Juan Carlos Unzu¨¦: ¡°Dejar a los enfermos de ELA fuera del sistema pone en duda el derecho m¨¢s importante, el derecho a la vida¡±
El exfutbolista fue diagnosticado con ELA hace cinco a?os. Hoy ha hecho de sus compa?eros de enfermedad su nuevo equipo. Dedica su tiempo a buscar visibilidad para esta dolencia, apoyo para los pacientes y sus familias y dinero para que la investigaci¨®n pueda alargar la esperanza de vida de quienes la sufran cuando ¨¦l ya no est¨¦
?Quer¨¦is caf¨¦, agua?¡±, Mar¨ªa Elorza empieza la conversaci¨®n. Est¨¢ cocinando un ajoarriero que perfuma todo el piso a las afueras de Barcelona. Se vinieron aqu¨ª para que Juan Carlos Unzu¨¦ (Orkoien, 57 a?os) pudiera moverse con la silla el¨¦ctrica que necesita. Es verano. Jes¨²s, el segundo de sus tres hijos, va a venir a comer. Y su madre ha hecho despliegue. Va vestida de deporte. ¡°A primera hora bajo al gimnasio. Es mi momento¡±, sonr¨ªe. Est¨¢ atenta a lo que Unzu¨¦ necesita sin hacerse presente. ?l no pide nada durante las cerca de dos horas de conversaci¨®n. Cuenta que tuvo c¨¢ncer de pr¨®stata. Mar¨ªa, su esposa, de tiroides. ¡°Pero como lo de la ELA fue tan impactante¡, lo dem¨¢s, pues lo pasamos como un catarro¡±, zanja ella.
Era conocido como portero. Hoy, como ¡°el de la ELA¡±. Y lo ve como un triunfo.
Lo es. Sent¨ªa que iba a tener un altavoz mayor que mis compa?eros de enfermedad y no pod¨ªa dejar de utilizarlo para intentar concienciar, informar y mejorar nuestras vidas. Cuando ves a una persona deglutiendo a trav¨¦s de una sonda y con un respirador que dice que quiere seguir viviendo, ?c¨®mo no te vas a quedar impactado? Nuestra mente est¨¢ al cien por cien. Por eso mucha gente quiere seguir. No podemos quitarles esa posibilidad. Dejar a los enfermos de ELA fuera del sistema pone en duda el derecho m¨¢s importante, el derecho a la vida. Los pacientes de ELA cada vez vivimos m¨¢s tiempo, pero¡ ?en qu¨¦ condiciones?
Acepta la ELA, pero se resiste.
Ese es mi mensaje. Sin aceptaci¨®n ¡ª?lo veo en otros compa?eros¡ª te vas a enterrar. La propia enfermedad te encierra en un cuarto oscuro. Si no haces nada por salir¡
?Qu¨¦ le ha hecho aceptarlo?
Creo que el tipo de persona que era antes de este momento dif¨ªcil.
Su amigo Luis Enrique dice que es como el corcho: nunca se hunde.
Ojal¨¢ sea cierto hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Yo creo que viene de c¨®mo me constru¨ª como persona. Primero, por la educaci¨®n en casa. Despu¨¦s, porque trabajar en equipo ha definido mi vida. Siempre he sabido que solo no vas a ning¨²n sitio. Hoy genero en los dem¨¢s una sonrisa.
?Esperamos a momentos cr¨ªticos para tratar bien a la gente?
Una de las reflexiones que he hecho es que si no hubiera estado enfermo de ELA no hubiera vivido ese cari?o. Nos cuesta mostrar los sentimientos positivos. La rabia o la ira, en cambio, se escapan.
?En usted mismo se ha dado esa transformaci¨®n?
S¨ª. Transmito m¨¢s sentimientos positivos ahora. Lo necesito. Te preguntas ?por qu¨¦ no lo hice antes? Aunque¡ a¨²n podr¨ªa mejorar. Dir¨ªa que en el norte, Pa¨ªs Vasco, Navarra o la propia Catalu?a, nos cuesta mostrar afectos. Viv¨ª siete a?os en Sevilla y all¨ª te lo hacen saber al minuto uno. En Pamplona¡ nos cuesta m¨¢s. Por eso ahora, cuando veo que la gente me transmite su cari?o, pienso: ?Qu¨¦ cambio!
Luis Enrique dice que ni se queja ni llora.
Intento buscar soluciones. Afrontar los problemas desde la aceptaci¨®n, no desde la resistencia. Pienso que si hubiese sido titular toda mi carrera no ser¨ªa el tipo de persona que soy. Saber qu¨¦ se siente de titular, qu¨¦ se siente en el banquillo¡ Veo que cuando hablas con alguien y esa persona siente que has vivido una situaci¨®n parecida, se abre.
