Josefa de la Calle, monja y miliciana contra Franco
Su expediente, de m¨¢s de 500 p¨¢ginas, recoge m¨²ltiples testimonios en su favor de religiosos. Muri¨® ciega y enferma en prisi¨®n
¡°Ruego inmediata detenci¨®n de Josefa Lacalle as¨ª como de su esposo, Le¨®n de Huelves, y puesta a disposici¨®n de este juzgado por hechos grav¨ªsimos¡±, reza un telegrama de 1939 incrustado en el sumario del juicio sumar¨ªsimo de la pareja. Su expediente por ¡°auxilio a la rebeli¨®n¡± [el delito del que los golpistas acusaban a los leales al Gobierno republicano] ocupa 521 p¨¢ginas hiperb¨®licas. ?l, abogado, afiliado al PSOE, hab¨ªa presidido el Jurado Popular de Urgencia en Ciudad Real, una especie de tribunal que al estallar la Guerra Civil impon¨ªa multas a ¡°los desafectos de la Rep¨²blica¡±. Ella hab¨ªa vestido el h¨¢bito de monja.
Juli¨¢n L¨®pez Garc¨ªa, catedr¨¢tico de antropolog¨ªa y director del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la UNED, descubri¨® el sumario en 2013 en el Archivo Hist¨®rico General de Defensa y publicar¨¢ una investigaci¨®n espec¨ªfica. Asegura que jam¨¢s se hab¨ªa encontrado nada igual. ¡°Nunca vi, entre los centenares de juicios sumar¨ªsimos que he analizado, tal cantidad de escritos de religiosos, ni pliegos de descargo tan bien construidos, pero tampoco informes tan demoledores como los que elabor¨® contra ella la Delegaci¨®n de Informaci¨®n de Falange¡±.
Josefa y su hermana mayor, ?ngela, se hab¨ªan quedado hu¨¦rfanas cuando la primera ten¨ªa 11 a?os. El capell¨¢n del Asilo de Ni?as Hu¨¦rfanas de B¨¦jar (Salamanca) su localidad natal, as¨ª como otras 15 monjas y sacerdotes, explicaron ante el juez que ambas mostraron desde peque?as ¡°arraigados sentimientos cristianos¡±; que la mayor se hizo religiosa y Josefa, que tambi¨¦n ten¨ªa vocaci¨®n, ¡°parti¨® para el noviciado que la congregaci¨®n tiene en Hortaleza, Madrid, donde visti¨® el santo h¨¢bito¡±; que, debido a ¡°su disposici¨®n para el estudio¡±, curs¨® magisterio y ¡°en las vacaciones estivales¡±, cuando volv¨ªa al convento, ¡°no sal¨ªa con chicas de su edad porque su mayor gozo era estar al lado de las religiosas¡±. El sumario describe as¨ª su llegada al pueblo donde iba a ejercer de maestra interina: ¡°Demostrando su fe ardiente por los dogmas de nuestra religi¨®n, entr¨® de rodillas en la parroquia de Almod¨®var del Campo [Ciudad Real] desde la puerta hasta el altar mayor¡±.
¡°Ense?aba a las ni?as las delicias del amor sensual¡±
Unas p¨¢ginas atr¨¢s, el informe del servicio de informaci¨®n de Falange en Ciudad Real presenta a una Josefa radicalmente distinta: ¡°Se hizo novia y con un marcado coquetismo, (...) entreg¨¢ndose a cuantos hombres le ven¨ªa en gana. Se hizo amante de un diputado a Cortes socialista y de unos treinta muchachos m¨¢s de Almod¨®var, (...) celebraban org¨ªas. (...) Ya iniciado el Movimiento, se caracteriz¨® siempre por ideas marxistas inclinando el ¨¢nimo de su marido para que cometiera asesinatos, (...) denunciando a sus antiguos amantes, la mayor¨ªa de los cuales fueron paseados¡±. ¡°Las condenas que su marido impon¨ªa en el Jurado Popular de Urgencia siempre le parec¨ªan peque?as y mostraba siempre su singular predilecci¨®n para que los fascistas de Almod¨®var fueran todos asesinados (...) Alardeaba de ate¨ªsmo (...) Defensora del amor libre, amante de casi todos los dirigentes rojos, ense?aba a las ni?as las delicias del amor sensual. Inmoral hasta el ¨²ltimo grado, empedernida, el calificativo que mejor le cuadra es el de una vulgar ramera, peligros¨ªsima y enemiga ac¨¦rrima de la causa nacional¡±.
