El s¨ªndrome del domingo: estas son las se?ales que indican que necesitas un cambio laboral
Si nuestra ilusi¨®n solo se centra en las vacaciones y la mera perspectiva de que empiece otra semana llega a causar cambios de humor o sensaciones f¨ªsicas desagradables, es hora de buscar alternativas
Fue Confucio quien dijo ¡°elige un trabajo que te guste y no tendr¨¢s que trabajar el resto de tu vida¡±. Pero no parece que sea tan f¨¢cil. M¨¢s de dos terceras partes de los trabajadores no se sienten demasiado comprometidos con lo que hacen, seg¨²n los resultados de la encuesta que realiza la consultora Gallup todos los a?os en todo el ...
Fue Confucio quien dijo ¡°elige un trabajo que te guste y no tendr¨¢s que trabajar el resto de tu vida¡±. Pero no parece que sea tan f¨¢cil. M¨¢s de dos terceras partes de los trabajadores no se sienten demasiado comprometidos con lo que hacen, seg¨²n los resultados de la encuesta que realiza la consultora Gallup todos los a?os en todo el mundo. E, incluso los m¨¢s afortunados, aquellos que se dedican a su pasi¨®n, no est¨¢n exentos de atravesar momentos laborales dif¨ªciles. El trabajo no solo nos aporta ingresos, sino que tambi¨¦n es crucial para nuestra salud mental. Por ello, deber¨ªamos reconocer las se?ales que nos invitan a pensar cu¨¢ndo necesitamos un cambio, sea buscando nuevos retos en la misma organizaci¨®n, montando un nuevo proyecto o comenzando en otra empresa si tuvi¨¦ramos la oportunidad. Y una de las se?ales m¨¢s f¨¢ciles de identificar es lo que se conoce como el ¡°s¨ªndrome del domingo¡±.
La mente se alimenta de imaginar el futuro. Por eso, si no estamos a gusto en nuestro trabajo, el domingo se convierte en un mal d¨ªa, no por los planes que tengamos para las siguientes horas, sino por la anticipaci¨®n del lunes. Este problema va m¨¢s all¨¢ de una sensaci¨®n inc¨®moda, que podr¨ªa ser muy habitual y que a todos nos ha podido suceder en alg¨²n momento. Cuando uno sufre el ¡°s¨ªndrome del domingo¡±, dicho d¨ªa se convierte en una aut¨¦ntica tortura, tenemos cambios de humor o, incluso, sensaciones f¨ªsicas poco agradables, como dolores de cabeza, de est¨®mago¡ Si esto nos ocurre, ya sabemos, hemos de pensar en alguna alternativa.
Los malos jefes influyen mucho en nuestra almohada y es otro motivo a tener en cuenta. En Estados Unidos se suele decir que las personas no se van de las empresas, sino de los jefes. Y as¨ª lo atestiguan los m¨²ltiples estudios de rotaci¨®n no deseada tambi¨¦n en Espa?a. Algunas se?ales de una mala gesti¨®n provienen de la falta de reconocimiento, del exceso constante de carga de trabajo, del incumplimiento de promesas y de la falta de equidad en los ascensos, entre otros. Una vez m¨¢s se ha de analizar si se trata de una situaci¨®n puntual y de la que valga la pena aprender a navegar o, por el contrario, implica tomar una decisi¨®n.
Dec¨ªa el cineasta Woody Allen que el trabajo es una invasi¨®n de nuestra privacidad y, aunque as¨ª sea, necesitamos estar atentos a las se?ales silenciosas, que a la larga nos suponen una erosi¨®n por dentro. Estas son las que se derivan de la desmotivaci¨®n, la falta de aprendizaje o de nuevos retos. Ocurre cuando el trabajo ya no nos enriquece y se expresa de diversas maneras: el tiempo pasa lent¨ªsimo durante la jornada laboral, estamos frustrados porque percibimos que tenemos capacidades desaprovechadas y nuestra ilusi¨®n solo se centra en los fines de semana o en las vacaciones.
A diferencia de los motivos silenciosos, existen otros que son muy evidentes, que provienen de conflictos de dif¨ªcil soluci¨®n como cuando tenemos compa?eros que nos hacen la vida imposible, jefes t¨®xicos o hemos dejado de creer en la empresa. Son situaciones que da?an mucho la salud mental, por lo que no deber¨ªamos perder mucho tiempo para buscar una alternativa.
Por ¨²ltimo, existe la opci¨®n de cambiar para cumplir un sue?o y montar un proyecto empresarial propio. En este punto, es importante reconocer el momento en el que dar el salto. Sergio Fern¨¢ndez, autor de Vivir sin jefe (Plataforma Editorial, 2009), propone pensar en el nuevo proyecto y en el empleo por cuenta ajena como dos aviones. Hasta que el primero no alcance una altura suficiente, es decir, no nos facilite los ingresos necesarios, no deber¨ªamos abandonar aquel que nos permite llegar a fin de mes o aprender. Igualmente, recomienda que, cuando demos el salto, hagamos un buen cierre. ¡°Cuando se termina mal una etapa, es probable que la siguiente no comience con buen pie¡±, dice Fern¨¢ndez, algo que es extensible a cualquier cambio al que nos enfrentemos. Por ello, no solo es importante identificar las se?ales, sino abordarlas de la manera m¨¢s adecuada posible.
Lo que nos motiva en el trabajo
Dejar de estar motivado puede ser una de las señales para buscar nuestros retos. En la medida que conozcamos qué nos motiva, estaremos mejor preparados para reconocer qué nos sucede. Nuestra motivación en el trabajo varía con la edad y las experiencias y suele ser una combinación de los siguientes factores:
— Lo que nos aporta externamente: la retribución que ganamos, la estabilidad que tenemos o las condiciones laborales. También porque nos permite tener éxito o reconocimiento.
— El ambiente de trabajo con los compañeros y la relación con el jefe.
— El aprendizaje y los desafíos que nos ofrece.
— Porque creemos en lo que hacemos.
Pilar Jeric¨® es autora del blog Laboratorio de felicidad.