La resistencia de los vecinos revive J¨¢novas
Los habitantes de la localidad aragonesa regresan al pueblo expropiado y destruido por un pantano que nunca se hizo
En la pizarra verde de la escuela de J¨¢novas (Huesca, cuatro habitantes) se puede leer una frase medio borrada: ¡°J¨¢novas, hasta la victoria siempre¡±. Este edificio, ahora casa del pueblo, es el s¨ªmbolo de la resistencia de la localidad y fue el primero en reconstruirse. Desde la d¨¦cada de los sesenta, las viviendas fueron expropiadas y derrumbadas para construir un pantano que inundar¨ªa el pueblo y otros n¨²cleos cercanos. Pese a que el proyecto nunca se llev¨® a cabo, de las 42 casas y de sus 300 habitantes solo quedaron ruinas y recuerdos. Veinte a?os despu¨¦s de la negativa del Estado a materializar el embalse ¨Cque lo desestim¨® por su impacto medioambiental¨C la f¨¦rrea resistencia de sus habitantes les ha permitido recuperar el lugar en el que crecieron. Dos viviendas ya est¨¢n listas, cinco m¨¢s se est¨¢n levantando y otras tres se empiezan a construir.
Llegar a J¨¢novas, dependiente del municipio de Fiscal, no es f¨¢cil. La entrada al pueblo desde la estrecha carretera N-260 est¨¢ se?alada por un peque?o cartel de madera con el nombre del pueblo y dos s¨¢banas descoloridas, colgadas con unos palos de madera, y donde se lee: ¡°J¨¢novas reversi¨®n integral con justicia¡±. ?scar Espinosa (Barcelona, 35 a?os), vecino de la localidad, cuenta que los habitantes pusieron esas pancartas hace m¨¢s de 20 a?os. ¡°Como no lo consideran un n¨²cleo habitado no conseguimos que ni siquiera pongan un cartel¡±. En los fines de semana varios senderistas recorren sus calles, algunas urbanizadas y otras conquistadas por la naturaleza o cubiertas de escombros, mientras los vecinos siguen reconstruyendo sus casas.
¡°Esta historia nunca se acaba¡±, zanja Espinosa al llegar al pueblo un domingo reciente. El empresario, due?o de una compa?¨ªa de construcci¨®n, se desplaza cada viernes desde Zaragoza, su domicilio habitual, a esta localidad para dirigir las obras de construcci¨®n de su casa rural, donde planea vivir y que prev¨¦ abrir el pr¨®ximo agosto. Rehabilitada sobre las ruinas de la vivienda que hered¨® de su abuelo, mantendr¨¢ su nombre original: Casa Agust¨ªn. ¡°Han salido las declaraciones de la presidenta de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro (CHE) diciendo mentiras sobre J¨¢novas¡±, dice cabreado a sus paisanos. Esa misma ma?ana, en el Diario del Alto Arag¨®n, se publicaba una entrevista a la directora del organismo, Mar¨ªa Dolores Pascual, quien ¡°cree que los antiguos propietarios quieren segundas viviendas¡± y que ¡°la vuelta [al pueblo] debe hacerse poco a poco para no generar expectativas ni infraestructuras que no sean razonables ni sostenibles¡±.
La indignaci¨®n se propaga entre los vecinos que ven su futuro en este pueblo. ¡°Ahora los que quieren volver son los malos. Esto no se puede permitir en pleno siglo XXI, conociendo lo que ha pasado¡±, afirma Espinosa mientras explica que la mayor¨ªa de las casas van a ser residencias habituales. ¡°El Gobierno central, que expropi¨® el pueblo, es el ¨²nico que no ha hecho nada. No nos tienen que decir d¨®nde podemos o queremos vivir¡±. Y reivindica que los vecinos solo piden servicios b¨¢sicos para volver a dar vida al pueblo: ¡°Las soluciones hay que adoptarlas poco a poco, pero esto se ha convertido en 20 a?os de inacci¨®n¡±, afirma este vecino y director de la Fundaci¨®n San Miguel, dedicada a la lucha para la reconstrucci¨®n de la localidad.
Fuentes de la CHE reconocen que el proceso ha sido lento. La devoluci¨®n de las propiedades y la localizaci¨®n de sus due?os ha sido complicado y ha demorado las actuaciones. Sin embargo, insisten en que no se deber¨ªan ¡°hacer infraestructuras e instalaciones que no sean de aprovechamiento para los propios vecinos y propietarios¡±. Desde la Diputaci¨®n de Huesca inciden en que siempre se han opuesto a la inundaci¨®n de cualquier n¨²cleo habitado y se?alan que el modelo de desarrollo de esta localidad debe basarse en dos pilares: ¡°Posibilidad de vivienda y conectividad para poder trabajar desde cualquier parte del territorio¡±.
