Absuelta por falta de pruebas la conocida como ¡°secuestradora del ata¨²d¡±
La Audiencia Nacional considera que no ha quedado acreditada la participaci¨®n de la espa?ola, para quien la Fiscal¨ªa ped¨ªa ocho a?os de c¨¢rcel, en el rapto de una francesa a la que cortaron un dedo
Isabel Mazarro, bautizada en su d¨ªa como la ¡°secuestradora del ata¨²d¡±, ya puede respirar aliviada. La Audiencia Nacional ha decidido absolverla en la causa abierta contra ella por participar supuestamente en M¨¦xico en el rapto de una francesa, a la que llegaron a cortar un dedo y a la que retuvieron durante casi 50 d¨ªas en un peque?o habit¨¢culo, ¡°que podr¨ªa asemejarse a un caj¨®n¡±, seg¨²n resaltaron los investigadores. Aunque los jueces consideran probado que su entonces marido ¡ªun conocido guerrillero chileno llamado Ra¨²l Julio Escobar¡ª form¨® parte de un grupo de delincuentes que comet¨ªan este tipo de acciones, subrayan que no se han presentado en el juicio pruebas suficientes que demuestren que ella sab¨ªa algo. La Fiscal¨ªa ped¨ªa inicialmente que la condenaran a 21 a?os de c¨¢rcel, aunque despu¨¦s rebaj¨® la solicitud de pena a ocho a?os.
¡°No ha resultado probado que Mazarro interviniera en modo alguno en el secuestro¡±, exponen los magistrados en su sentencia, fechada el pasado 31 de julio. Seg¨²n defend¨ªa el ministerio p¨²blico en su escrito de acusaci¨®n, la espa?ola se hab¨ªa concertado en 2017 con su pareja y otras personas para el rapto. E, incluso, se encarg¨® de contactar con el esposo de la v¨ªctima y su entorno, al que pidieron un rescate de seis millones de d¨®lares (5,07 millones de euros, al cambio actual), para ¡°averiguar qu¨¦ medidas tomaba y si acud¨ªa a la polic¨ªa¡±. Todo ello, mientras manten¨ªan retenida a la mujer francesa en una peque?a habitaci¨®n vigilada con c¨¢maras y custodiada por tres hombres, que acced¨ªan al lugar ¡°vestidos con monos blancos, m¨¢scaras, guantes y armas largas¡±, seg¨²n la Fiscal¨ªa. En ese tiempo, ¡°sus captores la obligaron en ocasiones a desnudarse, la golpearon, mojaron con agua, hicieron fotograf¨ªas, grabaron con un tel¨¦fono m¨®vil, tocaron sus senos y la obligaron a escribir cartas a su esposo pidiendo que pagara¡±, apostilla la Audiencia Nacional.
Pero la polic¨ªa mexicana desabarat¨® los planes del grupo en mayo de 2017, cuando interceptaron un paquete que un taxista llevaba al marido de la v¨ªctima. Era una caja de cart¨®n azul que guardaba un USB y un ¡°envase de pl¨¢stico transparente con tap¨®n de rosca, l¨ªquido viscoso y un segmento corporal correspondiente a un dedo humano¡±. Al taxista lo segu¨ªa un hombre al volante de una furgoneta, que fue detenido inmediatamente. Dec¨ªa llamarse Ram¨®n Alberto Guerra, pero su verdadero nombre era Ra¨²l Julio Escobar.
El arrestado llam¨® entonces a varias personas. Entre ellas, a su mujer: Isabel Mazarro. Los investigadores afirman que escucharon que le dijo ¡°saca el paquete del caj¨®n¡±. En referencia, seg¨²n la Fiscal¨ªa, a la secuestrada. Pero los jueces apuntan que ¡°no ha resultado probado que ese fuera el contenido¡± de la llamada, ya que el agente mexicano que afirm¨® haberlo o¨ªdo no compareci¨® en el juicio. Mazarro niega, por su parte, que le comentara eso: seg¨²n ella, su esposo ¨²nicamente le pidi¨® la documentaci¨®n del veh¨ªculo y que contactara con su abogado.
Marcha a Espa?a
Este caso aterriz¨® en la Audiencia Nacional porque, despu¨¦s de la operaci¨®n policial en el pa¨ªs norteamericano, Mazarro se march¨® a Espa?a, donde la Guardia Civil la detuvo a finales de 2017. M¨¦xico reclam¨® su extradici¨®n, pero la Audiencia Nacional lo rechaz¨®. Aleg¨® que, ¡°trat¨¢ndose de una ciudadana espa?ola, en este caso procede perseguir los hechos en Espa?a¡±. Desde entonces, ella ha defendido su inocencia. Afirma que desconoc¨ªa la implicaci¨®n de su pareja en el rapto y que ni siquiera conoc¨ªa el aut¨¦ntico nombre de su marido. ¡°No extra?a a este tribunal que le ocultara su participaci¨®n en el secuestro, del mismo modo que tambi¨¦n le ocult¨®, as¨ª como al resto de su c¨ªrculo de conocidos y amistades en San Miguel de Allende (M¨¦xico), su verdadera identidad¡±, ratifican los jueces de la Secci¨®n Tercera de la Sala de lo Penal.
Los magistrados tambi¨¦n descartan que se hayan presentado pruebas contundentes que demuestren que Mazarro, que conoc¨ªa de antes al marido de la v¨ªctima, contactase con ¨¦l tras pactarlo con los secuestradores. Seg¨²n los jueces, esas ¡°intenciones¡± no han quedado probadas y podr¨ªa tratarse simplemente de una ¡°conducta social¡±. ¡°Pudo ser, como sostiene ella, porque lo apreciaba y le preocupaba su bienestar al ser un hombre mayor que estaba solo. Pero tambi¨¦n pudo ser por curiosidad. O, como sostiene la acusaci¨®n, para averiguar sus movimientos en relaci¨®n con el secuestro y especialmente si acud¨ªa a la polic¨ªa¡±, especulan los jueces, antes de descartar esta ¨²ltima opci¨®n: ¡°La conducta de la acusada durante el tiempo del secuestro no parece compatible con ¨¦sta ¨²ltima posibilidad. Fue una sola llamada que no fue seguida de ning¨²n otro tipo de acercamiento y, cuando coincidi¨® con ¨¦l en un restaurante, se limit¨® a saludarle de lejos¡±.
La Secci¨®n Tercera concluye: ¡°El an¨¢lisis de cada uno de estos hechos nos lleva a concluir que, valorados en conjunto, no llevan a la conclusi¨®n inequ¨ªvoca de que la acusada participara a sabiendas en el secuestro. Por ello, en aplicaci¨®n del principio in dubio pro reo ¡ªen caso de duda, se debe fallar de la forma m¨¢s favorable al procesado¡ª, la absolvemos de ser c¨®mplice del delito¡±.
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