Franco y el 23-F no entran en el examen de cadete
Los futuros oficiales del Ej¨¦rcito espa?ol estudian la Constituci¨®n y las guerras mundiales, pero no la Guerra Civil o la Transici¨®n
Entre la bibliograf¨ªa recomendada para los alumnos de la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, los futuros oficiales del Ej¨¦rcito de Tierra espa?ol, hay libros tan innovadores en su momento como El fin de la historia, de Francis Fukuyama, La venganza de la geograf¨ªa, de Robert Kaplan o La era de la informaci¨®n, del actual ministro de Universidades, Manuel Castells. En cambio, no hay ninguno sobre la transici¨®n espa?ola y el golpe de Estado del 23-F, del que ahora se cumplen 40 a?os. Tampoco ninguna obra dedicada espec¨ªficamente a la Guerra Civil o el franquismo.
¡°El 23-F es un tema tab¨² y se evita tocarlo¡±, afirma un general con larga experiencia en la formaci¨®n militar. La explicaci¨®n del teniente general Amador Ense?at, director de Ense?anza del Ej¨¦rcito entre 2016 y 2020, es diferente: la historia de Espa?a no es materia de la educaci¨®n universitaria que se imparte en las academias militares, sino de la secundaria o el bachillerato. Los actuales cadetes de Zaragoza no hab¨ªan nacido cuando Tejero asalt¨® el Congreso. Para ellos, el 23-F es historia.
Desde que en 2010 se puso en marcha el Centro Universitario de la Defensa (CUD) de Zaragoza, la carga lectiva de los futuros oficiales se ha multiplicado. A la formaci¨®n militar se suma un t¨ªtulo de grado de Ingenier¨ªa de la Organizaci¨®n Industrial, que otorga la Universidad de Zaragoza. De los 333 cr¨¦ditos que deben completar para recibir el despacho de teniente, 240 corresponden al grado universitario y el resto a la formaci¨®n espec¨ªfica militar, aunque algunas asignaturas se solapan. Los alumnos civiles y los militares de la Universidad de Zaragoza cursan el mismo grado: los primeros hacen la rama empresarial; y los segundos, la de defensa. Unos asisten al campus de La Almunia de Do?a Godina; y otros, a la Academia General de Zaragoza. Estudian por separado, aunque se mezclan en las actividades extraacad¨¦micas (deportivas, torneos de debate) y todos participan en las elecciones al rectorado.
El general Ense?at defiende la segregaci¨®n de civiles y militares, alegando que para la formaci¨®n de los segundos es fundamental la cohesi¨®n y el esp¨ªritu de cuerpo que se forja con una convivencia en r¨¦gimen de internado y bajo disciplina castrense. A los profesores del CUD anejo a la academia militar les paga Defensa, pero su contrataci¨®n requiere el aval de la Universidad de Zaragoza. El director del centro es el coronel Francisco Jos¨¦ G¨®mez Ramos, doctor ingeniero y f¨ªsico, del que depende una plantilla de alrededor de 100 profesores, m¨¢s del 90% civiles, para unos 1.200 alumnos en total.
El programa pedag¨®gico de los futuros oficiales, t¨¦cnicamente muy exigente, apenas deja espacio para la formaci¨®n human¨ªstica, aunque hay tres asignaturas en cuarto de carrera, de car¨¢cter semestral, que conectan m¨¢s con la realidad sociopol¨ªtica a la que deber¨¢n enfrentarse: Relaciones Internacionales, Mundo Actual y Derecho. La segunda, que abarca desde las guerras mundiales a la posguerra fr¨ªa, incluye en su bibliograf¨ªa los libros de Fukuyama, Kaplan o Castells, y tiene un apartado dedicado a ¡°los totalitarismos¡±, aunque depende de la libertad de c¨¢tedra de los profesores que la imparten (un militar y civil) incluir o no en esa categor¨ªa a la dictadura franquista.
M¨¢s concreto es el programa de Derecho: los futuros oficiales del Ej¨¦rcito de Tierra estudian la historia constitucional de Espa?a desde 1812, la Constituci¨®n de 1978, el Estado de las autonom¨ªas o el papel de las Fuerzas Armadas, as¨ª como los derechos y deberes de los militares y el derecho internacional de conflictos armados.
El general Ense?at sostiene que ¡°la ense?anza militar trasmite los valores democr¨¢ticos, no solo en la ense?anza reglada, sino en todas las actividades, tanto acad¨¦micas como extraacad¨¦micas. No se trata de una asignatura concreta, sino que forman parte integral de la formaci¨®n¡±. Cuando se estudia el papel de las Fuerzas Armadas, alega, se explica que son un instrumento del Estado al servicio de los ciudadanos y, al abordar las organizaciones militares internacionales, se ve c¨®mo est¨¢n sometidas al control pol¨ªtico.
El pasado 8 de enero, la Subsecretar¨ªa de Defensa public¨® una instrucci¨®n en la que recordaba que la ¡°¨®rdenes diarias, efem¨¦rides y referencias hist¨®ricas, as¨ª como las charlas y actividades p¨²blicas¡± de los centros docentes militares, deb¨ªan ce?irse a los ¡°valores constitucionales¡±, despu¨¦s de que el jefe de estudios de la Escuela Naval de La Gra?a (Ferrol) fuera destituido por glosar un episodio de la Guerra Civil refiri¨¦ndose a la escuadra republicana como ¡°los rojos¡± y a la sublevada como ¡°los nacionales¡±. Tanto este hecho como la reproducci¨®n, en la revista de la academia de Zaragoza, de art¨ªculos elogiosos hacia Franco, al que alud¨ªan como ¡°el Caudillo¡±, pueden atribuirse a la persistencia de alg¨²n nost¨¢lgico o al peso de la inercia: Franco fue el primer director de la academia de Zaragoza y su estatua no se retir¨® hasta 2006.
M¨¢s inquietante resulta que, en una fiesta celebrada en 2018 en la Escuela Naval Militar, varios alumnos corearan brazo en alto un himno de la Divisi¨®n Azul, el mismo que entonaron el pasado 8 de diciembre j¨®venes militares de la base de la Brigada Paracaidista en Paracuellos del Jarama (Madrid). Siempre podr¨¢n alegar que nadie les ense?¨® que la Divisi¨®n Azul fue una unidad franquista que combati¨® a las ¨®rdenes de Hitler.
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