Los empresarios de la fresa se plantean prescindir de las contrataciones de temporeras en Marruecos
La falta de respuesta a la crisis de las 7.100 jornaleras atrapadas en Huelva por el cierre de fronteras impuesto por Rabat impulsa al sector a buscar alternativas de mano de obra
Frustrados por la ausencia de respuesta para la situaci¨®n de las 7.100 temporeras marroqu¨ªes, atrapadas desde hace casi un mes en la provincia de Huelva ante la imposibilidad de regresar a su pa¨ªs por el cierre de fronteras, los empresarios onubenses de la fresa se est¨¢n planteando suspender la contrataci¨®n en origen de estas temporeras para la pr¨®xima campa?a. Aunque la decisi¨®n no est¨¢ tomada, la idea cada vez est¨¢ calando m¨¢s entre el gremio, seg¨²n confirman a EL PA?S los empresarios consultados.
¡°Hasta ahora este sistema ha funcionado bien porque nunca se hab¨ªa dado una contingencia como esta, pero cuando ha habido problemas nos hemos encontrado con que ninguna de las principales Administraciones ofrece soluciones¡±, explican desde Interfresa. El replanteamiento de la selecci¨®n laboral de temporeras en Marruecos a¨²n no se ha elevado oficialmente al Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, responsable del programa Gesti¨®n Colectiva de Contrataciones en Origen. Este modelo es un referente de migraci¨®n circular en la Uni¨®n Europea y Espa?a busca f¨®rmulas para ampliarlo ¨Cpero no sustituirlo¨C en otros pa¨ªses.
Una de las alternativas de los empresarios pasar¨ªa por buscar mano de obra en pa¨ªses del Este de Europa o Sudam¨¦rica. ¡°Hay que procurar que no toda la mano de obra provenga del mismo sitio, para evitarnos situaciones como estas¡±, explica Antonio Luis Mart¨ªn, empresario de frutos rojos de Cartaya (Huelva) y pionero de la contrataci¨®n en origen, cuando a¨²n no exist¨ªa el actual sistema de contrataci¨®n hace m¨¢s de 20 a?os. Decidido a terminar con las im¨¢genes de temporeros marroqu¨ªes vagando por los campos onubenses en busca de trabajo y de las mujeres que renunciaban a regresar a su pa¨ªs para tratar de cumplir su sue?o europeo, Mart¨ªn impuls¨® Aeneas Cartaya, la primera iniciativa para captar jornaleras en Marruecos, garantizando su vuelta. ¡°Queda a¨²n mucho por hacer. Echo de menos la necesidad de potenciar su integraci¨®n¡¡±, se?ala.
A Mar¨ªn, como al resto de sus compa?eros, les preocupa que el a?o que viene se encuentren con problemas similares. ¡°Estamos sufragando su vivienda y en algunos casos hasta la manutenci¨®n, muchos estamos al l¨ªmite¡±, advierte. Para ¨¦l, la soluci¨®n pasa por Europa. ¡°Hay que abrir lazos con otros pa¨ªses de fuera de la Uni¨®n Europea, como Ucrania, Moldavia, Bielorrusia o Macedonia, que adem¨¢s tienen una cultura y costumbres similares a la nuestra¡±, sostiene. El convenio para la contrataci¨®n en origen entre Espa?a y Marruecos fue suscrito en 2001. En los ¨²ltimos 15 a?os se ha empleado una media anual de entre 12.000 y 15.000 temporeras que han trabajado en unas 1.000 empresas, seg¨²n los datos que maneja Interfresa. Para sustituir la mano de obra marroqu¨ª por la de otros pa¨ªses, los empresarios consultados reconocen que habr¨ªa que fijarse en la viabilidad econ¨®mica y en la existencia y contenido de los Tratados Internacionales con ellos.
Las contrataciones en Marruecos representan aproximadamente el 15% de los trabajadores de la campa?a de los frutos rojos de la provincia de Huelva, que llega a dar empleo a m¨¢s de 110.000 personas. El cierre de fronteras decretado por el reino alau¨ª el 13 de marzo por el coronavirus redujo de 14.000 a 7.200 el n¨²mero de las temporeras previstas, oblig¨¢ndoles a buscar mano de obra aut¨®ctona o j¨®venes migrantes extranjeros para salvar la temporada. A mediados del mes de junio y finalizado su contrato, estas mujeres se han encontrado sin trabajo y sin posibilidad de regresar. De momento, son invisibles para su pa¨ªs y las negociaciones de Espa?a con Rabat solo han conseguido ara?ar un centenar de repatriaciones de jornaleras enfermas, embarazadas o que acababan de dar a luz. Las condiciones para la apertura de fronteras, que limitan la vuelta desde Espa?a a la v¨ªa a¨¦rea, tambi¨¦n las obvian. ¡°Es imposible que puedan pagar un billete de avi¨®n¡±, aseguran desde la patronal.
Mientras tanto, el dinero que han ahorrado y que iba destinado a sus familias se les agota en comida. La situaci¨®n se est¨¢ volviendo insostenible. Su angustia por no poder regresar con sus familias crece y las ONG y los empresarios hablan ya de grave crisis humanitaria. ¡°Su confinamiento ahora no es por la covid¡±, advierte Mart¨ªn.
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