El programa de Gobierno resiste entre tensiones
Cumplidas varias de las grandes promesas sociales, el Ejecutivo se enreda ahora sobre los compromisos pendientes
El mundo en el que Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias firmaron, el 30 de diciembre de 2019, el programa del primer Gobierno de coalici¨®n en ocho d¨¦cadas ya no es el mundo de hoy. Solo ha pasado un a?o, pero han sido 12 meses tan vertiginosos para todo el planeta que han tra¨ªdo un aut¨¦ntico cambio de ¨¦poca. Por eso no resulta extra?o encontrar p¨¢rrafos del documento suscrito por los l¨ªderes del PSOE y de Unidas Podemos que hoy pueden parecer sacados de un pergamino mohoso. Como cuando proclaman que trabajar¨¢n ¡°por la estabilidad presupuestaria y la reducci¨®n del d¨¦ficit y la deuda p¨²blica¡±.
La pandemia derrib¨® viejas certezas y oblig¨® a un Gobierno reci¨¦n formado a hacer frente a lo nunca previsto. Esa crisis desconocida ha absorbido buena parte de las energ¨ªas del Ejecutivo. Otras se han gastado en poner de acuerdo a los socios del Gabinete y en superar su debilidad parlamentaria. Demasiados factores juntos para que el programa pactado pudiese resistir en su integridad meses despu¨¦s. Y a pesar de todo, una parte destacada de las promesas de la coalici¨®n, especialmente algunas de contenido social, han salido adelante incluso en medio del desastre de 2020. Otra cosa son los compromisos del acuerdo todav¨ªa pendientes. Ah¨ª se avecina una gran batalla interna y sobre cuestiones de tanto calado como las reformas laboral, fiscal y de las pensiones.
Las prioridades
Aunque las desventuras de la lucha contra el virus y de los combates en el Gobierno se hayan llevado los titulares m¨¢s gruesos a lo largo del a?o, la coalici¨®n no ha abandonado algunas de sus prioridades. El Ejecutivo ha subido el salario m¨ªnimo en 50 euros y en un 5% el ¨ªndice de renta personal (Iprem) con el que se calcula la concesi¨®n de ayudas p¨²blicas, las pensiones se han revalorizado con el IPC, se han aprobado el ingreso m¨ªnimo vital ¡ªmuy poco aplicado a¨²n por los problemas de gesti¨®n¡ª y las tasas Google y Tobin. El Gobierno ha cumplido la promesa de derogar la Lomce y poner en marcha una nueva ley de educaci¨®n a partir de los criterios b¨¢sicos expuestos en el programa com¨²n. Tambi¨¦n est¨¢ a punto de entrar en vigor la anunciada ley de eutanasia, aprobada con un amplio acuerdo del que solo se descolgaron PP y Vox. En el Congreso se est¨¢n tramitando, tras su env¨ªo por el Ejecutivo, los proyectos contra el cambio clim¨¢tico y el fraude fiscal, as¨ª como el de protecci¨®n de la infancia. A¨²n sin llegar a la C¨¢mara, se encuentra muy avanzada en su elaboraci¨®n la ley de libertad sexual para responder a otro de los compromisos m¨¢s pregonados del programa com¨²n: ¡°Blindar el no es no¡±.
La pandemia no siempre ha sido un freno. Al contrario: las catastr¨®ficas consecuencias sociales de la crisis sanitaria contribuyeron a acelerar la aprobaci¨®n del ingreso m¨ªnimo vital, que en un primer momento los socialistas pretend¨ªan tomarse con m¨¢s tiempo. Sin el virus ¡ªy sin la masiva llegada de los fondos europeos para paliar sus destrozos¡ª el Ejecutivo de coalici¨®n tampoco habr¨ªa podido cumplir en apenas unos meses compromisos que eran para toda la legislatura, como el sustancial aumento de los gastos sanitario y en I+D+i. El primero se multiplica por casi 10 en los Presupuestos de 2021 y el segundo crece un 80%.
Donde la pandemia s¨ª ha moderado las pretensiones iniciales de la coalici¨®n es en la pol¨ªtica fiscal. Unidas Podemos ha acabado cediendo y las subidas de impuestos para 2021 son m¨¢s livianas de lo previsto en el programa. En el IRPF se aplicar¨¢n para las rentas del trabajo superiores a 300.000 euros y a las del capital por encima de 200.000, cuando los umbrales previstos en el pacto de coalici¨®n eran de 130.000 para el primer caso y 140.000 para el segundo. La formaci¨®n de Iglesias ha asumido que, con la econom¨ªa hundida, apretar la tuerca fiscal puede tener efectos contraproducentes. Pero Unidas Podemos asegura que sigue siendo un objetivo de legislatura. Y una m¨¢s que segura fuente de conflictos con la vicepresidenta econ¨®mica, Nadia Calvi?o, la n¨¦mesis de Iglesias y sus ministros.