Espinosa insiste: ¡°Yo aqu¨ª no veo ruinas, veo mi pueblo¡±. Este empresario zaragozano carga en sus espaldas las reivindicaciones de su abuelo y de su padre, que vivieron la expropiaci¨®n en carne propia. ¡°Estas son mis ra¨ªces¡±, afirma. Su resistencia es un camino obligado.
Ana Garc¨¦s (Barbastro, 49 a?os) coincide con las demandas. Ella nunca vivi¨® en el pueblo, aunque la historia resonaba en las conversaciones de su familia. Reconstruy¨® su casa en J¨¢novas en lo que era el antiguo pajar de su abuelo y, desde hace dos a?os pasa aqu¨ª todos los fines de semana con su pareja, su hermana y su madre, pero espera jubilarse para poder vender su casa en Zaragoza y quedarse definitivamente en el pueblo. Para llegar a su vivienda, utiliza un veh¨ªculo todoterreno. A pesar de haber podido rehabilitar su casa, todav¨ªa no se ha urbanizado la zona donde vive, pero esto no la desmotiva. ¡°Recuerdo el d¨ªa en que llegamos y estaba la casa techada. No hubiese pensado en la vida que lo ¨ªbamos a tener. Esto era como la eterna lucha¡±, comenta emocionada, mientras saca un malet¨ªn decorado con las fotos de la rehabilitaci¨®n de su casa y donde guarda viejas instant¨¢neas, los permisos de obras y el registro de propiedad de las reversiones.
Al otro lado del r¨ªo que atraviesa el pueblo, Jes¨²s Garc¨¦s (J¨¢novas, 67 a?os) levanta su casa de piedra, junto con su esposa. Trabajan todos los fines de semana y ya han construido dos de las tres plantas que tienen previstas. ¡°No es lo mismo contar la historia que pasarla¡±, confiesa sentado al lado de las llamas de la chimenea en la vieja escuela. ¡°Yo he nacido con el problema del pantano y sigo con el problema del pantano¡±, espeta golpeando los pu?os sobre la mesa. Ahora espera con ilusi¨®n acabar su vivienda y vender su piso en Idiaz¨¢bal (Guip¨²zcoa), para pasar el resto de sus d¨ªas en J¨¢novas y ¡°caducar aqu¨ª¡±. A pesar de la distancia y del dolor de ver su pueblo en ruinas, nunca dej¨® de volver: ¡°Esto no fue abandonado, de aqu¨ª nos han echado¡±, zanja.
La historia de J¨¢novas empez¨® a principios del siglo pasado cuando el Estado autoriz¨® la construcci¨®n de un embalse hidroel¨¦ctrico en el r¨ªo Ara que inundar¨ªa el pueblo y otros n¨²cleos. En 1951 se public¨® en el BOE la declaraci¨®n de utilidad p¨²blica del proyecto que la compa?¨ªa Iberduero quer¨ªa ejecutar para generar energ¨ªa el¨¦ctrica y en el que se inclu¨ªa la construcci¨®n del pantano. Luis Antonio S¨¢ez, economista y director del centro de estudios sobre despoblaci¨®n y desarrollo de ¨¢reas rurales, explica que en aquella ¨¦poca la estrategia de industrializaci¨®n de la energ¨ªa el¨¦ctrica e hidr¨¢ulica apareci¨® como ¡°una alternativa relevante¡± en una Espa?a que carec¨ªa de recursos energ¨¦ticos.
La declaraci¨®n de utilidad p¨²blica permiti¨® a la empresa adquirir, a partir de los a?os sesenta, las propiedades de los habitantes a trav¨¦s de acuerdos de compraventa o expropiaciones. Los vecinos recuerdan que Iberduero aplic¨® presiones para combatir la resistencia de los habitantes, llegando a dinamitar tres casas y a derribar otras a pesar de no haber alcanzado un acuerdo definitivo con el Estado. Jes¨²s Garc¨¦s sube las escaleras de su casa todav¨ªa sin techo. Mira al cielo nuboso mientras rememora que hab¨ªa d¨ªas en los que en ese cielo volaban trozos de piedras de los edificios dinamitados. Su apellido representa la lucha en el pueblo. Su padre Emilio Garc¨¦s, y su madre, Francisca Castillo, fueron los ¨²ltimos en abandonarlo, tras 18 a?os solos.
