Las debilidades del PP gallego
Feij¨®o aspira a una cuarta mayor¨ªa escondiendo las siglas del partido, sin poderes provinciales y subordinado al ¨¦xito de su mayor rival interno
Alberto N¨²?ez Feij¨®o no suele identificarse con el PP. Sus campa?as son una suerte de acertijo en busca del logo del partido. En esta, la carteler¨ªa lo identifica con Galicia como si ambos formaran un ente indisoluble; una comuni¨®n que ning¨²n otro candidato pudiese alcanzar. Por eso pide el voto para su tierra, como si la cosa no fuera con ¨¦l y, mucho menos, con el PP. No obstante, la forma presidencialista con la que parece querer emular a su predecesor, Manuel Fraga, esconde, m¨¢s que el logo, su debilidad: la fragilidad de un PPdeG que en las municipales pasadas perdi¨® las principales alcald¨ªas y las cuatro diputaciones y tuvo que entregarse a un controvertido pol¨ªtico, l¨ªder de un minoritario partido local, Gonzalo P¨¦rez J¨¢come, para salvar la de Ourense. El hist¨®rico granero de votos del PP, gestionado por el hijo-sucesor del ¡°cacique¡± Baltar, el enemigo interno de Feij¨®o, se desinfl¨®. Salvar los muebles supuso para el presidente sostener a su principal rival interno.
En sus primeras elecciones auton¨®micas, en 2009, cuando suced¨ªa a Fraga como candidato a la Xunta, su madre irrumpi¨® en la campa?a. Particip¨® en un emotivo v¨ªdeo familiar en el que ya se esbozaba esa idea de la alianza del candidato Feij¨®o con su tierra natal. Una idea en la que el PPdeG ha incidido desde entonces hasta convertirla en argumentario. ¡°Dice que se cas¨® con Galicia. ?Vaya, hombre! Y Galicia no me da nietos¡±, lamentaba Sira Feij¨®o en aquella grabaci¨®n electoral. Su hijo la convirti¨® en orgullosa abuela en 2017 aunque ha seguido manteniendo intacto el anuncio de su idilio con Galicia.
Feij¨®o, referente del denominado PP urbanita ¡ª¡±los del birrete¡± en contraposici¨®n a ¡°los de la boina¡±¡ª ha tenido que labrarse una imagen de persona vinculada al pueblo -al medio rural- en una comunidad en la que los votantes clave de la derecha son personas de edad que viven en las aldeas y para las que el gallego es su idioma natural.
El PP gallego, de Fraga Iribarne
a N¨²?ez Feij¨®o
En % de votos y nº de esca?os
PSdeG-PSOE
PP
Primeras
elecciones
a la Xunta
con Feij¨®o
de candidato
Primeras
elecciones
a la Xunta
con Fraga
de candidato
Fraga
pierde
la mayor¨ªa
52,88
(42)
52,62
(43)
52,51
(41)
47,56
(41)
46,68
(38)
44,20
(38 esc.)
45,81
(37)
45,80
(41)
(25)
(28 esc.)
(25)
(19)
(17)
(18)
(15)
(14)
17-12
1989
17-10
1993
19-10
1997
21-10
2001
19-06
2005
01-03
2009
21-10
2012
25-09
2016
El PP gallego, de Fraga Iribarne
a N¨²?ez Feij¨®o
En % de votos
PSdeG-PSOE
PP
Primeras
elecciones
a la Xunta
con Feij¨®o
de candidato
Primeras
elecciones
a la Xunta
con Fraga
de candidato
Fraga
pierde
la mayor¨ªa
52,62
(43)
52,88
(42)
52,51
(41)
47,56
(41)
46,68
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45,80
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(38 esc.)
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1989
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19-06
2005
01-03
2009
21-10
2012
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2016
El PP gallego, de Fraga Iribarne a N¨²?ez Feij¨®o
En % de votos y n¨²mero de esca?os
PP
Primeras
elecciones
a la Xunta
con Fraga
de candidato
Primeras
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a la Xunta
con Feij¨®o
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17-10-1993
19-10-1997
21-10-2001
19-06-2005
01-03-2009
21-10-2012
25-09-2016
Lo entendi¨® Fraga a la perfecci¨®n. El desaparecido exministro de Franco nacido en Vilalba (Lugo) que en 1976 aglutin¨® en Alianza Popular a todos los grupos de la derecha surgidos del franquismo y los llev¨® hasta el PP que fund¨® en 1989, ocup¨®, al menos te¨®ricamente, primero la ¡°mayor¨ªa natural¡± del centroderecha en Espa?a y m¨¢s tarde, en su destierro pol¨ªtico en su tierra ¡ªharto de una oposici¨®n permanente en Madrid¡ª un ¡°galleguismo¡± sui g¨¦neris. En realidad, un particular regionalismo.
Aquel repentino amor de Fraga por las ra¨ªces galaicas, apuntalado por los barones ¡°de la boina¡±, como Baltar y Xos¨¦ Cu¨ª?a, le permiti¨® sintonizar con los paisanos hasta el punto de conseguir mayor¨ªas absolutas que hasta la fecha jam¨¢s ha rozado el aparentemente todopoderoso PP de Feij¨®o. Sus mayor¨ªas (la m¨¢s alta con un 47,56% de los votos) est¨¢n lejos de los datos cosechados por el de Vilalba, superando ampliamente hasta en tres ocasiones el 52%. En 2005 perdi¨® la mayor¨ªa con un 45,81% de votos: un resultado ligeramente superior al 45,80% con el que Feij¨®o consigui¨® su segunda mayor¨ªa absoluta en 2012.