En el documento que S¨¢nchez e Iglesias rubricaron la v¨ªspera de la anterior Nochevieja, hab¨ªa una promesa principal, pr¨¢cticamente la que encabezaba el programa: ¡°Derogaremos la reforma laboral¡±. En ese punto, el cambio de ¨¦poca s¨ª que es radical. La ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, de Unidas Podemos, no va a soltar esa bandera. Solo que enfrente tiene a Calvi?o, a los empresarios y a las prescripciones de Bruselas. Y S¨¢nchez, tras el acuerdo en la UE para el reparto del gran fondo de reconstrucci¨®n, ha redoblado su confianza en la vicepresidenta econ¨®mica, con larga trayectoria en las instituciones comunitarias. Este asunto est¨¢ en plena negociaci¨®n interna para ver qu¨¦ l¨ªnea de reforma laboral se comunica a Bruselas.
Yolanda D¨ªaz tambi¨¦n ha topado con los socialistas en su pretensi¨®n de subir de nuevo el salario m¨ªnimo en 2021. Con el incremento de este a?o, est¨¢ en 950 euros y la coalici¨®n se comprometi¨® a situarlo al final de la legislatura en el 60% del sueldo medio de Espa?a (si se hubiese aplicado en 2020, ser¨ªa de 1.028 euros). PSOE y Unidas Podemos han acordado prorrogar los 950 euros a la espera de un acuerdo para subirlo que, de lograrse, ser¨ªa retroactivo, con lo que la batalla sigue abierta unos meses. En estos asuntos, como en el de las pensiones, Iglesias trata de aferrarse a la literalidad del programa frente a las propuestas de ministros socialistas ajenas a los pactos de coalici¨®n. Una de las m¨¢s potencialmente conflictivas es la apuntada por el responsable de Seguridad Social, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, de subir de 25 a 35 los a?os de cotizaci¨®n para establecer el c¨¢lculo de las pensiones, lo que mermar¨ªa su cuant¨ªa media en un 5,5%.
Reformas institucionales
Uno de los cap¨ªtulos del programa que est¨¢ casi sin estrenar es que el que se refiere a la regeneraci¨®n democr¨¢tica y reforma de las instituciones. En este a?o no ha habido pistas de asuntos como la limitaci¨®n de los aforamientos, la regulaci¨®n de los lobbies, el plan nacional contra la corrupci¨®n o la reforma de la Ley de Transparencia. En el balance de lo cumplido apenas puede consignarse la ampliaci¨®n de los plazos m¨¢ximos de las instrucciones judiciales, introducidos por el PP en su peor ¨¦poca de esc¨¢ndalos.
En esta parte del programa tambi¨¦n hay p¨¢rrafos que las circunstancias pol¨ªticas han dejado amarillentos. En uno de ellos, los socios del Gobierno apuestan por ¡°promover acuerdos parlamentarios de consenso¡± para renovar ¨®rganos como el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo o el consejo de administraci¨®n de RTVE. Cosas que ahora suenan como llegadas de otra ¨¦poca.
Concesiones a ERC a cambio de sus votos
Un Gobierno de coalici¨®n con 20 esca?os menos de la mayor¨ªa parlamentaria. Dif¨ªcil imaginar mayor debilidad para un Ejecutivo. En el balance final, sin embargo, la coalici¨®n gubernamental solo ha perdido tres votaciones: el decreto de financiaci¨®n municipal que provoc¨® una rebeli¨®n de alcaldes, el cap¨ªtulo social de las propuestas elaboradas por la Comisi¨®n de Reconstrucci¨®n del Congreso y unas enmiendas parciales de ERC a los Presupuestos que salieron gracias al apoyo del PP.
Fuera de este ¨²ltimo caso, sin muchas consecuencias pol¨ªticas, Esquerra ha sido decisiva en los apoyos parlamentarios al Gobierno. Y el grupo independentista ha logrado introducir asuntos que no estaban en el programa de la coalici¨®n. El Ejecutivo va a rebajar las penas de los delitos de sedici¨®n, lo que acortar¨ªa las condenas de los l¨ªderes del 'proc¨¦s', y estudia indultos para ellos. Por petici¨®n de ERC, se retir¨® de la nueva ley de educaci¨®n la consideraci¨®n del castellano como ¡°lengua vehicular¡± en las aulas. Y el Gobierno se ha comprometido a analizar una posible ¡°armonizaci¨®n¡± de impuestos auton¨®micos despu¨¦s de que ERC denunciase el ¡°dumping' fiscal¡± (competencia desleal) de Madrid.
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