La investigaci¨®n revela graves errores humanos en la fuga de los hermanos Mo?iz de la c¨¢rcel de Valdemoro
Las alarmas del per¨ªmetro de seguridad de la prisi¨®n sonaron durante 16 minutos sin que fueran atendidas
La investigaci¨®n sobre la fuga protagonizada la pasada semana por los hermanos Jonathan y Miguel ?ngel Mo?iz Alcaide, presos en el Centro Penitenciario de Valdemoro (Madrid III), ha desvelado graves errores en la aplicaci¨®n de las medidas de seguridad del recinto por parte de guardias civiles y funcionarios de prisiones. Un informe elaborado por la empresa de mantenimiento de la alarma del per¨ªmetro del penal apunta a que esta se dispar¨® en, al menos, cinco ocasiones durante el tiempo que los dos reclusos huidos estuvieron junto a la ¨²ltima valla para saltarla y evadirse.
El documento detalla que el sistema, formado por detectores volum¨¦tricos que se activan con el movimiento, sonaron durante cerca de 16 minutos a partir de las 19.03 de aquel s¨¢bado, 5 de diciembre, sin que los guardias civiles encargados de su control comprobaran el motivo, detallan a EL PA?S fuentes conocedoras de las pesquisas. En una ocasi¨®n, el responsable de vigilar el sistema recogi¨® que se hab¨ªan disparado ¡°sin motivo aparente¡±. Cada vez que saltaba el aviso, los guardias desactivaban el sonido al entender que era una falsa alarma, siempre seg¨²n estas fuentes.
Varias fuentes policiales y penitenciarias coinciden en se?alar a ¡°un exceso de confianza¡± como principal causante de la cadena de errores que facilit¨® la fuga y cuyo ¨²ltimo eslab¨®n fue, precisamente, que no se comprobar¨¢ por qu¨¦ hab¨ªa saltado la alarma. ¡°Estas se disparan a veces por la presencia de animales o, incluso, por bolsas de pl¨¢stico que lleva el viento¡±, detalla una de ellas. La fuga de los hermanos Mo?iz es la primera que se registra en Valdemoro desde que el recinto entr¨® en funcionamiento hace casi 30 a?os. Entre 2005 y noviembre de 2018 ¡ª¨²nico periodo del que existen estad¨ªsticas p¨²blicas¡ª se produjeron 9.520 quebrantamientos de condena en Espa?a. De ellas, ¨²nicamente 18 fueron evasiones desde el interior de una c¨¢rcel.
Las im¨¢genes grabadas por el circuito de videovigilancia apuntalan la hip¨®tesis de la cadena de errores humanos como desencadenante de la fuga. Las c¨¢maras ¡ªque seg¨²n su situaci¨®n y la distancia del objeto muestran im¨¢genes n¨ªtidas o, simplemente, figuras¡ª han permitido constatar que los dos fugitivos estuvieron durante todo el tiempo que sonaron las alarmas en la ¨²ltima zona de seguridad de la prisi¨®n e, incluso, que permanecieron encaramados a la valla del recinto, de seis metros de altura, cerca de cuatro minutos mientras esperaban que un tercer recluso, Adri¨¢n M., que finalmente fue detenido, les acompa?ara en su huida. Las c¨¢maras grabaron como este ¨²ltimo utilizaba un peque?o tel¨¦fono m¨®vil (objeto prohibido dentro de las c¨¢rceles) para hacer una llamada, supuestamente a las personas que desde el exterior iban a colaborar en la huida.
Fueron las im¨¢genes de una de estas c¨¢maras las que provocaron la actuaci¨®n de los agentes de la Guardia Civil. Seg¨²n varias fuentes, un funcionario de Instituciones Penitenciarias destinado en la torre de control alert¨® a los agentes del instituto armado sobre la presencia de personas en la zona conocida en el argot penitenciario como ¡°entremuros¡±, que separa la ¨²ltima tapia de la prisi¨®n de la verja rematada con una concertina ¡ªalambrada con cuchillas¡ª que marca los l¨ªmites del recinto. Otras fuentes, sin embargo, afirman que fueron los guardias civiles los que detectaron la fuga en sus monitores. Fuentes oficiales de Instituciones Penitenciarias y de la Guardia Civil han declinado facilitar informaci¨®n sobre el suceso al estar a¨²n en curso las investigaciones que ambas han abierto para aclarar lo sucedido. Los dos presos siguen en paradero desconocido.
Las pesquisas tambi¨¦n ha revelado que la huida de los hermanos Mo?iz, conocidos aluniceros y butroneros (especializados en el robo en establecimientos comerciales tras estrellar un veh¨ªculo contra los escaparates o practicar agujeros en los muros), tuvo un largo proceso de preparaci¨®n que les permiti¨® distraer varios objetos de uso cotidiano dentro de la c¨¢rcel para elaborar los instrumentos necesarios para la fuga sin que fuera detectada su falta por los funcionarios. En este sentido, la investigaci¨®n ha puesto el foco principal en el llamado cuarto de maletas (un habit¨¢culo donde se guardan ropas y enseres de los presos que estos nos pueden tener en sus celdas por falta de espacio) y c¨®mo accedieron al mismo, ya que est¨¢ cerrado con llave.
Seg¨²n fuentes penitenciarias, los hermanos Mo?iz fabricaron una rudimentaria copia de la llave con un trozo de aluminio despu¨¦s de que consiguieran hacer una copia en papel de la misma en un descuido del funcionario responsable de su custodia. Otras fuentes apuntan a que la llave original lleg¨® a permanecer extraviada durante varios d¨ªas, pese a lo que no se cambi¨® el bomb¨ªn de la puerta. Destinados como ordenanzas en el m¨®dulo 9 de la prisi¨®n y, por tanto, con cierta libertad de movimiento en el recinto, los dos presos entraron con la rudimentaria llave en ese cuarto un n¨²mero no determinado de veces y aprovecharon para romper con una sierra de unos 10 cent¨ªmetros, ya localizada, los barrotes de la ventana a trav¨¦s de la cual salieron al exterior del m¨®dulo en la tarde del s¨¢bado.
Los dos huidos tambi¨¦n consiguieron elaborar una soga trenzando s¨¢banas y bolsas de basura industriales de las que se utilizan en la prisi¨®n. Adem¨¢s, fabricaron una p¨¦rtiga con los palos huecos de varias escobas que reforzaron introduciendo trozos de madera en su interior. Con todo ello, los dos hermanos y un tercer interno recorrieron el centro a trav¨¦s de los tejados de varios m¨®dulos sin ser detectados hasta llegar a la ¨²ltima valla del per¨ªmetro penitenciario. Una vez all¨ª, seg¨²n apunta la investigaci¨®n, con la ayuda de la p¨¦rtiga y la soga de s¨¢banas y bolsas, los dos hermanos se encaramaron a lo alto de la valla e intentaron ayudar a subir al tercer recluso, sin ¨¦xito. Finalmente, los Mo?iz huyeron a la carrera. Las pesquisas apuntan a que un veh¨ªculo, que no fue detectado por las c¨¢maras de la prisi¨®n, les esperaba en las cercan¨ªas para facilitar la huida.
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