Las mafias que trafican con personas se asientan en Espa?a

En la p¨¢gina de Facebook de la peluquer¨ªa Barbershop de Arguinegu¨ªn (Gran Canaria) puede leerse un ¨²ltimo mensaje del 4 de abril: ¡°Volveremos pronto¡±, dice, acompa?ado de un emoticono de unas manos suplicantes. La Polic¨ªa Nacional detuvo el 9 de abril a sus propietarios, un matrimonio de origen marroqu¨ª asentado hace a?os en la isla, como cabecillas de una importante red de tr¨¢fico de personas desde Canarias hasta la Pen¨ªnsula y hacia otros pa¨ªses de la UE como Italia, Francia o el Reino Unido. En total, en la operaci¨®n hubo 45 detenidos (28 en Canarias y 17 en la Pen¨ªnsula).

Es la ¨²ltima de las cuatro grandes operaciones contra el tr¨¢fico de personas que han desarrollado desde el pasado diciembre los agentes de la Brigada de Investigaci¨®n de Redes, un grupo escaso de 100 polic¨ªas que constituyen la ¨²nica unidad policial en toda Europa dedicada exclusivamente a la investigaci¨®n de este inhumano y lucrativo negocio en auge que, auguran, ¡°va a ir a m¨¢s¡±.

Pegados durante horas a las escuchas autorizadas por los jueces y a sus int¨¦rpretes, desplegando una red de informadores sobre el terreno, creando dispositivos de vigilancia y colaborando con las polic¨ªas de los pa¨ªses de origen de los ¡°traficados¡±, las ¨²ltimas actuaciones de la Polic¨ªa Nacional constatan que las mafias que trafican con personas ¡°ya no est¨¢n en ?frica, sino asentadas en Espa?a¡±, y que ¡°utilizan las estructuras de las redes del narcotr¨¢fico para enviar a personas a las Islas Canarias y a la Pen¨ªnsula¡±.

Durante a?os la Barbershop de Arguinegu¨ªn y su sucursal en el centro comercial de Puerto Rico (municipio canario de Mog¨¢n) funcionaron como peluquer¨ªas. Sin embargo, con la llegada de miles de compatriotas en pateras a partir del verano pasado ¡ªa Canarias llegaron 23.000 inmigrantes en 2020 y casi 4.000 lo han hecho en lo que va de a?o, seg¨²n datos del Ministerio del Interior¡ª, el matrimonio Akram ¡°vio la oportunidad de hacer negocio¡±. As¨ª lo refleja el libro de registro que estaba a la entrada de su local en Arguinegu¨ªn, a 300 metros del muelle donde desembarcaban los migrantes traficados en pateras.

¡°Son cientos de nombres y ninguno fue all¨ª a cortarse el pelo¡±, se?ala un investigador. ¡°Se respetaba escrupulosamente el orden de llegada, y pagaban entre 1.500 y 2.000 euros por adelantado, en funci¨®n de que tuvieran o no documentaci¨®n¡±. De acuerdo con una agencia de viajes, ubicada en el mismo centro comercial que la peluquer¨ªa y cuyo propietario tambi¨¦n ha sido detenido, entregaban a los migrantes pasajes en avi¨®n o barco con destino a la Pen¨ªnsula y a otros pa¨ªses europeos y les prove¨ªan de pasaportes de terceras personas para que suplantaran su identidad. ¡°Ten¨ªan una bolsa de pasaportes que usaban una y otra vez, un miembro de la red les acompa?aba en el viaje a la Pen¨ªnsula y volv¨ªa a traerse los documentos de vuelta para usarlos con los siguientes, y as¨ª¡±, cuentan los investigadores.

¡°Fueron modificando las v¨ªas de salida: primero directamente desde Gran Canaria, luego los cambiaban de isla, a medida que ¨ªbamos capando rutas¡±, a?aden. El pasado diciembre, cuando Canarias era ya una olla a presi¨®n, los constantes vuelos de migrantes hacia la Pen¨ªnsula abrieron un nuevo frente al Gobierno e Interior comenz¨® a pedir m¨¢s documentos y a controlar los embarques. Las islas se convert¨ªan en un tap¨®n para los migrantes, en lugar de en un puente.

En remoto

¡°Para quedarse en Canarias no merece la pena pagar la patera¡±, comenz¨® a o¨ªrse en las escuchas policiales. Al mismo tiempo, los que ya estaban all¨ª, en instalaciones de ONG y hoteles, presionaban (o directamente amenazaban) al matrimonio Akram y a sus secuaces para que les sacaran de all¨ª. ¡°Empezaron a meterlos en camiones dentro de los ferries¡±, relatan los investigadores, que recuerdan que el volumen de negocio en las islas era tal que varios socios del matrimonio se montaron sendas redes por su cuenta, e incluso ¡°hubo un cuarto que los traficaba en remoto, desde Murcia¡±. En uno de los registros hallaron 300.000 euros en met¨¢lico.

Las investigaciones policiales de las redes de tr¨¢fico de personas son complejas: ¡°Hay que encajar muchas piezas y ligarlas entre s¨ª, encontrar a las personas (que suelen huir), documentos, dinero, embarcaciones, elementos de la log¨ªstica de la organizaci¨®n... Y, sin embargo, el reproche penal es muy bajo: de dos a cuatro a?os de c¨¢rcel. Eso genera cierta sensaci¨®n de impunidad¡±, subrayan estas fuentes policiales.

Aparte de la presi¨®n migratoria de ?frica, la pandemia y el cierre de fronteras terrestres han propiciado que las redes del narco comiencen a traficar tambi¨¦n con personas. ¡°Tienen ya todo montado y ni siquiera tienen que esconder la mercanc¨ªa porque sale corriendo por su propio pie¡±, se?alan los agentes. Incluso, como ocurri¨® en febrero en la operaci¨®n Neptuno, ¡°los propios traficados eran los encargados de alijar la droga al llegar a Tenerife¡±.

El apu?alamiento de un joven marroqu¨ª en La L¨ªnea el pasado octubre por una supuesta deuda llev¨® a la polic¨ªa a desmantelar al clan de los Campos Gallego, que usaban las embarcaciones destinadas a meter droga en el Campo de Gibraltar para traer a personas desde Ceuta. El piloto de una de las barcas que naufrag¨® el 7 de febrero era el presunto autor de ese apu?alamiento. Junto a ¨¦l, contratado a sueldo por el clan, murieron otras tres personas de las siete que formaban la expedici¨®n: dos inmigrantes y un miembro de la organizaci¨®n.

El resto de los tripulantes ¡°salvaron milagrosamente la vida aquella noche de oleaje¡±, dicen los investigadores, que en los registros encontraron embarcaciones, pistolas y escopetas, munici¨®n, bidones de gasolina, motos de agua... Hasta el pasado 20 de marzo, ni los coches patrulla entraban en el territorio del temido clan, ¡°especializado en robar a bandas rivales¡±. Ya lo dec¨ªan ellos en sus v¨ªdeos a ritmo de hip hop: ¡°Cuidao donde te metes, si te relajas acabas en una caja o enviao en un paquete... pasa por las casas blancas y te hacemos tarar¨¢¡±.