La ¨²ltima batalla de Iglesias
La necesidad de salvar su espacio y parar a Ayuso precipitaron la decisi¨®n del fundador de Podemos, que busca ahora una bicefalia al estilo del PNV. Desde que logr¨® frenar el pacto con Cs, se ve¨ªa sin papel claro en el Gobierno
Lo ha vuelto a hacer. Cuando parec¨ªa que Podemos estaba en su momento m¨¢s bajo, con el riesgo real de desaparecer en Madrid, el lugar donde naci¨® hace siete a?os, Pablo Iglesias ha logrado una vez m¨¢s desconcertar a todos y convertirse en el gran protagonista de una campa?a electoral a todo o nada, como todas las suyas. La conmoci¨®n es de tal calibre que nadie acaba de creerse que Iglesias se va. Ni en el PSOE ni en Podemos. Pero, ?se va?
Todas las fuentes cercanas consultadas tienen claro que ha iniciado el camino de salida definitivo. Pero queda tiempo. Antes construir¨¢ una especie de modelo PNV, un partido muy estudiado y respetado por los polit¨®logos como Iglesias, con un m¨¢ximo referente en las instituciones, que ser¨¢ Yolanda D¨ªaz, y un l¨ªder org¨¢nico: el todav¨ªa vicepresidente. Como I?igo Urkullu y Andoni Ortuzar. Y antes de eso est¨¢ su gran batalla final: su intento de frenar al PP y a Vox en Madrid. Del resultado de esas elecciones depende todo lo dem¨¢s. Un fiasco acelerar¨ªa su salida. Un ¨¦xito lo har¨ªa m¨¢s imprescindible.
Nada est¨¢ escrito en el mundo el¨¦ctrico del postbipartidismo, donde los planes quedan viejos en horas. Lo que s¨ª parece muy claro es que Iglesias ten¨ªa pensado hace tiempo que no ser¨ªa el candidato y quer¨ªa a D¨ªaz como relevo. Era un plan a medio plazo que D¨ªaz Ayuso ha precipitado.
¡°Las elecciones en Madrid¡±, cuenta un dirigente de Podemos, ¡°parec¨ªan un paseo militar. Ayuso y Vox quieren construir en Madrid un laboratorio de la derecha futura de la Europa occidental. Es la puerta de entrada del trumpismo en Espa?a. Vox puede llegar a dirigir la educaci¨®n madrile?a. Ante ese escenario, Pablo [Iglesias] intenta convencer a Alberto Garz¨®n para que sea candidato y cuando no lo logra decide ir ¨¦l. Ten¨ªa que ir. Tiene todo el sentido. Es su lugar natural. Ahora est¨¢ entusiasmado¡±, a?ade.
La posible candidatura de Garz¨®n
Todo empieza el jueves 11, un d¨ªa despu¨¦s de la jornada en la que Ayuso convoc¨® elecciones en Madrid. Iglesias ya le ha hecho la propuesta a Garz¨®n. Pero en IU, la formaci¨®n que dirige el ministro de Consumo, no lo ven claro. Se lo piensan hasta el viernes, pero Iglesias ya ve que esa v¨ªa se cierra. Hay m¨¢s opciones encima de la mesa, pero ninguna garantiza al 100% superar el 5% de los votos necesarios para entrar en la Asamblea de Madrid. El PSOE empieza a trasladar la idea de que su candidato ser¨¢ ?ngel Gabilondo. Las primeras encuestan dan a la derecha arrasando. Iglesias comienza a consultar con su n¨²cleo duro ¡ªIrene Montero, Juanma del Olmo, Pablo Echenique e Isa Serra, cuya candidatura se descarta porque puede ser inhabilitada en plena campa?a¡ª la posibilidad de ir ¨¦l de candidato. Manu Lev¨ªn, que da ideas para sus discursos, empieza a construir uno.
La apuesta va cuajando hasta que el domingo se deja todo listo. Y el lunes se lo comunica a Pedro S¨¢nchez con un mensaje, ni siquiera una llamada, poco antes de hacerlo p¨²blico. Del Olmo llama a Iv¨¢n Redondo para tranquilizarlo: esto es por Madrid, hay que dar esa batalla, pero Unidas Podemos seguir¨¢ en el Gobierno, la coalici¨®n aguanta. Los socialistas se indignan por la forma y el d¨ªa en que lo ha hecho, con S¨¢nchez en plena cumbre con el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron. El plato fuerte de la visita de ambos a la tumba de Manuel Aza?a en Montauban queda en segundo plano.
El Consejo de Ministros del martes llega a su final sin que nadie diga nada del asunto central de la agenda pol¨ªtica espa?ola. Ni S¨¢nchez ni Iglesias. Como si no existiera. Solo en el ¨²ltimo momento, Margarita Robles, protagonista de los choques m¨¢s duros con Podemos, deja una pulla para Iglesias, y critica sin citarlo que la cumbre y la hist¨®rica visita a la tumba de Aza?a de Macron y S¨¢nchez quedara en segundo plano por ¡°otras noticias¡±. Es la ¨²nica referencia velada.