Su experiencia le da autoridad. Le pas¨® con Vald¨¦s.
Es de esas personas, y no he coincidido con pocas, que la fortaleza que transmiten esconde frustraci¨®n y fragilidad. Es esencial librarse de esa coraza. Una cosa que tenemos que aprender es a dejarnos ayudar.
?M¨¢s los hombres?
S¨ª. Y m¨¢s los deportistas. En cualquier futbolista hay muchos momentos de frustraci¨®n y decepci¨®n relacionados con las derrotas, con no jugar¡ Por eso creo que el deporte me ha dado la posibilidad de crecer. Si no aceptas la frustraci¨®n, no puedes seguir adelante. A los jugadores del Girona, que fue el ¨²ltimo equipo que entren¨¦, les dec¨ªa: ?sab¨¦is qui¨¦n os va a dar la posibilidad de que jugu¨¦is a vuestro mejor nivel? El que juega en el mismo puesto que vosotros.
Hay que tener el ego domado para disfrutar sin ser titular.
Pero es que en el d¨ªa a d¨ªa ya es una maravilla de trabajo. T¨² no eres titular el domingo, pero la semana tiene siete d¨ªas. Si consigues verlo, el primer beneficiado eres t¨². No es un pensamiento buenista, es ego¨ªsta. Te miras al espejo y piensas: no puedo dar m¨¢s. Pues ya est¨¢. He tenido una sonrisa en la cara toda la vida. Pero es verdad que, a veces, la sonrisa puede confundir.
?Le ha pasado?
Con Johan Cruyff. Me fich¨®. Pero el titular era Zubizarreta. Creo que Cruyff me ve¨ªa disfrutar de cada entrenamiento y como consecuencia de mi sonrisa pens¨®: ¡°Este se ha conformado con ser el segundo portero del Bar?a¡±. Nos cuesta entender una manera distinta de pensar.
Fue pionero a la hora de jugar con las manos y con los pies. ?Le ense?¨® Cruyff?
Creo que estaba en mi manera de ser. Empec¨¦ a jugar de portero porque soy el peque?o de cinco hermanos y me toc¨®. La energ¨ªa que ten¨ªa me convirti¨® en un portero activo. No me quedaba en el ¨¢rea peque?a todo el partido.
Estaba inventando el portero-futbolista.
Sin saberlo. No quer¨ªa esperar a que llegaran las pelotas. Luego lleg¨® la necesidad de jugar con los pies como se hace ahora. Pero no es que yo fuera un adelantado o m¨¢s listo, era mi naturaleza. Dir¨ªa que el puesto de portero es el que m¨¢s ha cambiado en los ¨²ltimos 30 a?os.
La idea de adelantarse a la jugada ?la ha aplicado a la vida?
No soy tan inteligente.
No tard¨® en dar la cara por la ELA.
Creo mucho en lo que hemos escuchado a nuestros padres. Sin darte cuenta, te vas pareciendo cada d¨ªa m¨¢s a ellos.
?La vacuna contra cualquier mal pensamiento le viene de cargar sacos de Piensos Unzu¨¦?
Yo no hac¨ªa mucho caso de lo que me dec¨ªan mis padres. Pero ahora a veces pienso: ?pero si estoy actuando como me dec¨ªan! Mi padre nos dej¨® equivocarnos. Nos dec¨ªa: ¡°Las cosas se aprenden¡±.
Los padres tambi¨¦n nos equivocamos.
Claro. Es que no es f¨¢cil.
?En qu¨¦ se equivoc¨® el suyo?
Tal vez en no transmitirnos los afectos, el cari?o. Conoc¨ª a Mar¨ªa con 10 a?os. Pasaba muchos ratos en su casa. Y ve¨ªa que eran muy cari?osos. El beso de buenos d¨ªas o de despedida era casi una necesidad.
Eso tira por tierra su teor¨ªa de los norte?os fr¨ªos¡
Es verdad.
Su madre, Camino, ?era cari?osa?
No. Es regia.
?Vive?
Y sola. Con 97 a?os.
Usted s¨ª es cari?oso.
Convivir con Mar¨ªa me ense?¨®. En casa hemos sido m¨¢s Elorza que Unzu¨¦. Hay que reconocer que la situaci¨®n que estamos viviendo a¨²n nos ha unido m¨¢s.
Pero su hija Mar¨ªa se sigue peleando con Aitor.
Esas cosas se mantienen. Yo tambi¨¦n lo he vivido con mis hermanos. Discutir es parte de la vida.
Usted hab¨ªa roto m¨¢s de un plato.
