Confinados en el ¡®hotel piojos¡¯
Multado un jardinero que ayudaba a un grupo de albaneses que vive en un bloque abandonado de Santander
Lo llaman ¡°Hotel Morri¡± porque ¡°morr¡± significa piojo en alban¨¦s. Es un bloque a medio construir y abandonado en las afueras de Santander. Un grupo de unos 30 albaneses sobrevive all¨ª sin electricidad ni agua corriente, a la espera de una oportunidad para colarse en alg¨²n barco que los transporte al Reino Unido. La ¨²nica ayuda que recib¨ªan se la ofrec¨ªa Javier Soto, un jardinero que les abr¨ªa su casa para que se ducharan de vez en cuando, hablaran con sus familias y se sintieran, aunque fuese unas horas, en un hogar. El pasado domingo, tras la declaraci¨®n del estado de alarma, todo cambi¨®. Soto, de 46 a?os, quiso continuar su labor, pero acab¨® multado.
Esa ma?ana acudi¨® para darles jab¨®n para las manos, un term¨®metro, un cubierto individual y alimentos, explica el vecino. Les prometi¨® que por la tarde llevar¨ªa un dep¨®sito de mil litros de agua para que se asearan m¨ªnimamente. Todo pagado de su bolsillo o de colectas de familiares. Pero aparecieron dos patrullas de polic¨ªa. ¡°Me identificaron y me explicaron que no pod¨ªa hacer eso¡±, recuerda Soto. ¡°Me dijeron que iba a ser propuesto para sanci¨®n¡±.
De poco sirvi¨® que el jardinero apelara al art¨ªculo 7 del decreto, que permite la asistencia a personas especialmente vulnerables. Seg¨²n su versi¨®n, escuch¨® frases como estas: ¡°Si les trae comida no se ir¨¢n y tendremos esto siempre¡±. ¡°Vendr¨¢n m¨¢s, y hace falta que se vayan¡±. ¡°Si no se lavan es porque son unos cerdos¡±. Fuentes policiales indican que ¡°el hombre no atendi¨® razones y se rebel¨® verbalmente contra los agentes, insistiendo en llevarles las provisiones, por lo que finalmente fue sancionado¡±. La conversaci¨®n termin¨® de malos modos y amenazaron con multarlo si llevaba el agua por la tarde, asegura Javier Soto.
¡°Pero lo habl¨¦ con mi pareja, y acordamos hacerlo igualmente¡±, a?ade. Acudi¨® bajo un diluvio. Y all¨ª aguardaba la polic¨ªa. Lo multaron con 400 euros, 200 por invadir una acera con su furgoneta y otros 200 por acceder a una zona no permitida. Un castigo muy riguroso, seg¨²n ¨¦l, porque el ¨¢rea donde se hallaba el veh¨ªculo se encuentra abandonada y pisar la acera era la ¨²nica forma de llevar el dep¨®sito de agua a los chavales. ¡°La actuaci¨®n de la fuerza p¨²blica, con su potestad sancionadora, no puede estar dirigida, en una crisis sanitaria grave, a entorpecer la asistencia, dotar de agua, term¨®metro o alimentos¡±, se queja Javier Soto. ¡°La polic¨ªa democr¨¢tica en la que creo no est¨¢ para eso. Y es una pena, porque esta actuaci¨®n ensucia la imagen de la polic¨ªa¡±. El jardinero santanderino est¨¢ indignado con la multa, que recurrir¨¢ y pagar¨¢. Pero no volver¨¢ de momento.
Varias redadas policiales han actuado en este inmueble, sucio y con abundante basura, pero sus habitantes, a falta de nada mejor, siguen all¨ª instalados. Uno de ellos cont¨® en febrero a EL PA?S que llevaban un mes intentando, sin ¨¦xito, colarse como polizones en los barcos que parten para el Reino Unido. Los chicos aceptar¨ªan instalarse en un albergue, pero ¡°formalmente nadie les ha ofrecido nada¡±, asegura el jardinero sancionado. ¡°Que yo sepa no se han negado a nada¡±. Mientras tanto, asumen el aislamiento en el ¡°hotel piojos¡±.
La Delegaci¨®n plantea que vuelvan a su pa¨ªs
El jardinero sancionado, Javier Soto, denuncia que los inquilinos del Hotel Morri viven en condiciones infrahumanas desde hace meses. La delegaci¨®n del Gobierno en Cantabria sostiene que ya ha trasladado el caso a la Cruz Roja y asegura que al grupo de albaneses les ha ofrecido acudir a albergues sociales. La Cruz Roja les llev¨® alimentos el pasado mi¨¦rcoles, e insiste en que lo har¨¢ en adelante. Un apoyo que Soto valora, pero considera insuficiente ante la situaci¨®n de abandono del bloque de viviendas a medio construir: ¡°No se ha hecho nada con ellos antes¡±.
Entre las medidas previstas por la Delegaci¨®n est¨¢ pedir a la Organizaci¨®n Internacional de Migraciones (OIM) que les facilite ¡°el retorno voluntario a su pa¨ªs si as¨ª lo desean¡±, pero las fronteras de Albania est¨¢n cerradas para personas procedentes de Espa?a. La sanci¨®n es para el jardinero un motivo m¨¢s para denunciar la ¡°inacci¨®n¡± de las autoridades ante la situaci¨®n de los albaneses, cuya presencia es parte de la rutina del puerto de Santander desde hace meses, motivo de preocupaci¨®n humanitaria para algunos vecinos y de seguridad para las autoridades.
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