Sergio Roger: mensajes duros en esculturas blandas
Para revisitar y cuestionar el pasado, el escultor Sergio Roger cambia los materiales de la escultura cl¨¢sica: el m¨¢rmol por los linos antiguos y las sedas salvajes, el cincel y el martillo por la aguja y el hilo. Con sus esculturas blandas el artista lanza una pregunta: ?el pasado es exactamente lo que nos han contado?
En el mundo cl¨¢sico, griegos y romanos tallaban en m¨¢rmol porque era un s¨ªmbolo de poder. Tambi¨¦n porque funcionaba: la superficie del m¨¢rmol, trasl¨²cida y resistente al agua, permit¨ªa esculpir figuras humanas, semidioses y guerreros con realismo y abundancia de detalles.
Sergio Roger (Barcelona, 41 a?os) quiso hacer lo mismo pero sin usar m¨¢rmol ni ning¨²n otro material duro o precioso. Sus esculturas ser¨ªan blandas, trabajar¨ªa el lino antiguo y la seda salvaje, desafiar¨ªa la gravedad con agujas poderosas, hilos resistentes y destreza t¨¦cnica. El resultado son piezas e instalaciones que podr¨ªan ser objetos del mundo cl¨¢sico si no fuera porque las siluetas est¨¢n esculpidas en telas cosidas a mano que generan texturas suaves y tibias.
¡°A los 13 a?os empec¨¦ a hacer personajes de telas, marionetas, mu?ecos cosidos a mano en tres dimensiones, con fieltro, retales y tejidos de vestidos antiguos que hab¨ªa en casa. Sin embargo, nunca me atrajo el mundo de la indumentaria o de la moda. Me interesaba el textil, como material, como piel, y toda su potencialidad para construir vol¨²menes¡±, explica.
Cuando llegamos a su taller de Molins de Rei, a 20 minutos de Barcelona, dos de sus ayudantes ajustan el drapeado del uniforme de un guerrero romano. Es casi el momento de comer y llevan varias horas cosiendo, todav¨ªa les quedan algunas m¨¢s. Cada pieza necesita entre tres y cuatro meses para completarse. Nadie dijo que desafiar al mundo cl¨¢sico fuera f¨¢cil.
Sergio Roger estudi¨® Bellas Artes en la Universidad de las Artes de Berl¨ªn. All¨ª fue descubriendo la obra de artistas que hab¨ªan conseguido dominar el textil hasta el punto de utilizarlo para crear esculturas. Entre ellos, Ernesto Neto, Joseph Beuys, Lucio Fontana y Louise Bourgeois, y decidi¨® explorar esas t¨¦cnicas. ¡°Esto ahora parece muy innovador, pero hab¨ªa toda una corriente en el arte contempor¨¢neo de los a?os sesenta y setenta que hab¨ªa abierto el camino¡±.
Empez¨® a experimentar con vol¨²menes y textiles, y tambi¨¦n con los conceptos hasta llegar a las esculturas, pero se apresura a decir que no ha sido para nada ¡°un camino recto o corto¡±. Cumpli¨® 30 con una crisis existencial concentrada en su t¨ªtulo de Bellas Artes: ¡°?Esto para qu¨¦ me sirve?¡±, acompa?ada de una serie de urgencias propias de la etapa vital donde hay que empezar a tomar decisiones.
Al mundo grecorromano y de las antig¨¹edades lleg¨® con un desaf¨ªo: intentar igualar aquella excelencia t¨¦cnica con otro material. ¡°Era como un juego¡±. Se puso a investigar y a leer, y descubri¨® un sinf¨ªn de ideas preconcebidas que le apetec¨ªa desmontar. Por ejemplo, la imagen de un mundo cl¨¢sico monocrom¨¢tico que no es m¨¢s que una invenci¨®n de la modernidad.
¡°A medida que me iba metiendo en el estudio del universo cl¨¢sico y antiguo mi obra evolucionaba. Mis primeras piezas nacen de la idealizaci¨®n: figuras blancas, muy estilizadas, columnas j¨®nicas y bustos impolutos. Poco a poco las piezas han ido transitando hacia la ruina, a explorar nuestra relaci¨®n con los objetos encontrados en los yacimientos arqueol¨®gicos, que son un testigo mudo del pasado. Un recipiente sobre el que se vierte significado a partir de una ausencia. Cada vez me interesa m¨¢s esta idea. Mis ¨²ltimas piezas van perdiendo toda la figuraci¨®n y se acercan al arte m¨¢s abstracto, los linos son menos blancos y busco m¨¢s conseguir la p¨¢tina del m¨¢rmol envejecido para representar la huella del paso del tiempo¡±.
Roger concede que sus obras entran bien. Digamos que son f¨¢ciles de entender, da gusto admirarlas. ¡°Tiene una parte visual est¨¦tica y sugerente, accesible para el gran p¨²blico porque descansa sobre unos c¨®digos que est¨¢n muy asumidos: los ideales del canon cl¨¢sico que son las bases de la belleza occidental. La gente entra r¨¢pido, pero una vez dentro se produce una ruptura cuando descubren que el material no es el convencional, y ah¨ª empieza el debate. Lo que m¨¢s me interesa es estudiar c¨®mo se crea el significado y c¨®mo cada ¨¦poca proyecta su visi¨®n del mundo¡±.
La galerista Rossana Orlandi, gran ojeadora del arte y el dise?o global, vio las esculturas de Roger en una revista y fue a buscarlo. En oto?o de 2021 la instalaci¨®n Textile Ruins se expuso en su galer¨ªa de Mil¨¢n y la carrera del artista se aceler¨®. En diciembre del a?o pasado expuso una decena de sus piezas en la conocida Classic Week de Christie¡¯s. Por primera vez la casa de subastas londinense juntaba en el mismo espacio venerables piezas arqueol¨®gicas cl¨¢sicas con artefactos blandos, contempor¨¢neos e iconoclastas creados por Roger y que hab¨ªan sido descubiertos por Claudio Corsi, experto en antig¨¹edades de Christie¡¯s, en la galer¨ªa milanesa de Orlandi. Las piezas de Roger no salieron a subasta, pero Cyrene, la escultura de una mujer con t¨²nica drapeada, fue adquirida por el coleccionista Richard Caring.
Roger acaricia las telas que se desparraman sobre una mesa de su estudio. Trabaja con linos antiguos que compra a anticuarios del sur de Francia. Lleva a?os seleccionando piezas y retales, y ya tiene proveedores que lo llaman cuando aparece una colecci¨®n de lienzos interesantes. Recientemente ha descubierto la seda salvaje. ¡°Me tiene fascinado¡±, dice. Y es el material elegido para esculpir una serie de columnas j¨®nicas.
No hay mucho material ni obra acabada el d¨ªa que visitamos el taller. ¡°Todo est¨¢ movi¨¦ndose o vendido¡±, dice. Apuran el mercado los coleccionistas de arte, dispuestos a pagar desde 6.500 euros por un busto hasta los 30.000 que puede costar el torso tonificado de un guerrero romano. Sergio acepta que es artista, siempre lo ha sido, aunque tambi¨¦n le gusta mucho el t¨ªtulo de sastre arque¨®logo.
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