Podemos y Ciudadanos, ante la prueba de fuego: sobrevivir al fundador
Dirigentes y exdirigentes analizan sus similitudes, diferencias y perspectivas
El ministro de consumo, Alberto Garz¨®n, declaraba en 2015, cuando era candidato de IU a la presidencia del Gobierno: ¡°Podemos dice que no son de izquierdas ni de derechas. Nosotros s¨ª somos de izquierdas¡±. Garz¨®n es hoy en d¨ªa uno de los ministros de la cuota de Pablo Iglesias en el Ejecutivo de coalici¨®n y el hombre que propici¨®, con su negativa a presentarse a las elecciones madrile?as, la salida del vicepresidente segundo de La Moncloa. Ese mismo a?o, Albert Rivera, entonces l¨ªder de Ciudadanos, insist¨ªa: ¡°No somos ni rojos ni azules¡±.
Podemos y Ciudadanos nacieron para romper el bipartidismo, y ambos se asociaron con ¨¦l. Sus respectivos l¨ªderes fueron un d¨ªa los m¨¢s valorados. Uno lleg¨® a superar al PSOE en intenci¨®n de voto y otro, al PP. Hoy, ambos grupos ¡ªCiudadanos desde una posici¨®n mucho peor¡ª est¨¢n inmersos en superar la prueba de fuego de los nuevos partidos: sobrevivir a su fundador. Dirigentes y exdirigentes de ambas formaciones analizan su recorrido y perspectivas; las similitudes y diferencias entre s¨ª y en qu¨¦ o en qu¨¦ poco se parecen a aquellos dos partidos que reventaron el tablero pol¨ªtico espa?ol hace algo m¨¢s de un lustro.
El fin de una era. ¡°Ciudadanos est¨¢ herido de muerte¡±, afirma Toni Cant¨®, que acaba de abandonar sus filas, como otros 14 cargos de Cs. ¡°Despu¨¦s de las catalanas est¨¢bamos heridos, como el PP, pero en una semana nosotros estamos pol¨ªticamente muertos y el PP ha cogido aire por una decisi¨®n de Pepe Gotera y Otilio¡±, a?ade, en alusi¨®n a la fallida moci¨®n de censura en Murcia que dio a Isabel D¨ªaz Ayuso la excusa para adelantar las elecciones en Madrid. El economista Toni Rold¨¢n, que dej¨® el partido en 2019, cree que ¡°el riesgo de desaparici¨®n existe¡±, como tambi¨¦n ¡°el espacio para votantes que no se identifiquen con un escenario ultrapolarizado¡±. ¡°La operaci¨®n de Murcia obedec¨ªa a un intento de giro al centro, pero la ejecuci¨®n no ha podido ser m¨¢s desastrosa¡±, opina. Para Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y Le¨®n, ¡°es el peor momento de Cs¡±. ¡°Ning¨²n partido tiene futuro si no es percibido como ¨²til, y eso empieza por no generar problemas. El votante de Cs est¨¢ muy desconcertado¡±, a?ade.
Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, advierte: ¡°Ni Pablo [Iglesias] se va ni Yolanda [D¨ªaz] es menos cabezona que Pablo¡±. Y agrega: ¡°Pablo regresa a una pol¨ªtica que se parece mucho m¨¢s a lo que ¨¦ramos cuando nacimos que a lo que hemos hecho ¨²ltimamente¡±. Monedero razona as¨ª lo que le ha pasado a Podemos: ¡°Se han gastado muchas energ¨ªas en el Gobierno y se ha desatendido al partido y eso nos ha pasado factura en [las elecciones de] Galicia o Euskadi. Podemos es ahora m¨¢s maduro, pero ha perdido capacidad de sorprender. Al principio era el enamoramiento, y eso se pasa. Hay que transformarlo en respeto y confianza. Queremos derribar este modelo depredador desde las rendijas del sistema y para eso hay que tener un pie en las instituciones y otro en la calle¡±.
Para Ram¨®n Espinar, que dej¨® Podemos en enero de 2019, ¡°Pablo es como el flautista de Hamel¨ªn, tiene la habilidad de poner a todo el mundo a bailar en la direcci¨®n que ¨¦l quiere¡±. ¡°Ahora¡±, relata, ¡°ha creado la ¨¦pica de la batalla contra Ayuso, libr¨¢ndose de esa imagen del chal¨¦ de Galapagar y de pol¨ªtico que est¨¢ en esto por los cargos¡±. Y a?ade: ¡°Ciudadanos se ha matado en Murcia, es imposible reflotar ese barco, y en Podemos creo que se abre un escenario complejo, para crecer o para ocupar el papel de IU¡±.