Aquella mujer ¡°peligros¨ªsima¡± med¨ªa 1,40 cent¨ªmetros. No existe fotograf¨ªa suya, solo la descripci¨®n del propio sumario, que a?ade que ten¨ªa ¡°el pelo negro, nariz aguile?a, boca peque?a y cejas al pelo¡±. No era atea, como tampoco su marido, que durante sus estudios de Derecho en Madrid hab¨ªa formado parte de la Asociaci¨®n de Estudiantes Cat¨®licos. El expediente incluye la declaraci¨®n del cura al que recurrieron para que bautizara clandestinamente, ¡°en una ¨¦poca de plena persecuci¨®n de los sacramentos¡±, a su ¨²nica hija, Mar¨ªa de los Dolores, nacida el 24 de agosto de 1937.
En sucesivas declaraciones ante el juez, Josefa desmiente todos los cargos. Asegura que no es cierto que indujera a su marido a cometer asesinatos ¡°puesto que no cometi¨® ninguno¡±; que no ha tenido ¡°ning¨²n amante¡± y, por tanto, no ha podido ¡°denunciarlos¡±; que son falsos ¡°los alardes de ate¨ªsmo¡±; que nunca predic¨® a la infancia teor¨ªas marxistas o de amor libre porque las desconoc¨ªa y porque sus alumnas ten¨ªan ¡°cinco a?os¡±. S¨ª admite formar parte del sindicato de trabajadores de la ense?anza.
Le¨®n, cesado por blando
El sumario presenta a Le¨®n de Huelves a veces como una marioneta en manos de Josefa ¡ª¡±No hac¨ªa nada sin el previo consejo de su mujer, destacada marxista que actuaba entre bastidores, instigadora por antonomasia¡±; ¡°se cas¨® a sabiendas de que ella ten¨ªa varios amantes¡±...¡ª y otras como alguien con un ¡°instinto criminal insaciable¡± que ¡°nunca ve¨ªa satisfecha su sed de sangre¡± y ¡°pon¨ªa detenidos en libertad [a los acusados en el jurado de urgencia] para que fueran asesinados¡± por milicianos al salir. En sus declaraciones tambi¨¦n niega todos los cargos y como es abogado, env¨ªa, adem¨¢s, multitud de escritos al juez solicitando la pr¨¢ctica de diligencias, careos con los denunciantes ¡ªvarios de ellos hab¨ªan pasado por el jurado popular de urgencia que presid¨ªa¡ª y proponiendo testigos en su favor. Le¨®n explica que aquel organismo no dictaba penas de muerte, ¨²nicamente estaba facultado para imponer multas, que la mayor¨ªa no se pagaban y que, de hecho, fue destituido y enviado como juez de instrucci¨®n a V¨¦lez-Rubio (Almer¨ªa) porque ¡°los partidos pol¨ªticos consideraban que suavizaba las penas¡±.
El documento comparte con otros consejos sumar¨ªsimos las vaguedades de las acusaciones de aquellos procesos sin garant¨ªas donde los militares eleg¨ªan al juez, al fiscal y al abogado de los procesados, que no hablaba con sus clientes ¡ª¡°No conozco al acusado, pero es p¨²blico que¡±; ¡°parece ser¡±; ¡°por referencias¡±; ¡°la cree capaz de hacerlo¡±; ¡°infinidad de personas¡±; ¡°es de suponer¡±...¡ª, y sol¨ªa ser un oficial sin formaci¨®n legal. Le¨®n y Josefa no son acusados de cometer asesinatos, sino de ser ¡°autores morales¡± o ¡°inductores¡± de los mismos. En la p¨¢gina 16, sus v¨ªctimas mortales son ¡°32 personas de orden y adictas al Glorioso Alzamiento¡±; en la p¨¢gina 93, ¡°muchas, no pueden determinarse¡±; en la 142, ¡°varios millares, 3.000 aproximadamente¡±; en la 183, bajan a ¡°35¡±.
Escondite de religiosos
Sin embargo, el sumario incluye testimonios en el sentido contrario, de religiosos y ¡°derechistas¡± de distintas provincias que aseguran que el matrimonio les salv¨® la vida y les ayud¨® en todo lo que pudo. Vecinos de V¨¦lez-Rubio relatan que su casa fue ¡°escondite de cuantos sent¨ªan alg¨²n temor persecutorio y que albergaron a dos religiosas del convento que nadie se atrev¨ªa a recoger por miedo a represalias marxistas¡±. As¨ª lo corrobora el p¨¢rroco de V¨¦lez-Rubio ¡ª¡±permanec¨ª en su domicilio¡±; ¡°evitaron encarcelamientos, persecuciones y en algunos casos la muerte¡±¡ª; el secretario del juzgado de la localidad, que afirma que salv¨® a un militar ¡°al que hab¨ªan matado dos hijos¡±; uno de los denunciados ante el jurado popular de urgencia que presid¨ªa Le¨®n¡ª¡°Me trat¨® con toda consideraci¨®n, no permitiendo mi encarcelamiento y siendo absuelto¡±¡ª; una vecina de Pedro Mu?oz ¡°detenida por el comit¨¦ rojo¡±, o un hombre presentado por el alcalde de Trujillo (C¨¢ceres) como ¡°de excelente conducta moral, religiosa y pol¨ªtica¡±, que relata c¨®mo, al enterarse de que su hijo hab¨ªa sido juzgado y condenado a muerte por ¡°espionaje¡±, el matrimonio les ofreci¨® a ¨¦l y su esposa refugiarse en su casa y les enviaba ¡°alimentos cada diez d¨ªas¡±.