Despu¨¦s, S¨¢nchez e Iglesias se re¨²nen en privado para negociar la nueva estructura del Gobierno. Ah¨ª empieza la nueva etapa de la coalici¨®n. S¨¢nchez le plantea a Iglesias que Yolanda D¨ªaz, al contrario de lo que se dijo en un principio, no podr¨¢ ser vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo porque estar¨ªa por delante en la prelaci¨®n jer¨¢rquica de Nadia Calvi?o, que dirige la comisi¨®n delegada de asuntos econ¨®micos. Calvi?o presiona. D¨ªaz cede r¨¢pidamente: ser¨¢ vicepresidenta tercera. ¡°Es m¨¢s dura que Iglesias¡±, afirma otro dirigente. ¡°Si los socialistas creen que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil est¨¢n equivocados. Pero se centrar¨¢ en las batallas importantes, las del programa de Gobierno¡±.
Desconcierto
El l¨ªder de Podemos ha roto todos los esquemas de quienes pensaban ¡ªy hab¨ªa ministros socialistas que lo cre¨ªan¡ª que nunca dejar¨ªa el cargo voluntariamente. Algunos siguen convencidos de que nunca se ir¨¢. Creen que fuera del Gobierno puede ser m¨¢s complicado de gestionar para el PSOE que dentro. El desconcierto deja a todos con muchas preguntas. ?Qu¨¦ ha pasado? ?No le gustaba estar en el Gobierno? ?Prefiere la candidatura del sexto partido de Madrid a la vicepresidencia? ?Cu¨¢ndo empez¨® a pensar en irse?
Hay dos momentos clave en la maduraci¨®n de la decisi¨®n. Uno es el personal: Iglesias y su familia llevan meses sufriendo a diario a un grupo de extrema derecha que los acosa en su casa. Los ni?os mayores, que ya son conscientes de todo y escuchan los insultos a diario, van a cumplir tres a?os este verano. Est¨¢n a punto de empezar el colegio. Y el verano pasado ni siquiera pudieron descansar unos d¨ªas en Asturias. Tuvieron que volverse ante el acoso que sufrieron. Fue su primer intento de salir y no funcion¨®. La presi¨®n personal es enorme, porque afecta a sus hijos.
Algunos sit¨²an en esa dura experiencia del verano el momento en que se empieza a madurar la decisi¨®n. Otros, no. ¡°A Pablo le est¨¢n amargando la vida¡±, afirma un dirigente. ¡°Y, al contrario de lo que piensa mucha gente, ¨¦l es un profesional con muchas posibilidades de ganarse muy bien el sustento fuera de la pol¨ªtica. Eso siempre est¨¢ ah¨ª. Pero esta decisi¨®n se ha tomado por cuestiones estrictamente pol¨ªticas. Madrid es la gran batalla¡±, concluye.
En lo pol¨ªtico, hay otro momento clave. Iglesias logr¨® en octubre lo que persigui¨® durante el verano: dejar a Cs fuera de los Presupuestos y consolidar el bloque de investidura. Era una aut¨¦ntica obsesi¨®n: truncar la operaci¨®n ¡°salvar a Ciudadanos¡±. Lograr que S¨¢nchez no tenga m¨¢s opci¨®n que gobernar con la izquierda y los nacionalistas. Eso est¨¢ m¨¢s que consolidado, y m¨¢s ahora que el partido de In¨¦s Arrimadas se deshace.
Resuelto eso, que es lo que le interesaba, cada vez se le ve¨ªa m¨¢s inc¨®modo en el Gobierno, sin un papel claro. En los ¨²ltimos meses, con la tensi¨®n en la coalici¨®n, ni siquiera hab¨ªa reuniones. Se cancelaron los maitines de los lunes y se pospon¨ªa la cita S¨¢nchez-Iglesias.
Hasta los m¨¢s cercanos admiten que la gesti¨®n de su departamento, sin apenas competencias reales, no le interesaba demasiado. Ahora deja que D¨ªaz, que ya dirig¨ªa el ¨²nico ministerio con peso real de Unidas Podemos, lleve la gesti¨®n del Ejecutivo y construya su liderazgo. Ella est¨¢ mucho mejor en las encuestas que ¨¦l, algo que tambi¨¦n ha influido en la decisi¨®n de pasarle el testigo de forma gradual. Mientras, Iglesias se concentra en dar la batalla en Madrid, reconfigurar el espacio de Unidas Podemos, que est¨¢ en retroceso y con muchos problemas en casi todos los territorios, y preparar su salida definitiva.
El protagonismo de Iglesias desde 2014, cuando empez¨® su carrera poniendo su cara en la papeleta de Podemos en sus primeras elecciones, las europeas, hace dif¨ªcil imaginar c¨®mo sobrevivir¨¢ su espacio pol¨ªtico a su salida definitiva. Nadie sabe cu¨¢nto durar¨¢ ese proceso y c¨®mo acabar¨¢. Pero s¨ª est¨¢ claro cu¨¢ndo empez¨®: este lunes, cuando anunci¨® que deja la vicepresidencia, la joya de la corona, para jug¨¢rsela en Madrid.
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