Los or¨ªgenes: m¨¢s enfado que ideolog¨ªa. El polit¨®logo Pablo Sim¨®n recuerda que ambos partidos surgen ¡°al calor de una enorme crisis de representaci¨®n derivada de la crisis econ¨®mica y la corrupci¨®n¡±. ¡°En origen¡±, abunda Igea, de Cs, ¡°ten¨ªamos en com¨²n con Podemos la desafecci¨®n ciudadana e incluso un espectro de votantes muy parecido: gente m¨¢s joven, con formaci¨®n universitaria¡±. ¡°Nos empujaba un viento de cola, el hartazgo de la gente con la corrupci¨®n y el nacionalismo¡±, a?ade; ¡°y al navegar a tanta velocidad pensamos que ¨¦ramos buen¨ªsimos remeros, cuando no rem¨¢bamos, nos empujaban¡±.
Del 15-M a Vox. Para Xulio Ferreiro, exalcalde de A Coru?a, Podemos y las Mareas bebieron del 15-M, ¡°atrayendo a la pol¨ªtica a mucha gente que se sent¨ªa excluida y capitalizando el descontento¡±. La demoscopia lo confirma: un 23,5% de los que no hab¨ªan votado en 2011 indicaban su intenci¨®n de votar a Podemos en enero de 2015, seg¨²n Metroscopia. ¡°Luego¡±, prosigue Ferreiro, ¡°se abandon¨® ese esp¨ªritu para entrar en modelos m¨¢s cl¨¢sicos de partidos y ahora es Vox quien lo rentabiliza. No creo que m¨¢s de un mill¨®n de personas echen a Franco de menos. Creo que el crecimiento de Vox obedece a ese descontento y no se combate diciendo soy m¨¢s antifascista que nadie, sino dando soluciones a los problemas reales de la gente¡±.
La evoluci¨®n. C¨ªrculos y pactos. El mejor momento de Podemos fue en las elecciones de 2015: 5.189.333 votos. Para Cs, abril de 2019, cuando logr¨® 4.136.600, recuerda Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, investigador de Metroscopia y autor de La d¨¦cada del gran cambio (Biblioteca nueva). Ambos coinciden en su peor marca, las generales de diciembre de 2019, en las que los primeros perdieron dos millones de apoyos respecto a su mejor resultado, y los segundos, dos millones y medio. Al principio, explica Ferr¨¢ndiz, ¡°Podemos acapar¨® el descontento. Su transversalidad era tal que eran la primera opci¨®n entre quienes se posicionaban en el 5 de la escala de 0 a 10: extrema izquierda-extrema derecha. Hoy sus votantes se ubican a s¨ª mismos en el 3. Despu¨¦s, Cs dio el salto nacional y el electorado enfadado se reparti¨® entre los dos emergentes. A partir de febrero de 2015 se inicia el cuatripartidismo: cuatro formaciones por encima del 10% de los votos estimados sin que ninguno alcance el 30%¡±.
¡°Cuando entr¨¦ en el partido¡±, recuerda Rold¨¢n, ¡°el foco eran los programas. Ahora parece lo que menos interesa¡±. Y explica: ¡°No era una formaci¨®n sectaria, que se dirigiera solo a la mitad, pero Rivera vio la posibilidad de ser presidente y cambi¨® de estrategia: ya no era un partido bisagra, quer¨ªa ser el l¨ªder de la derecha. En los pactos, ya siempre con los azules, se sacrifican toneladas de influencia. En Andaluc¨ªa se eligi¨® regeneraci¨®n, pero en Madrid y Murcia no¡±. Para Igea, ¡°el error pol¨ªtico m¨¢s grave desde la Transici¨®n fue no pactar con el PSOE cuando sumaban 180 diputados¡±.
Espinar se?ala que ¡°en su primera fase, hasta 2017, Podemos quer¨ªa ser una fuerza popular¡±. ¡°No es, como Ciudadanos, un producto artificial creado por ¨¦lites que luego se cansan de su juguete. Despu¨¦s, Pablo decide que es un partido de izquierdas, perdemos transversalidad, se acaba el ciclo del 15-M y, al entrar en el Gobierno, Podemos deja de ser un sujeto de cambio social¡±, apunta. Y entonces se apagan los c¨ªrculos, aquellas asambleas ciudadanas que Podemos define a¨²n en su web como ¡°el pilar sobre el que se asienta¡± su despliegue.
Hiperliderazgos. En noviembre de 2014, Iglesias era la ¨²nica figura pol¨ªtica que no suspend¨ªa en valoraci¨®n, seg¨²n los datos de Metroscopia. En 2015, el ¨²nico dirigente en obtener un saldo positivo (la diferencia entre los que aprueban y desaprueban, en este caso, de 5 puntos) era Albert Rivera. Iglesias es ahora el segundo l¨ªder peor valorado (2,9), solo tres d¨¦cimas por encima de Santiago Abascal, seg¨²n el CIS. Cuando Rivera dimiti¨®, en noviembre de 2019, su nota era de 3,1.
