Terremotos, grietas y miedo en Granada
La provincia andaluza sufre 740 se¨ªsmos, cinco de magnitud superior a 4, en apenas una semana
Grietas y miedo son dos efectos inmediatos de los terremotos. Y, cuando se prolongan durante d¨ªas, ambos se multiplican. Eso ocurre en la provincia de Granada desde hace una semana, donde el Instituto Geol¨®gico Nacional ha detectado 740 se¨ªsmos ¡ªcinco de ellos de una magnitud superior a 4, y 21 superiores a 3¡ª entre el pasado 23 de enero y la media ma?ana de este s¨¢bado. Las consecuencias son perceptibles con solo echar un vistazo a la calle: un temor que se extiende entre parte de la poblaci¨®n y numerosos edificios con fracturas que, seg¨²n un experto en sismorresistencia de la capital, pueden resultar m¨¢s graves de lo que indican las primeras revisiones. No existe, de momento, ning¨²n c¨¢lculo sobre los da?os econ¨®micos causados.
Manuela, de 81 a?os, camina a misa en Santa Fe, un municipio de 15.000 habitantes a apenas 10 kil¨®metros de Granada y donde se ha situado el epicentro de varios terremotos. La mujer se echa a llorar con solo preguntarle c¨®mo se encuentra. ¡°Tengo mucho miedo. Todos los d¨ªas se mueve el suelo y no s¨¦ qu¨¦ hacer¡±, asegura, antes de culparse por no ser capaz de mantener la calma. ¡°No valgo nada¡±, sentencia, mientras en una calle cercana, bajo un edificio que ha sufrido da?os, se aposta Pepi junto a su hija adolescente.
Esta ama de casa de 44 a?os comenta que su familia no se atreve todav¨ªa a dormir en la planta alta de su casa, una vivienda de dos pisos de altura a la que le ha aparecido una grieta. Desde el martes, cuando una secuencia de tres temblores fuertes sacudi¨® la provincia, ella, su marido y sus dos hijas duermen como pueden en el sal¨®n. En sof¨¢s. ¡°Los cr¨ªos tienen mucha ansiedad estos d¨ªas¡±, subraya Pepi.
Tanto en Santa Fe como en Atarfe, otra de las localidades afectadas, los ayuntamientos han organizado oficinas de asistencia a los damnificados. 130 familias han presentado ya la documentaci¨®n por da?os en sus viviendas en Santa Fe y alrededor de 500 en Atarfe, seg¨²n explican sus alcaldes. En Granada, en cambio, no hay datos oficiales.
A esos expedientes de da?os hay que a?adir desperfectos en colegios, supermercados y espacios patrimoniales como la Alhambra y algunas iglesias, que incluye a la catedral de la capital. Excepto una zona de la Alhambra, la versi¨®n oficial tras el an¨¢lisis preliminar es que los da?os son ¡°leves y no estructurales¡±. Pero Enrique Hern¨¢ndez Montes, catedr¨¢tico de Mec¨¢nica de Estructuras de la Universidad de Granada y especialista en sismorresistencia de edificios, no es tan optimista.
Al analizar las consecuencias, Hern¨¢ndez Montes fija su atenci¨®n en la aceleraci¨®n s¨ªsmica b¨¢sica o, en palabras m¨¢s sencillas, el empuje horizontal que reciben los edificios en su base. La normativa en zonas como Granada obliga a construir para aguantar 0,24 g. Y el terremoto del jueves por la noche alcanz¨® los 0,20 g en Santa Fe, explica el catedr¨¢tico. Eso significa, a?ade, que el se¨ªsmo ha estado cerca de poner numerosas construcciones ¡°muy cerca de su l¨ªmite¡± y que, casi con total seguridad, ha afectado estructuralmente a algunos edificios, especialmente los antiguos. Hern¨¢ndez, por eso, recomienda no pararse en la revisi¨®n superficial e insta a hacerlo en profundidad. El valor equivalente en la capital fue de 0,15 g, cuenta, por lo que la posibilidad de da?os serios se aten¨²a. Solo por comparaci¨®n, ese valor en el terremoto de Lorca de 2011 fue de 0,36.
Pilar, una vecina de Santa Fe, dice que su casa se ¡°raj¨®¡±. Se pone nerviosa solo de recordar lo pasado estos d¨ªas. Desde hace d¨ªas duerme en un descampado dentro de un coche, junto a sus cuatro hijos. Tiene un miedo insuperable, cuenta.
Jes¨²s Ib¨¢?ez, catedr¨¢tico de la Universidad de Granada y especialista en riesgos s¨ªsmicos, considera ¡°normal¡± lo ocurrido en Granada estos d¨ªas. ¡°Ya hemos tenido antes episodios como estos¡±. Y recuerda que en 1983 hubo una serie que dur¨® dos o tres meses en Loja, y otra que se prolong¨® de marzo a octubre de 1979 en la zona de Granada. Y eso, dice, es lo que probablemente se repita ahora.
Falta de formaci¨®n
La primera inspecci¨®n de da?os tras un se¨ªsmo corre a cargo de los bomberos. Gustavo Molinos es su jefe en Granada y el ¨¢rea metropolitana. Hasta ahora han atendido, dice, m¨¢s de 100 llamadas, pero ¡°nada m¨¢s all¨¢ de fisuras y desperfectos¡±. ¡°Apuntalamos en caso de peligro o, si no, balizamos y ya los propietarios arreglar¨¢n la rotura¡±.
Tanto la administraci¨®n local como la auton¨®mica tienen planes de emergencia para episodios s¨ªsmicos como los vividos estos d¨ªas. Pero el catedr¨¢tico Jes¨²s Ib¨¢?ez se queja de que estos no dedican esfuerzos a la formaci¨®n de la poblaci¨®n. ¡°En Estados Unidos, pero tambi¨¦n en Guatemala o Nicaragua, los ni?os saben c¨®mo comportarse en estos casos. Aqu¨ª no. Nunca se hacen simulacros reales de terremoto. Bueno, alguna vez para que vayan pol¨ªticos¡±, cuenta. Eso servir¨ªa ¡°para dar tranquilidad¡±. Ib¨¢?ez, de hecho, est¨¢ en contra de que los ayuntamientos animen con la apertura de parques y descampados a la poblaci¨®n a que pase la noche fuera de casa. ¡°Los alcaldes no deben minimizar, pero s¨ª poner en contexto¡±. Y el contexto aqu¨ª, concluye, es que la intensidad 4 no es preocupante.
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