S¨ª. Pero la gente te juzga sin conocerte. Yo he sentido, cuando era primer entrenador, que dudaban de que yo tuviera car¨¢cter. ?De d¨®nde ven¨ªa esta idea? Creo que del hecho de que sonr¨ªo.
?Asociamos el car¨¢cter al pu?etazo en la mesa?
El mayor error que cometemos es pensar que quien m¨¢s chilla tiene m¨¢s personalidad. El car¨¢cter doma la personalidad. En la cima no se aterriza, se alcanza. Entiendo que los entrenadores que gritan y hacen gestos necesitan hacerlo. Pero lo necesitan para sentirse bien. Yo no lo necesitaba. Y eso confunde a la gente. A los 17 a?os tuve la suerte de encontrarme con Lecumberri, un compa?ero de Osasuna que estaba metido en la asociaci¨®n de futbolistas (AFE). Me anim¨® a no pensar en m¨ª sino en el colectivo. Pensar en el colectivo te salva. Le da sentido a lo que haces.
Entrenaba porteros pidi¨¦ndoles humildad y que fueran buenas personas.
Por encima de todo est¨¢ ser buena persona, pensar en los dem¨¢s. Aunque todos somos ego¨ªstas. Y hay veces que hasta es bueno serlo.
La psic¨®loga Inma Puig habla del ¡°ego¨ªsmo altruista¡±.
Un ego¨ªsmo que beneficia a las dos partes. Algo que te hace sentir bien y ayuda a los dem¨¢s. Me lo dijo cuando le cont¨¦ c¨®mo me hab¨ªa sentido en Oviedo con Luis Aragon¨¦s. Yo no jugaba, pero no he tenido compa?eros que me quisieran m¨¢s por lo que hac¨ªa en el d¨ªa a d¨ªa. Y actuaba as¨ª por ego¨ªsmo, porque cuando el m¨ªster daba la alineaci¨®n y no dec¨ªa mi apellido, yo quer¨ªa ser part¨ªcipe e intentaba ayudar. El que se frustra por no ser titular lo tiene muy complicado para salir adelante.
Entre hermanos o amigos ?nadie le dec¨ªa ?protesta!?
No. Y adem¨¢s lo agradezco. Agradec¨ª que mi padre no me viniese a ver al campo de peque?o. ?Sabes por qu¨¦? Porque ve¨ªa la frustraci¨®n de compa?eros m¨ªos ante la forma de comportarse de sus padres. Mi padre me dej¨® libertad. ?l estaba centrado en su trabajo, su pasi¨®n, lo mismo que la m¨ªa ha sido el f¨²tbol.
No lo besaba, no iba a verlo al f¨²tbol¡
Mi familia era un equipo. En su negocio meti¨® a los seis hijos. Hemos trabajado todos repartiendo pienso en camiones.
?C¨®mo han educado a sus tres hijos?
El paso del tiempo har¨¢ que aflore lo que hemos tratado de transmitirles. Las cosas importantes se quedan.
Vald¨¦s se queja de que al portero lo juzga todo el mundo. Primero, los padres de los otros, luego los medios¡
Un gran portero solo no va a ning¨²n sitio. Pero en algunos momentos s¨ª somos trascendentes. Vivimos en una sociedad en la que llaman la atenci¨®n los extremos. Pasas de ser el mejor al peor del mundo. Ser portero me ha ayudado a convivir con el error.
?Siempre ha sido tan equilibrado?
Seguro que no.
Igual cuando conduc¨ªa sin carn¨¦¡
Con la cuadrilla de la infancia lo comentamos: ?qu¨¦ suerte hemos tenido! No nos pas¨® nada con lo que llegamos a hacer¡ Si nuestros hijos hiciesen algo parecido, nos echar¨ªamos las manos a la cabeza. Mis hijos no sab¨ªan que yo corr¨ªa tanto. A los Unzu¨¦ nos ha gustado porque todos hemos conducido coches y camiones antes de la edad.
?Qui¨¦n les ense?aba?
Pues¡ mi padre. ?l quer¨ªa que pudi¨¦ramos mover el cami¨®n. Pero no por la carretera. Pero bueno¡, hay cosas de las que no te sientes particularmente orgulloso.
Pep Guardiola renunci¨® a un Audi si no se lo daban a todo el equipo.
Fue as¨ª. Y hoy se hace as¨ª. O todo el equipo con las mismas condiciones o nadie.
?Qu¨¦ aprendi¨® de Guardiola?
Es un innovador. Me cambi¨® en el aspecto t¨¢ctico. Es el entrenador que le ha dado tres vueltas a la idea de Cruyff.
Sus valores, la humildad, no son los de Pep: ¡°Lo controlar¨¦ todo, pero lo vamos a ganar todo¡±, dijo.
