La etarra Anboto suma otra condena de 39 a?os de c¨¢rcel por el asesinato de un cartero en 1985

La etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, suma una nueva condena. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha sentenciado a la terrorista a 39 a?os de prisi¨®n por el asesinato del cartero Estanislao Gal¨ªndez, perpetrado el 26 de junio de 1985 en Amurrio (?lava). Los magistrados han considerado probado que la acusada integraba en aquella ¨¦poca el comando Araba y que, junto a otros dos miembros de ETA, acordaron el asesinato de la v¨ªctima, de 63 a?os y padre de 7 hijos, al que consideraban un ¡°confidente¡± policial.

Anboto, con 60 a?os cumplidos el pasado domingo, acumula as¨ª su cuarta condena de c¨¢rcel en Espa?a desde que Francia, donde fue sentenciada tambi¨¦n por su pertenencia a la banda terrorista, autorizase su extradici¨®n en 2019 para que fuera juzgada en la Audiencia Nacional por las causas que ten¨ªa pendientes. Desde su entrega, los magistrados le hab¨ªan impuesto una pena de 122 a?os de prisi¨®n por participar en 1995 en el asesinato de Luciano Cortizo, comandante del Ej¨¦rcito de Tierra; otra de 50 a?os por el tiroteo en 1995 contra los polic¨ªas que vigilaban la entrada de las oficinas del DNI en Bilbao ¡ªatentado que provoc¨® la muerte de un agente y dej¨® tetrapl¨¦jico a otro¡ª y una tercera de 11 a?os de c¨¢rcel por la colocaci¨®n de una bomba en 1994 junto a un banco de Getxo (Bizkaia), que no caus¨® v¨ªctimas.

Los tribunales espa?oles han absuelto, adem¨¢s, a la terrorista por otros dos cr¨ªmenes: el atentado cometido en 1997 contra una comisar¨ªa de Oviedo y la colocaci¨®n de un coche bomba junto al estadio de Mendizorroza en Vitoria en 1985. La Fiscal¨ªa ha recurrido ambas resoluciones al Supremo.

Seg¨²n el fallo de este martes de la Sala de lo Penal, el comando Araba rob¨® un veh¨ªculo y se dirigi¨® el 26 de junio de 1985 a la calle Mendico de Amurrio. All¨ª, Anboto y otros dos etarras ¡ªJuan Carlos Arruti y Jos¨¦ Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri¡ª aguardaron la llegada de Gal¨ªndez, que se dirig¨ªa al trabajo en bicicleta como todos los d¨ªas. Cuando lo vieron, le cortaron el paso con el coche, descendieron del turismo, lo rodearon y, a solo unos metros, Arruti y Arizkuren lo tirotearon.

¡°Le dispararon sin posibilidad de reacci¨®n alguna¡±, subrayan los magistrados, que enumeran todas las pruebas recabadas: entre otras, la declaraci¨®n de un miembro de ETA que reconoci¨® haber alojado en esos meses en un zulo de su caser¨ªo a Iparraguirre y a los dem¨¢s miembros del comando, y las huellas dactilares de Iparraguirre encontradas en el veh¨ªculo usado en el atentado.