El Gobierno del v¨¦rtigo
S¨¢nchez abre nuevos frentes sin cesar: Catalu?a, la Corona y una crisis en el Ejecutivo. Las elecciones catalanas, motivo de gran preocupaci¨®n en Unidas Podemos
En las conversaciones de pasillo y en los dict¨¢menes de los analistas pol¨ªticos la conclusi¨®n era un¨¢nime el pasado 4 de diciembre, despu¨¦s de que el Gobierno lograse reunir una mayor¨ªa de 13 partidos para aprobar sus primeros Presupuestos: la te¨®ricamente precaria coalici¨®n se hab¨ªa asegurado una larga vida. Un mes m¨¢s tarde, los mismos protagonistas de las conversaciones de pasillo y de los an¨¢lisis pol¨ªticos vuelven a ser un¨¢nimes: la coalici¨®n est¨¢ en serio peligro de resquebrajarse.
Puede que alguien se extra?e, pero as¨ª es este Gobierno, del que se podr¨¢n decir muchas cosas menos que no refleje el esp¨ªritu de su tiempo, este mundo en que todo se ha vuelto vertiginoso y ef¨ªmero. Por eso, el mismo Ejecutivo que tomaba rumbo firme hace un mes puede estar hoy achicando v¨ªas de agua. Y el mismo presidente que hace poco m¨¢s de un a?o promet¨ªa traer de vuelta a Carles Puigdemont puede mostrarse ahora dispuesto a indultar a los independentistas condenados.
Es como si Pedro S¨¢nchez hubiese emprendido una carrera fren¨¦tica el d¨ªa que lo expulsaron de Ferraz y desde entonces ya no hubiese parado nunca. Y ah¨ª sigue, a toda prisa, quemando etapas sin descanso. En 2019 se la jug¨® enfrent¨¢ndose a dos elecciones. En 2020 form¨® el Gobierno m¨¢s fr¨¢gil en cuatro d¨¦cadas y le sobrevino el mayor desastre en un siglo. Ni todo eso consigue fatigar a S¨¢nchez, que acab¨® el a?o abriendo nuevos frentes: cambios legislativos sobre la Corona, los posibles indultos, una remodelaci¨®n en el Gabinete, una apuesta fuerte para las elecciones catalanas.
En medio de este carrusel, la nueva conclusi¨®n un¨¢nime de las conversaciones de pasillo y de los analistas pol¨ªticos se puede volver vieja en cualquier momento. En el discurso presidencial de balance del a?o, el pasado martes, S¨¢nchez recuper¨® la l¨ªnea de los d¨ªas en que se aprob¨® el Presupuesto para mandar un mensaje tranquilizador. ¡°Este es un Gobierno de coalici¨®n que tiene ¨¢nimo de perdurar en el tiempo¡±, asegur¨®. ¡°Y digo Gobierno de coalici¨®n con todas las letras¡±.
Las primeras semanas de 2021 deparar¨¢n un rosario de ocasiones para ver si el Ejecutivo logra superar la tensi¨®n interna que presidi¨® los ¨²ltimos d¨ªas del a?o. La de mayor alcance es la elaboraci¨®n del documento que el Gobierno debe enviar a Bruselas esbozando un plan de reformas. Ah¨ª hay dos cuestiones nucleares: la modificaci¨®n del marco laboral creado por los Ejecutivos del PP, una decisi¨®n que no despertar¨ªa aplausos precisamente en Bruselas, y la reforma de las pensiones para alargar el periodo de cotizaci¨®n, lo que, en la pr¨¢ctica, supondr¨ªa rebajar su cuant¨ªa media. Para Unidas Podemos resultar¨ªa muy dif¨ªcil de digerir una capitulaci¨®n sobre estos dos asuntos, porque afectan al coraz¨®n de su estrategia pol¨ªtica. Abandonado el sue?o del sorpasso a los socialistas, la fuerza de Pablo Iglesias cada vez se acerca m¨¢s a la de la vieja IU, aunque con una vocaci¨®n que esta nunca quiso o no pudo ejercer: gobernar con el PSOE para arrastrarlo a posiciones m¨¢s a la izquierda. Renunciar a esas dos banderas tan incrustadas en el patrimonio izquierdista situar¨ªa a Unidas Podemos ante la inc¨®moda cuesti¨®n de plantearse la utilidad de su presencia en el Ejecutivo.
Ese mismo interrogante se puede suscitar tras las elecciones catalanas del 14 de febrero, motivo de gran preocupaci¨®n en Unidas Podemos. Las dos llamadas a las urnas posteriores a la formaci¨®n del Gobierno, las de Galicia y el Pa¨ªs Vasco, el pasado julio, acabaron con un gran fiasco para los de Iglesias. Tras esos dos fracasos, se intensificaron sus gestos para marcar perfil propio dentro del Gobierno, aun a costa de provocar sacudidas internas. Todo el mundo da por hecho que esas maniobras del socio minoritario persistir¨¢n hasta que se abran las urnas en Catalu?a. All¨ª, En Com¨² Podem se enfrenta al mismo peligro que ya se llev¨® por delante a sus compa?eros gallegos y vascos. Ambos sufrieron una copiosa fuga de votos hacia la izquierda nacionalista, BNG y EH Bildu en ese caso. Y en Catalu?a hay una amenaza similar: ERC.
Para complicar el panorama, ha irrumpido la candidatura de Salvador Illa. Con el ministro de Sanidad, el PSC cree que ya no es una quimera pelear por el primer puesto. La ¨²ltima encuesta del CEO, el CIS catal¨¢n, lo sit¨²a muy cerca de Junts y cuatro puntos y medio por debajo de ERC. Los socialistas hasta se podr¨ªan encontrar con un gran ¨¦xito electoral, acompa?ado de un efecto secundario potencialmente desestabilizador para el Gobierno: el debilitamiento de su socio minoritario.
En este asunto, S¨¢nchez s¨ª que ha abandonado las prisas. La Moncloa insin¨²a que el relevo de Illa en Sanidad se va a demorar. La situaci¨®n es bastante extra?a, porque hay ya una sustituta dispuesta, Carolina Darias, y otro m¨¢s, Miquel Iceta, para reemplazar a esta en Pol¨ªtica Territorial. Por eso algunos ministros creen que S¨¢nchez no podr¨¢ esperar mucho m¨¢s. Aunque, con este presidente y este Gobierno, mejor gu¨¢rdense las apuestas.
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