Ninguna de esas declaraciones les sirvi¨®. Como tampoco los escritos de Le¨®n advirtiendo de que su esposa estaba enferma y hab¨ªa tenido ¡°problemas mentales¡±. El forense que la examin¨® dijo que todo era ¡°histeria¡±. Josefa muri¨® ciega el 29 de noviembre de 1943, en la c¨¢rcel de Ciudad Real tras haber pasado por la de Ventas (Madrid). Le¨®n fue condenado a muerte el 4 de diciembre y ejecutado a las 6.55 del 4 de agosto de 1944 en la misma ciudad. Ambos ten¨ªan 34 a?os.
La sorpresa de su nieto
Aquella ni?a que hab¨ªa sido bautizada en la clandestinidad, Mar¨ªa de los Dolores, se crio con la hermana monja de Josefa en un colegio religioso, como hab¨ªan hecho su madre y su t¨ªa. Posteriormente se cas¨® y tuvo dos hijos. Uno de ellos, Juan Navarro, de 55 a?os, relata a EL PA?S, muy emocionado, que desconoc¨ªa la historia de su abuela. ¡°Siempre cre¨ªmos que ella hab¨ªa muerto en el parto de mi madre. Mi t¨ªa abuela no le cont¨® nada a mi madre, creemos que para protegerla, pero me consta que hizo todo lo que pudo para salvarla y conoci¨¦ndola a ella es imposible que le hiciera da?o a nadie. De mi abuelo, Le¨®n, s¨ª sab¨ªamos m¨¢s, porque su hermana Carmen, que tambi¨¦n cuidaba mucho a mi madre, s¨ª nos contaba cosas y porque mi padre busc¨® documentaci¨®n sobre ¨¦l en los a?os ochenta. Sabemos, por ejemplo, que fue un ingenuo, porque le animaron a huir a Francia o a M¨¦xico y se neg¨® porque dijo que nada malo hab¨ªa hecho y de nada pod¨ªan acusarle¡±.
La hija de Josefa se hizo maestra, como su madre. Juan es abogado, como su abuelo.
¡°Nuevas Evas, nuevas brujas¡±
El antrop¨®logo Juli¨¢n L¨®pez explica que ¡°en los juicios de franquismo, como en los del estalinismo o de cualquier dictadura, no se persegu¨ªa ninguna justicia y por eso no puede haber ninguna verdad¡±. Recuerda que multitud de denuncias escond¨ªan ¡°deseos de venganza o ejemplaridad¡±, y que a menudo se atacaba a otro para protegerse uno mismo. ¡°En la reciente tesis doctoral de Alfonso Villalta Entre l¨ªneas. Los juicios sumar¨ªsimos de la posguerra espa?ola¡±, a?ade, se relata c¨®mo el delegado de Informaci¨®n de Falange de Ciudad Real entre 1939 y 1941, Jos¨¦ Luna [autor del demoledor escrito contra Josefa], fue denunciado por informes falsos¡±. Tambi¨¦n destaca el distinto lenguaje de los juicios sumar¨ªsimos a mujeres: ¡°Se quiere transmitir la idea de que ellas eran unas nuevas Evas, unas nuevas brujas que incitan a sus maridos a hacer el mal, disolv¨ªan la nobleza masculina, se comportaban de manera poco o nada femenina y practicaban el sexo de manera alejada del canon dictado por el judeo-catolicismo. As¨ª, a menudo son calificadas como promiscuas, no obedientes¡±. ¡°En ese sentido¡±, a?ade, ¡°si Eva es como la ant¨ªtesis de la Virgen o de la monja, Josefa ven¨ªa muy bien para la representaci¨®n de la inversi¨®n: despu¨¦s de vestir el h¨¢bito, habr¨ªa vestido el mono de miliciana; despu¨¦s de haberse casado con Dios se habr¨ªa unido a muchos hombres...¡±.
El anteproyecto de ley de memoria democr¨¢tica establece que las sentencias de consejos de guerra, as¨ª como las condenas y sanciones ¡°dictadas por motivos pol¨ªticos, ideol¨®gicos o de creencia¡± durante el franquismo ser¨¢n anuladas.
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