Vox estrena su nuevo sindicato en el barrio de Salamanca
El partido ultra inscribe el Sindicato para la Defensa de la Solidaridad con los Trabajadores de Espa?a
A menos de 100 metros del parque de El Retiro, en el barrio madrile?o de Salamanca, uno de los m¨¢s caros de Espa?a, se encuentra la sede provisional del sindicato de Vox. Aunque el partido ultra asegura que no es su sindicato, fue el presidente de Vox, Santiago Abascal, quien anunci¨® su creaci¨®n, en plena campa?a electoral gallega; y su portavoz, Jorge Buxad¨¦, quien dio a conocer su nombre: Solidaridad, como el m¨ªtico sindicato de Lech Walesa que en los a?os ochenta se enfrent¨® al r¨¦gimen comunista polaco desde los astilleros de Gdansk.
En realidad, su nombre es bastante m¨¢s largo: Sindicato para la Defensa de la Solidaridad con los Trabajadores de Espa?a. Sus siglas resultan impronunciables (SPDSTE), por lo que los responsables de Solidaridad Obrera, un sindicato anarcosindicalista inscrito hace ya tres d¨¦cadas, temen que se haga llamar Solidaridad, como ya le denomin¨® Buxad¨¦, y estudian acudir a los tribunales para impugnarlo.
Entre los promotores del nuevo sindicato figura Raquel Moreno Barba, la ¨²nica concejal de Vox en Torres de la Alameda, un municipio de 7.800 habitantes en el madrile?o valle del Henares, pero la inc¨®gnita es qui¨¦n ser¨¢ su l¨ªder.
Los estatutos del nuevo sindicato son un calco de los de Vox, aunque a¨²n m¨¢s piramidales: ignora la existencia de las comunidades aut¨®nomas y dise?a una estructura jer¨¢rquica, en cuyo v¨¦rtice se sit¨²a el secretario general. Sus poderes son casi omn¨ªmodos: elegido por un periodo de cuatro a?os, prorrogables sin l¨ªmite, es el encargado de aprobar la creaci¨®n de secciones sindicales, asociaciones provinciales y sectoriales, preside la asamblea general y nombra incluso a los miembros del comit¨¦ de garant¨ªas, que se encarga de zanjar los conflictos internos. La disidencia en su seno se vuelve as¨ª imposible.
De la importancia que la flamante organizaci¨®n sindical otorga a sus finanzas da cuenta el hecho de que el secretario general y el tesorero sean los ¨²nicos cargos elegidos por la asamblea de afiliados, aunque al segundo lo propone el primero.
Cuando anunci¨® su creaci¨®n, el pasado 4 de julio, Abascal asegur¨® que el nuevo sindicato ser¨ªa ¡°sufragado por sus afiliados¡± y no se alimentar¨ªa ¡°del trabajo de todos los espa?oles como hacen los sindicatos actuales¡±. Si se refer¨ªa a que no recibir¨ªa subvenciones p¨²blicas, no es eso lo que dicen sus estatutos. La organizaci¨®n promete sufragarse con las cuotas de sus afiliados, pero tambi¨¦n con ¡°donaciones, subvenciones y aportaciones¡±; as¨ª como con ¡°cualquier otro recurso que pueda obtener, de conformidad con los preceptos legales¡±. Es decir, que no renuncia a recibir subvenciones. Tambi¨¦n Vox empez¨® criticando las ayudas p¨²blicas a los partidos pol¨ªticos, pero no ha renunciado a ellas cuando ha tenido posibilidad de cobrarlas.
La lucha sindical est¨¢ en las ant¨ªpodas de la cultura pol¨ªtica de Vox. El programa econ¨®mico ultraliberal con el que se present¨® a las elecciones generales de abril del a?o pasado abogaba por recortar el derecho de huelga, prohibir los piquetes informativos fuera de los centros laborales y garantizar el derecho a trabajar de quienes no quisieran sumarse al paro. Adem¨¢s, acababa con la negociaci¨®n colectiva, raz¨®n de ser de los sindicatos, al proponer que los trabajadores pudieran descolgarse de los convenios y pactar individualmente con los empresarios condiciones laborales por debajo de las acordadas para su sector o empresa.
El trayecto que va desde el capitalismo salvaje hasta el sindicalismo lo ha recorrido Vox espoleado por su intento de pescar en los caladeros de votos tradicionales de la izquierda. Hasta ahora, su ¨²nico gancho para penetrar en los sectores obreros era el rechazo a los inmigrantes, a los que se presentaba como competidores por los empleos poco cualificados y los escasos subsidios sociales y responsables del aumento de la delincuencia. Conflictos como el de Nissan en Barcelona o Alcoa en Lugo le permiten ahora presentarse como adalid del proteccionismo y aliado de los trabajadores frente a las multinacionales.
Vox rechaza la ¡°inexistente lucha de clases¡± y propone crear un sindicato interclasista (al que pueden afiliarse aut¨®nomos y parados) que defienda ¡°a los espa?oles¡± frente al ¡°Gobierno social-comunista¡± y a la ¡°oligarqu¨ªa globalizadora¡±. Un nacionalsindicato.
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