Un fiscal discreto para investigar a Juan Carlos I
Juan Ignacio Campos, uno de los fundadores de la Uni¨®n Progresista de Fiscales, tiene aversi¨®n al estrellato
El fiscal Juan Ignacio Campos asume que, con la investigaci¨®n del rey em¨¦rito, le ha tocado una de las tareas m¨¢s comprometidas de sus 42 a?os de carrera. Un ¡°marr¨®n¡±, seg¨²n la expresi¨®n coloquial admitida en conversaciones con compa?eros cercanos. Pero Campos (Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 69 a?os) tambi¨¦n ha transmitido a su entorno que aborda el encargo como ¡°uno m¨¢s¡±, tan importante como la mayor¨ªa de asuntos que llegan al Tribunal Supremo. Pese a su af¨¢n por relativizar la envergadura del caso, la Fiscal¨ªa General del Estado ha justificado en la ¡°trascendencia institucional de esta investigaci¨®n¡± la elecci¨®n de Campos para dirigir las pesquisas.
Las diligencias abiertas para indagar el posible pago de comisiones en las obras del AVE a La Meca y la supuesta implicaci¨®n de Juan Carlos I est¨¢n llamadas a ser el asunto judicial estrella de los pr¨®ximos meses, pero la investigaci¨®n va a estar a cargo de un fiscal con aversi¨®n al estrellato. No son pocos los compa?eros que intuyen que este rasgo ha podido ser tenido en cuenta por la fiscal general, Dolores Delgado, para poner a Campos al frente de la investigaci¨®n. Perfil bajo y discreci¨®n para garantizar que el ministerio p¨²blico no contribuya a elevar m¨¢s si cabe el ruido pol¨ªtico y medi¨¢tico que envuelve a este asunto.
Pero m¨¢s all¨¢ de su personalidad discreta, los miembros de la carrera consultados coinciden en que si un fiscal se ten¨ªa que poner al frente de la investigaci¨®n sobre el rey em¨¦rito, Campos era la elecci¨®n natural. Fiscal jefe de sala de la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo, coordina desde hace ocho a?os el ¨¢rea de delitos econ¨®micos, desde la que ha dirigido la actuaci¨®n del ministerio p¨²blico en causas de relevancia como Malaya (la corrupci¨®n en el Ayuntamiento de Marbella) o Terra M¨ªtica (las irregularidades en el parque tem¨¢tico de Benidorm). Tambi¨¦n uno de los m¨¢s recientes, el recurso contra la primera sentencia de la trama G¨¹rtel, en el que la Fiscal¨ªa ha apoyado mantener la condena al PP.
Nadie se atreve a avanzar si Juan Carlos I tendr¨¢ que declarar en el Tribunal Supremo. Si ocurriera, Campos llegar¨ªa con el bagaje de haber dirigido interrogatorios que en su momento centraron la atenci¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica, como el que le enfrent¨® al extesorero del PP Luis B¨¢rcenas (cuando estaba aforado como senador) o a la exalcaldesa de Valencia Rita Barber¨¢. Tampoco es la primera vez que aborda asuntos vinculados a la familia real, ya que estuvo al tanto desde el inicio de la investigaci¨®n del caso N¨®os, que sent¨® en el banquillo (con la oposici¨®n de la Fiscal¨ªa) a la infanta Cristina y acab¨® con la condena de su marido, I?aki Urdangarin. El fiscal encargado de la causa en Palma, Pedro Horrach, acud¨ªa con regularidad a Madrid para consultar a Campos y al tambi¨¦n fiscal de sala Fidel Cadena.
Maestro de muchos fiscales como preparador de oposiciones, ha legado la vocaci¨®n a su hija. Su esposa es la tambi¨¦n fiscal del Supremo Isabel Rodr¨ªguez, que se ocup¨® del recurso de casaci¨®n contra los miembros de la Manada, finalmente condenados por el delito de violaci¨®n, y no solo abuso sexual, lo que hizo que las penas de los acusados pasaran de 9 a 15 a?os de prisi¨®n.
Campos tiene fama de actuar sin prisa pero sin pausa, buscando resultados sin espectacularidad, y es considerado uno de los fiscales m¨¢s progresistas del Supremo. Fue fundador de la Uni¨®n Progresista de Fiscales (UPF), el ala m¨¢s reformista de la carrera, nacida en 1985 como una escisi¨®n de la inicial Asociaci¨®n de Fiscales, que desde 1980 trat¨® de unir a todos los miembros de la carrera en una ¨²nica organizaci¨®n corporativa. Pero cinco a?os fueron m¨¢s que suficientes para comprobar que en la Fiscal¨ªa tambi¨¦n existen tendencias ideol¨®gicas. Campos es el ¨²nico del n¨²cleo inicial de la UPF que nunca ha tenido cargos directivos en ella. Otra muestra de ese deseo por mantenerse siempre en segundo plano.
Su primer destino fue en la Fiscal¨ªa de Barcelona, junto a los fiscales Villarejo y Mena, los del caso Banca Catalana. Accedi¨® al alto tribunal en 1996, de la mano del entonces fiscal general del Estado C¨¢ndido Conde Pumpido, otro hist¨®rico de la izquierda de la carrera fiscal. Desde 1994, Campos formaba parte de la Secretar¨ªa T¨¦cnica de la Fiscal¨ªa General del Estado, donde se elaboran o supervisan los dict¨¢menes m¨¢s importantes, y donde coincidi¨® con Consuelo Madrigal y Jaime Moreno, dos de los fiscales que a?os despu¨¦s se ocupar¨ªan del juicio del proc¨¦s en el Supremo. A pesar de haber desempe?ado cargos tan relevantes, siempre se las ha ingeniado para pasar pr¨¢cticamente inadvertido.
Ahora, lo que m¨¢s teme tras recibir este encargo es que le sigan a todas partes. Ha llegado a decirle a alguno de sus compa?eros que, si esto pasa, pedir¨¢ la jubilaci¨®n anticipada. Pero nadie le cree capaz de hacerlo. Campos quiere que le dejen trabajar con tranquilidad, pero es muy consciente de su relevancia y no lo dejar¨ªa una vez que lo ha asumido con la garant¨ªa de que podr¨¢ ejercerlo con plena autonom¨ªa.
Se cuenta en la Fiscal¨ªa que la reacci¨®n de Campos fue decirle a la fiscal general: ¡°Vaya asunto que pones en mis manos¡±. Pero lo acept¨® como un deber. Tambi¨¦n le oyeron decir: ¡°Le tengo respeto institucional y personal al rey em¨¦rito, y sin perjuicio de ello tengo que hacer lo que tengo que hacer. Si un asunto llega a mi mesa, tengo que despacharlo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.