Y lo cumpl¨ªa. A ¨¦l le creen sus jugadores. Me dej¨® mucho mejor preparado para ser primer entrenador. Con ¨¦l mi mente se abri¨®. Eso te hace sentir m¨¢s capaz con tus propias ideas. No se le puede dar la misma medicina a todos los jugadores. Hay quien necesita un cachete y quien necesita un abrazo. Al final es gestionar personas.
?C¨®mo ve a la selecci¨®n actual?
Fui compa?ero de Luis de la Fuente en Sevilla. Y luego, en mi momento de dificultad, apareci¨®. Como seleccionador ha conseguido hacer un equipo. Igual es m¨¢s f¨¢cil en la selecci¨®n porque vas all¨ª contento. Pero tambi¨¦n es verdad que los jugadores que van son todos titulares. Y en la selecci¨®n juegan 11.
?Gesti¨®n de equipos es gesti¨®n de egos?
Dir¨ªa que es lo mismo. Hacerle entender al jugador que juegan 11. En cualquier equipo, querer escuchar o no otras formas de pensar es la gran decisi¨®n. Tienes que generar la confianza para que los que te rodean puedan decirte lo que creen que va a ser mejor.
Es un hombre de equipo. Hoy, capit¨¢n del equipo ELA.
Me llaman El M¨ªster. La lucha es no dejar enfermos fuera del sistema. Vivimos en una sociedad en la que lo que no es visible no existe. El d¨ªa que me enter¨¦ que hab¨ªa personas que, queriendo vivir, decid¨ªan morir por un problema econ¨®mico, cog¨ª fuerza para no aceptar eso. La ELA destruye si se est¨¢ solo.
Cuando fueron al Congreso para intentar tramitar la ley de la ELA los recibieron cinco diputados.
No demostraron ninguna curiosidad por conocer lo que es esta enfermedad. Pero¡ la noticia de la no asistencia de los diputados nos favoreci¨®.
Tiene una capacidad para darle la vuelta a lo feo¡
Fue tan exagerado que se hizo viral. Creo que vamos a conseguir que se tramite la ley. Los m¨¦dicos del Hospital de Sant Pau est¨¢n convencidos de que con m¨¢s dinero para investigaci¨®n se hubiera encontrado una soluci¨®n.
Hace pol¨ªtica sin necesidad de hablar de partidos.
Soy un defensor a ultranza de la sanidad p¨²blica. He pagado muchos impuestos y me parecen bien pagados cuando lo vital de nuestra sociedad, la sanidad y la educaci¨®n, est¨¢ cuidado. Me cuesta entender que no veamos la salud de los dem¨¢s como una prioridad. El ser humano es tan ego¨ªsta que piensa que el sufrimiento de los dem¨¢s no le va a llegar. Pero¡ aparece. Sin sustento econ¨®mico y familiar hoy, en Espa?a, con una enfermedad como la m¨ªa, est¨¢s muerto.
Utiliz¨® las ¨²ltimas l¨ªneas de su libro Una vida plena para explicar que a compa?eros de la ELA los hab¨ªa abandonado su mujer.
No quer¨ªa contar mi ELA. Porque dentro de la ELA, soy un privilegiado, y si lo cuento, la gente no va a conocer la realidad de la mayor¨ªa.
Se le ha detenido la vida, pero tambi¨¦n parece haberse acelerado. En estos a?os dos de sus hijos se han casado, el mayor est¨¢ en el PSG. ?Tiene la sensaci¨®n de estar viendo el futuro?
Estoy viviendo la pr¨®rroga. Se ha confirmado lo que el doctor Rojas dijo: que mi ELA iba a tener una progresi¨®n lenta. La vida es adaptarse. Te das cuenta de que tienes capacidad de superaci¨®n. Pero no es f¨¢cil. Dejas de poder ir al ba?o, comer o quitarte los mocos. Tener que pedir ayuda para estas cosas que cuando estamos bien no tienen valor¡ es complicado. Sobre todo para quien est¨¢ contigo. Esta enfermedad te da la posibilidad de jugar una pr¨®rroga. ?Cu¨¢nta gente muere en cuatro d¨ªas de otras enfermedades? Por eso es esencial que, aun con limitaciones, podamos jugarla. Hace dos a?os escrib¨ª mis ¨²ltimas voluntades: si llegaba a tener problemas graves respiratorios, ped¨ªa una traqueotom¨ªa. Hoy tengo dudas. Me las generan los cinco a?os que he disfrutado. Sigo sintiendo que tengo una vida plena. Y quiero irme de este mundo con esa sensaci¨®n. Voy a poder ser Juan Carlos Unzu¨¦ hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Necesitamos nuestro cuerpo, pero somos mente. Siento que estoy preparado para lo que venga.
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