Baltar I, hombre de aldea apegado al pueblo, ex miembro de Coalici¨®n Galega y cofundador de Centristas de Galicia desde donde arrib¨® al PP, repet¨ªa que el ¨¦xito del partido estaba en su arraigo en el galleguismo. Y Fraga acabar¨ªa no solo reivindicando ese galleguismo, sino incluso a Castelao, padre del nacionalismo gallego que siempre repudi¨®.
El exbar¨®n ourensano, autodenominado ¡°cacique bueno¡±, colm¨® de mayor¨ªas arrolladoras al fraguismo. Baltar convirti¨® la Diputaci¨®n que presidi¨® durante 25 a?os en una aut¨¦ntica f¨¢brica de empleos ¡ªla mayor de la provincia en su momento¡ª que en las citas electorales transmutaban en votos.
Su poder en el PPdeG ¡ªlleg¨® a amenazar a Fraga y a Feij¨®o con sendas escisiones que los dejar¨ªan en la oposici¨®n¡ª aumentaba de forma proporcional a la de los empleados en el organismo p¨²blico. Hasta el punto de que acab¨® su carrera pol¨ªtica condenado por enchufar a 104 personas vinculadas al PP en las v¨ªsperas del congreso provincial en el que su hijo se jug¨®, en 2010, la sucesi¨®n. Baltar II compet¨ªa contra un candidato puesto por Feij¨®o que suspiraba por evitar la agobiante dependencia del baltarismo.
No lo ha logrado. Una d¨¦cada despu¨¦s de aquel congreso que consum¨® la sucesi¨®n din¨¢stica en el PP de Ourense, Feij¨®o sigue encadenado al hijo del cacique pese a que este ha ido perdiendo los votos amasados por su padre hasta hacer aguas en las ¨²ltimas municipales.
El segundo de los Baltar vio esfumarse, en las municipales del a?o pasado, la mayor¨ªa absoluta de la Diputaci¨®n para el PP por primera vez en los 43 a?os de democracia. Y tambi¨¦n por primera vez en los 34 a?os de ininterrumpido gobierno familiar de esa instituci¨®n.
El hist¨®rico granero del voto del PPdeG se tambale¨®. El PP fue ampliamente superado por el PSOE en la capital pero el golpe real fue la p¨¦rdida de la Diputaci¨®n. Nadie contaba con que un peque?o grupo pol¨ªtico independiente, liderado por J¨¢come, un peque?o empresario local relegado en las municipales a la tercera posici¨®n en la capital y que hab¨ªa basado su existencia en su denuncia del caciquismo de los Baltar, acabar¨ªa perpetuando al heredero del cacique en la Diputaci¨®n a cambio de hacerse con la alcald¨ªa.
Las municipales supusieron un serio aviso para Feij¨®o: no gan¨® alcald¨ªas en ning¨²n municipio de m¨¢s de 30.000 habitantes. El s¨ªmbolo del fracaso fue la p¨¦rdida de Vilalba, la tierra de Fraga en la que el PP parec¨ªa imbatible. En Ourense, tras haber calificado durante la campa?a a J¨¢come ¡°letal¡± para los intereses de la provincia, accedi¨® al trueque por el que pudo salvar, m¨¢s para Baltar que para el PP, la ¨²nica Diputaci¨®n y mantener -mediante bipartito, con J¨¢come presidiendo y con gran malestar de sus concejales m¨¢s afines- la alcald¨ªa de la capital.
Aquel mito del partido blindado por un ej¨¦rcito de 100.000 militantes se hab¨ªa venido abajo en junio de 2018 cuando en las primarias del PP para elegir al sucesor de Mariano Rajoy, Galicia aport¨® 4.564 afiliados, menos de la mitad del censo de las primarias del PSOE gallego y apenas el 4% de aquel batall¨®n del que alardeaba. Las alarmas saltaron cuando Feij¨®o a¨²n no hab¨ªa hecho p¨²blica su decisi¨®n de dar el paso atr¨¢s en la carrera por la sucesi¨®n: las direcciones provinciales del PPdeG alertaron del escaso respaldo que pod¨ªan aportar a su l¨ªder en la batalla nacional.
Antes de la crisis provocada por el coronavirus, los sondeos evidenciaban la fragilidad con la que part¨ªa Feij¨®o en las elecciones convocadas para el mes abril. Pese a haberse visto salpicado por la gesti¨®n de las residencias de mayores y de los recortes en sanidad p¨²blica, la constante proyecci¨®n de su imagen durante los meses de la pandemia en los medios de comunicaci¨®n como moderado administrador p¨²blico de la crisis, parece haberlo aupado en las encuestas. Falta por saber si el inesperado ganchete con J¨¢come ha fortalecido al hijo-sucesor del cacique en la despensa en la que hist¨®ricamente se nutre de mayor¨ªas el PP.
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