¡°Podemos¡±, opina Sim¨®n, ¡°es tan iglesiasc¨¦ntrico como Cs ha sido riverac¨¦ntrico¡±. ¡°Lo que les diferencia es que hoy In¨¦s Arrimadas no controla su partido porque, mientras Podemos est¨¢ en el Gobierno, en Cs son sus barones los que tienen m¨¢s poder, porque son vicepresidentes auton¨®micos y ella la l¨ªder de un grupo de nueve diputados que ni siquiera es imprescindible para alianzas en el Congreso¡±.
Igea se?ala el hiperliderazgo como una de las coincidencias con Podemos. ¡°El cesarismo es el grav¨ªsimo error de la pol¨ªtica espa?ola. Hace a los partidos m¨¢s peque?os y cuanto m¨¢s favoreces la adulaci¨®n, m¨¢s se equivoca el que est¨¢ al mando¡±, afirma. Cant¨® asegura que se enter¨® por la prensa de la moci¨®n en Murcia. ¡°En lugar de combatir los problemas de Espa?a, Cs se convirti¨® en un partido paranoico obsesionado en combatir el poder de lo que llaman barones¡±. El exdiputado, que asegura haber tenido ofertas ¡°de varios partidos¡±, culpa a Arrimadas. Rold¨¢n, a Rivera: ¡°No busc¨® a los m¨¢s competentes, sino a los que causaran menos problemas, pero esa gente te abandona cuando deja de irte bien¡±.
Peleas, fugas y escisiones. Todos los consultados se?alan las ¡°peleas internas¡± como uno de los problemas que m¨¢s les ha penalizado. ¡°Estaban muy apoyadas medi¨¢ticamente, pero no dejan de ser un problema propio¡±, afirma Monedero, que dej¨® en 2015 la ejecutiva ¡°por tensiones con compa?eros¡± como I?igo Errej¨®n, que abandon¨® el partido cuatro a?os despu¨¦s. Ferreiro coincide: ¡°Dec¨ªamos que quer¨ªamos hablar de los problemas de la gente, pero pas¨¢bamos el d¨ªa discutiendo entre nosotros¡±. Monedero admite que la asignatura pendiente es la implantaci¨®n territorial. Las disputas se extendieron por todas partes. Para Espinar, ¡°hubo un momento en el que el liderazgo de Iglesias era una palanca de transformaci¨®n del pa¨ªs, y otro en el que se convirti¨® en un tap¨®n, expulsando de un modo u otro a todos los cr¨ªticos¡±.
Mientras Podemos se vincul¨® a organizaciones territoriales para crecer, cuando Cs da el salto nacional capta a l¨ªderes de otros partidos, recuerda Sim¨®n. ¡°Esa poca lealtad de origen, esos cuadros tan poco amalgamados, es lo que termina desahuci¨¢ndoles¡±, opina. Rold¨¢n coincide: ¡°En los partidos donde el nivel de apoyo es bajo el riesgo de transfuguismo es mayor, y m¨¢s a¨²n si la implicaci¨®n ideol¨®gica es m¨ªnima¡±.
¡°Enseguida eres un traidor o un cobarde¡±, lamenta Igea. ¡°Me han dicho tantas veces eso de ¡®si no te gusta, vete¡¯¡ En todos los partidos hay gente con una navaja en la mano, pero hay que saber esperar, resistir. Si no, en cada crisis perdemos a 27¡±, argumenta el vicepresidente castellanoleon¨¦s.
Ep¨ªlogo. ¡°El bipartidismo no va a volver¡±, afirm¨® Iglesias en el v¨ªdeo en el que design¨® a Yolanda D¨ªaz como l¨ªder electoral, algo sobre lo que ella no se ha pronunciado a¨²n. Para Monedero, tampoco hay vuelta atr¨¢s: ¡°Espa?a ya no es la misma y necesita fuerzas diferentes. La decisi¨®n de Pablo muestra que Podemos tiene banquillo y que es femenino y feminista¡±.
In¨¦s Arrimadas intenta reflotar su barco: ¡°Espa?a necesita este proyecto¡±. Para Igea, que se enfrent¨® a ella por el liderazgo de Cs, su decisi¨®n de abrir la ejecutiva ¡°permitir¨¢ tomar mejores decisiones¡±. Y apuesta: ¡°Creo que vamos a sobrevivir, pero ser¨¢ complicado, como el proceso electoral en Madrid. Es mucho m¨¢s f¨¢cil agitar una bandera que una idea, pero hay que intentar elevarse, no morir de ansiedad y explicar bien lo que queremos hacer¡±. Rold¨¢n, que achaca la crisis actual ¡°al tacticismo y la urgencia¡±, insiste en el concepto de ¡°partido pragm¨¢tico, que no quiere ganar las elecciones, sino ser ¨²til¡±.
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