En Barajas, de acampada
Una veintena de bolivianos duerme en el aeropuerto tras cinco d¨ªas de cancelaciones en cascada
Ruth Marianela Sarmiento, una empleada del hogar boliviana de 48 a?os, cumpl¨ªa este mi¨¦rcoles dos noches y tres d¨ªas durmiendo en la terminal 4 de Barajas. Su men¨² ha dependido de las m¨¢quinas expendedoras, b¨¢sicamente s¨¢ndwiches y Coca-Cola, y su aseo personal de toallitas h¨²medas. ¡°He pedido unas mantas a la compa?¨ªa, pero no han querido d¨¢rmelas. Hemos pasado mucho fr¨ªo¡±, se queja. Su vuelo a Cochabamba (Bolivia) fue cancelado el s¨¢bado por el temporal y reprogramado para el lunes. El lunes, cuando ya estaba en el aeropuerto, supo que tampoco saldr¨ªa. Sin casa en Madrid, sin dinero para un hotel, con la ciudad cubierta de hielo y sin derecho a que la compa?¨ªa le cubra el alojamiento, mont¨® su campamento en la terminal junto a decenas de compatriotas. Su avi¨®n est¨¢ programado por fin para esta noche. ¡°Vamos a ver si sale¡±, desconf¨ªa.
Tras cinco d¨ªas de cancelaciones en cascada, el principal aeropuerto de Espa?a intenta retomar el ritmo, pero no est¨¢ resultando f¨¢cil. Los trabajos para despejar la nieve y el hielo parecen no acabar nunca y las condiciones meteorol¨®gicas contin¨²an jugando en contra. Durante el d¨ªa, el sol derrite parte la nieve que se desliza por las pistas y que por la noche, con temperaturas bajo cero, se congela de nuevo. Y vuelta a empezar.
Desde el s¨¢bado 128 militares del Ej¨¦rcito de Tierra y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajan con 67 m¨¢quinas en pistas y m¨¢rgenes, pero tienen que sacar la pala y arremangarse cuando lo que hay que retirar es la nieve y el hielo bajo los aviones. ¡°Es un trabajo delicado y dif¨ªcil¡±, advierten desde la UME. En total, m¨¢s de 1.500 personas trabajan a la carrera para devolver la normalidad. El lunes, entre las terminales 1, 4 y su sat¨¦lite, la 4S, ya se operaron 120 vuelos y el martes otros 200. El ritmo va aceler¨¢ndose aunque los vuelos actuales a¨²n est¨¢n lejos de los 400 anteriores al temporal, una operaci¨®n que ya estaba reducida debido a la pandemia.
Las decenas de personas que han dormido estos d¨ªas en los asientos frente a los mostradores de facturaci¨®n han ido desapareciendo rumbo a sus destinos. Fuentes de Aena calculan que el viernes 600 personas pasaron la noche en el aeropuerto. Este mi¨¦rcoles apenas quedaba un grupo de una veintena de bolivianos cansados y confiados en que su vuelo saliese al anochecer.
La advertencia de las compa?¨ªas y de Aena era no acudir a Barajas sin la confirmaci¨®n de que el viaje se producir¨ªa, pero a muchos los avisos les pillaron ya en la terminal. Algunas compa?¨ªas se comprometieron a reembolsar noches de hotel. Otras solo han cubierto a los pasajeros que llegaron a Madrid con conexi¨®n a otros destinos, pero quien lleg¨® por su cuenta hasta la capital ha tenido que asumir el coste de la espera o instalarse junto a los mostradores de facturaci¨®n. Filomena, recuerdan varias empresas a¨¦reas consultadas, les exime de esta responsabilidad.
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