¡°El d¨ªa en que gan¨® las elecciones Felipe Gonz¨¢lez (PSOE) mi padre dijo ¡®se acab¨®, ya no hay pantano ni nada aqu¨ª¡¯¡±, dice Garc¨¦s. Un a?o y medio despu¨¦s, fueron obligados a marcharse definitivamente. Era enero de 1984. Sin embargo, en 2000, el Ministerio de Medio Ambiente firm¨® la declaraci¨®n negativa del impacto medioambiental del pantano de J¨¢novas ¨Cpublicado en el BOE el 10 de febrero del a?o siguiente¨C y que abri¨® el paso a la lucha de los vecinos para conseguir la reversi¨®n de las propiedades. El embalse se desestim¨® oficialmente en 2005 y se qued¨® en el papel. Solo ocho a?os despu¨¦s empezaron a resolverse los expedientes de reversi¨®n.
¡°En el primer acuerdo nos ped¨ªan 34 veces lo que nos hab¨ªan dado para las propiedades¡±, recuerda Espinosa. ¡°Pero al final para las tierras se negoci¨® entre unas cuatro y unas seis veces y media su valor. Para las viviendas se lleg¨® a un euro al metro cuadrado solar¡±. La familia Espinosa recibi¨® un mill¨®n de pesetas (unos 6.010 euros) para sus propiedades y para recuperarlas pagaron alrededor de 36.000 euros.
A d¨ªa de hoy, se han resuelto un 90% de los expedientes totales. Fuentes de la CHE y del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico aseguran que en las pr¨®ximas semanas se cerrar¨¢n los ¨²ltimos recursos. Endesa, que adquiri¨® los activos de J¨¢novas a finales de 1993, se?ala que en el proceso de reversi¨®n ¡°se han tenido que identificar todas las propiedades afectadas y se ha priorizado la devoluci¨®n del patrimonio a los reversionistas¡±. Asimismo, explica que en diciembre de 2017 suscribi¨® un convenio con el Ayuntamiento de Fiscal para transmitir un conjunto de activos en los n¨²cleos afectados y que se comprometieron en impulsar la adquisici¨®n por parte de los habitantes del valle de otros bienes inmuebles propiedad de Endesa no afectados por la reversi¨®n.
Con las subvenciones que han llegado hasta ahora desde el Gobierno de Arag¨®n y la Diputaci¨®n de Huesca ¨Calrededor de 400.000 euros¨C se han urbanizado algunas calles del centro del pueblo, limpiado los caminos y los campos, y montado una l¨ªnea el¨¦ctrica de media tensi¨®n. Con la partida de 90.000 euros prevista en los presupuestos del Ejecutivo regional de este a?o, los vecinos prev¨¦n mejorar la dotaci¨®n de estos servicios a otras partes del pueblo donde se empieza la reconstrucci¨®n. No obstante, ?scar Espinosa reclama que el futuro de la localidad pasa por un nuevo puente que representar¨ªa un acceso digno, no solo para J¨¢novas, sino tambi¨¦n para los pueblos cercanos.
Los vecinos tambi¨¦n reclaman justicia. ¡°Para muchos nunca la ha habido porque no ha habido perd¨®n¡±, confiesa Espinosa. Joaqu¨ªn Palac¨ªn, ex director general del Gobierno de Aragon y presidente de la Chunta Aragonesista, afirma que falta voluntad pol¨ªtica: ¡°Existe una deuda hist¨®rica con el territorio y vemos c¨®mo no se va a cumplir¡±. Manuel Larrosa, alcalde de Fiscal, incide en que el ¨²nico responsable ha sido el Estado: ¡°No es un tema de dinero. Obligar a una persona del mundo rural a abandonar su casa... Eso econ¨®micamente no se puede valorar¡±, dice.
Fuentes del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica y Reto Demogr¨¢fico explican que ¡°el hecho de arrancar el proceso de reversi¨®n e incluir el Plan de Desarrollo Sostenible supone un reconocimiento de la situaci¨®n¡±. El pasado 18 de marzo, durante la la comisi¨®n de Transici¨®n Ecol¨®gica en el Senado, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Mor¨¢n, explic¨® que la CHE est¨¢ revisando y actualizando el Plan de Desarrollo Sostenible de la localidad pero reconoci¨® que J¨¢novas ¡°ha sufrido un retraso injustificable¡±. ¡°Vamos a intentar a compensar los retrasos que se han producido¡±, asegur¨®. Para Espinosa se trata de un buen comienzo, pero llega tarde. ¡°Si esto es una guerra, mejor ganarla y perder algunas batallas. Ha habido bajas y da?os colaterales, pero nuestro fin es ganar la guerra, es decir, volver a J¨¢novas¡±.
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