas desde donde vengo, con mis padres y mis abuelos siendo inmigrantes. Y eso me hace feliz¡±.
Uno de sus objetivos es convertirse en inspiraci¨®n para las nuevas generaciones. ¡°Para m¨ª es algo realmente importante. Porque a menudo se piensa que esto es una casta, que se transmite de padres a hijos, que tienes que ser de familia perfumista y vivir en Grasse¡ Yo quiero ense?arles a los j¨®venes que si trabajas duro, si te atreves, puedes lograr muchas cosas, sin miedo a que la gente te diga que es imposible¡±, explica, en un tono muy alejado de la ingenuidad. ¡°La mayor parte de la gente no hace cosas porque les hacen ver que son inalcanzables, no porque no puedan, sino porque les dicen: ¡®No lo lograr¨¢s porque es duro¡¯. Vale, pero es que la vida es dura¡±, cuenta quien desde 2008 es caballero de las Artes y las Letras en Francia.
Al contrario de lo que cabr¨ªa pensar, su trabajo no transcurre entre pipetas: ¡°Nunca estoy en el laboratorio; cuando escribes un art¨ªculo no est¨¢s en una imprenta¡±, compara. ¡°Solo necesito un papel y un l¨¢piz. Puedo trabajar desde aqu¨ª y enviar f¨®rmulas a Par¨ªs, solo necesito una conexi¨®n wifi. Eso de que todos los perfumistas se retraten en un laboratorio induce a error¡±. Trabajar en una casa tit¨¢nica como Dior le marca los tiempos: para final de septiembre de 2024 ya tiene que tener listos los lanzamientos de 2025 y tambi¨¦n de 2026. ?C¨®mo puede saber lo que gustar¨¢ dentro de a?o y medio? ¡°No me importa¡±, reconoce. ¡°Hay que centrarse en el producto¡±, repite.
Desterrar mitos es tarea r¨¢pida con Kurkdjian, que deja claro que su trabajo va mucho m¨¢s all¨¢ de la mezcla de fragancias, que podr¨ªa considerarse el foco de todo perfumista. Para ¨¦l, el storytelling, contar una historia, tiene mucho peso. Su contacto con los equipos de marketing es constante, en ambas direcciones. ?l les cuenta qu¨¦ ha creado y tambi¨¦n trata de comprender qu¨¦ quiere la empresa. ¡°Tengo que tener la historia completa, necesito entender el porqu¨¦. ?Por qu¨¦ lanzamos un nuevo perfume?, ?con qu¨¦ motivo? ?Para conservar el negocio?, ?para seguir siendo n¨²mero uno?, ?para darle una nueva forma a la historia porque no est¨¢ bien articulada? ?Qu¨¦ queremos hacer? ?C¨®mo puede tener importancia Dior hoy? Una vez respondes a todas estas preguntas, es m¨¢s f¨¢cil trabajar porque tienes la historia¡±, asegura. A partir de ah¨ª, ha redise?ado cl¨¢sicos de la casa de mujer, como L¡¯Or de J¡¯adore, infantiles como Baby Dior, y, ahora, se ha atrevido con una nueva edici¨®n de la fragancia m¨¢s vendida del planeta, la que usa el rey Carlos de Inglaterra. ?Por qu¨¦? ¡°Porque cuando eres el n¨²mero uno del mundo, no puedes sentarte feliz. Tienes que seguir innovando, avanzando. Con Eau Forte creamos una nueva tecnolog¨ªa propia y ponemos algo diferente en el mercado, eso es innovar. Y cuando tienes una historia que contar es f¨¢cil¡±.
La carga de trabajo es grande. Kurkdjian ha volado de Par¨ªs a este rinc¨®n perdido de Utah, a nueve horas de diferencia, para un par de d¨ªas. Despu¨¦s se marchar¨¢ a Nueva York. Un poco m¨¢s adelante le espera Jap¨®n. Es creador, pero tambi¨¦n embajador para la casa francesa, al fin y al cabo. Su trabajo es exigente, pero parte de cero, sabe del esfuerzo de labrarse un nombre y una marca propia. ¡°Cuando empiezas de cero es mucho m¨¢s demandante. Cuando trabajas en una organizaci¨®n tan bonita, con gente que sabe exactamente qu¨¦ hacer, talentosa¡ Es cuesti¨®n de ser muy organizado¡±. ?l lo es, tiene demasiado trabajo. No permite que se le d¨¦ reconocimiento a factores ajenos, como el tener suerte. ¡°No. Me lo merezco¡±, r¨ªe. ¡°No tengo suerte. trabajo para ello¡±. ?Ni siquiera un toque, una pizquita? ¡°Un toquecito de suerte es bueno, pero no es suerte, te lo aseguro. Prefiero la audacia a la suerte. Es una palabra que me gusta m¨¢s que suerte porque est¨¢ asociada al trabajo. Christian Dior era audaz, si miras atr¨¢s y ves que al principio quisieron ponerle otro nombre a su casa, y ¨¦l se neg¨®. Cuando le ves en v¨ªdeos, es muy t¨ªmido, muy correcto, es curioso porque es tranquilo y discreto. Es dif¨ªcil imaginarle alzando la voz y diciendo: ¡®Esto tiene que llamarse como yo¡¯. Eso es audacia. Hay que ser audaz en Dior, no funciona con la suerte¡±.
Se sabe de memoria la historia de la casa perfumista, y de su gran fundador, reconoce. Es parte de la inspiraci¨®n, porque, claro, preguntarle de d¨®nde viene la inspiraci¨®n le parece casi una cursilada. ¡°No viene, por supuesto¡±, explica. La clave es conocer los or¨ªgenes para despu¨¦s dar con un buen relato que contar: ¡°Tienes que crear historias para luego matarlas, crearlas y matarlas, hasta que crees que das con la perfecta¡±.
Su propia historia, que empez¨® hace tres a?os con una carta a la casa, tambi¨¦n parece casi inventada. Todo empez¨® cuando se enter¨® de que hab¨ªa una vacante y, claro, levant¨® la mano. Qui¨¦n no dir¨ªa: ¡°Yo, por favor¡±. ¡°No, no dije por favor¡±, corrige ¨¦l ahora. ¡°Tienen suerte de que est¨¦ aqu¨ª. No supliqu¨¦. Les dije: ¡®Tengo cosas que contar, ?quieren escucharme?¡¯. Fueron un par de l¨ªneas o tres. ¡®He o¨ªdo que buscan a alguien. Me gustar¨ªa que me tuvieran en cuenta, ?est¨¢n interesados en m¨ª y en mi visi¨®n de Dior? Gracias¡¯. No pod¨ªan decir que no¡±
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.