El Circo del Sol hace acrobacias para los ni?os mexicanos
El cofundador del circo m¨¢s c¨¦lebre del mundo ha logrado evitar el cierre de una fundaci¨®n cultural infantil en un pueblo de M¨¦xico haciendo lo que mejor sabe hacer: n¨²meros circenses
Cuando el cofundador del Cirque du Soleil Gilles Ste-Croix (Quebec, 1947) ten¨ªa doce a?os, le pidi¨® a su padre que le regalara un bajo porque quer¨ªa ser como Paul McCartney, pero el hombre se neg¨®, pues no quer¨ªa correr el riesgo de que acabara tocando en los pubs. A?os despu¨¦s, en 2006, Gilles pudo colaborar con McCartney durante la producci¨®n de Love, en la que el Cirque du Soleil celebraba a los Beatles. Aquel espect¨¢culo fue la obra cumbre de la carrera profesional de Gilles. En 2014, a los 64 a?os, se retir¨® de la primera fila de un circo que en su exitosa andadura no solo ha fijado un modelo de negocio, sino que tambi¨¦n ha dignificado el oficio por el mundo.
Ste-Croix y su esposa Monique Voyer poseen una casa en San Pancho, en el Estado de Nayarit, un pueblo con fuerte esp¨ªritu comunitario cuya playa mezcla de manera prodigiosa a familias numerosas alrededor de una mesa de pl¨¢stico, al surfero argentino que vino para dos meses hace tres a?os, a la joven turista francesa que quiere ser viajera y camina descalza y ya se ha tatuado un s¨ªmbolo Huichol en el brazo y al plomero aut¨®ctono que acelera su moto descamisado y cantando contra el viento ¡°no podr¨¦ ya seguirte los pasos / t¨² camino es m¨¢s largo que el m¨ªo¡¡±
En ese ambiente, en el a?o 2011, con el fin de recaudar fondos para que no cerrara la fundaci¨®n cultural Entreamigos, en la que tantas ni?as y ni?os del pueblo juegan y se educan, Ste-Croix y Voyer emprendieron un proyecto emocionante. En un almac¨¦n de este colorido rinc¨®n de la costa del Pac¨ªfico pusieron en marcha El circo de los ni?os de San Pancho, asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro dise?ada para promover el desarrollo personal, t¨¦cnico y art¨ªstico de ni?as y ni?os (a partir de los 5 y hasta los 18 a?os) en las disciplinas de circo y de danza. Ste-Croix a?adi¨® de su bolsillo 50.000 d¨®lares y recuper¨® material por remendar del Cirque du Soleil.
Es una ma?ana de agosto en la que a¨²n se respiran las lluvias de la noche de ayer. Entro en las instalaciones del circo de los ni?os y veo el v¨ªdeo del espect¨¢culo con el que se cerr¨® la temporada anterior, Fausto, y los de a?os anteriores, como Sue?o de una noche de verano o Alebrije. Del techo cuelgan los trapecios. Hay monociclos, zancos, colchonetas. Encuentro a Glades Perreras, actual directora. ¡°El precio es de 150 pesos por semana (7,50 euros), dos horas diarias. Hay becas y descuentos, y ya que hay una instrucci¨®n profesional y especializada en ense?ar a los ni?os, invitamos a las familias a que colaboren m¨¢s. La idea es que ya que en el circo todo es posible, no haya distinciones. Ese es el principal desaf¨ªo para que se potencie la idea de pertenencia¡±. A juzgar por el entusiasmo de padres, alumnos y profesores que se ve en los videos, el trabajo es intenso. ¡°El primer a?o se apuntaron 40 ni?os. Para este curso ya hay 150 inscritos, hemos tenido que abrir tambi¨¦n s¨¢bados por la ma?ana. Trabajas duro, puedes ser payaso, acr¨®bata, malabarista... Este circo es un regalo maravilloso para experimentar, y m¨¢s a¨²n cuando su impacto lo reciben ni?os y adolescentes¡±. La actividad empieza en octubre. En noviembre llega Ste-Croix con la idea de la coreograf¨ªa que se trabajar¨¢ durante el curso y que se representar¨¢ en marzo.
No es de extra?ar que el pasado a?o, por empe?o de una ministra canadiense que vino a ver el show, el circo de los ni?os de San Pancho hiciera representaciones en Quer¨¦taro y en Ciudad de M¨¦xico. Vani, mam¨¢ de Leliane, una ni?a que en octubre empezar¨¢ su sexta temporada en el circo, acompa?¨® a la troupe. ¡°La seguridad que se les ense?a a tener en el escenario la tienen luego fuera de ¨¦l. Son ni?os que piensan diferente, son creativos, se cuidan entre ellos, cuidan del medioambiente, cuidan su alimentaci¨®n, tienen m¨¢s iniciativa, suben en telas hasta el techo y saben con certeza que el compa?ero de abajo les va ayudar si se caen. Gilles es un genio de la imaginaci¨®n y su circo contagia alegr¨ªa¡±. Que no falte, pues, le digo antes de despedirme y de buscar la playa pensando en el bajo que no le quiso comprar a Gilles su padre.
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