Rabat intenta evitar un pulso con la Uni¨®n Europea, su mayor socio comercial
La entrada en Ceuta de m¨¢s de 8.000 migrantes indocumentados ha despertado una solidaridad sin precedentes de Bruselas con Madrid frente a Marruecos
Marruecos no est¨¢ acostumbrado a que la Uni¨®n Europea emita ninguna condena que afecte a cuestiones de derechos humanos. El hecho de que el Parlamento europeo pueda aprobar este jueves una resoluci¨®n donde se condene el uso de la emigraci¨®n irregular, y en especial el de menores no acompa?ados, como presi¨®n pol¨ªtica contra un Estado miembro de la UE, es inaudito en las relaciones entre Bruselas y Rabat.
Rabat es una pieza clave para la seguridad del continente y un aliado necesario en la lucha contra problemas transfronterizos como el crimen organizado o el tr¨¢fico de emigrantes irregulares. A su vez, la Uni¨®n Europea es el mayor socio comercial de Marruecos, el lugar de donde proviene el 53,1% de sus importaciones y el 66,7% de sus exportaciones. A ninguna de las dos partes les interesa entrar en conflicto. Y siempre han tratado de sortearlo.
La entente cordiale mantenida hasta ahora entre ambas orillas del Mediterr¨¢neo se ha visto en peligro por la reciente crisis fronteriza en Ceuta, considerada por Bruselas como una violaci¨®n de las fronteras europeas y un chantaje inaceptable al conjunto de la UE y a uno de sus Estados miembros. Marruecos no parec¨ªa esperar la furibunda reacci¨®n en tromba de las instituciones comunitarias, que exigieron respeto a la legalidad internacional y la inmediata restituci¨®n de los controles fronterizos.
¡°Todo nuestro apoyo y solidaridad con Espa?a¡±, se?al¨® el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ante la avalancha de entradas irregulares en el territorio ceut¨ª. En t¨¦rminos similares se expresaron el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. El vicepresidente de la Comisi¨®n responsable de pol¨ªtica migratoria, Margaritis Schinas, advert¨ªa tajante a Rabat: ¡°Europa no se dejar¨¢ intimidar por nadie en el tema de la migraci¨®n¡±.
Ambas partes han intentado desde entonces rebajar la tensi¨®n para volver a la normalidad. Pero las im¨¢genes de Ceuta, en particular las de ni?os jug¨¢ndose la vida para salir irregularmente de Marruecos, han desencadenado una reacci¨®n pol¨ªtica que ha llegado hasta el Parlamento Europeo, un foro que como el resto de instituciones europeas trataba con mimo las relaciones con Rabat.
Mientras el Parlamento Europeo se ha expresado en varias ocasiones en t¨¦rminos muy duros contra la represi¨®n efectuada por las autoridades de Argelia contra su poblaci¨®n, Rabat apenas se ha visto incomodada en ese sentido por la c¨¢mara europea. Ni en asuntos del Rif ni, por supuesto, en cuestiones del S¨¢hara Occidental.
El Parlamento Europeo aprob¨® el 26 de noviembre de 2020 una resoluci¨®n urgente que advert¨ªa sobre el deterioro de las libertades en Argelia, con 669 votos a favor y solo tres en contra, como bien se encarg¨® de informar la agencia oficial marroqu¨ª MAP. El Parlamento llamaba a la liberaci¨®n inmediata del periodista argelino Khaled Drareni. Un a?o antes, el 28 de noviembre de 2019, el Parlamento Europeo tambi¨¦n emiti¨® otra resoluci¨®n donde condenaba ¡°de forma en¨¦rgica¡± las detenciones ¡°arbitrarias¡± y las ¡°intimidaciones¡± efectuadas contra miembros de la sociedad civil que protestaban pac¨ªficamente en el llamado Hirak (¡±movimiento¡±, en ¨¢rabe) argelino.
Sin embargo, las protestas de Alhucemas que se desencadenaron en 2016 en el llamado Hirak del Rif y que terminaron con cientos de personas detenidas, no han provocado ninguna reacci¨®n en el Parlamento europeo. Esta instituci¨®n tampoco ha reaccionado hasta ahora en defensa de los dos periodistas marroqu¨ªes, Suleim¨¢n Raisuni y Omar Radi, que se encuentran aislados y en prisi¨®n preventiva, acusados de delitos sexuales. Raisuni mantiene una huelga de hambre desde hace 63 d¨ªas y Radi se vio obligado a suspender la suya por motivos de salud. El Parlamento tampoco se ha destacado por defender a los presos saharauis ni a los activistas saharauis que denuncian represi¨®n en el S¨¢hara Occidental.
Todas las tensiones entre Bruselas y Rabat se hab¨ªan ido resolviendo hasta ahora en sordina, con la discreta y valiosa ayuda de Madrid a Marruecos. El Tribunal de Justicia europeo, con sede en Luxemburgo, sentenci¨® en 2018 que el pacto de pesca con Marruecos no debe aplicarse al S¨¢hara Occidental porque ese territorio ¡°no forma parte del Reino de Marruecos¡±. Finalmente, Bruselas y Rabat firmaron otro acuerdo de pesca. Los barcos europeos ¡ªsobre todo, espa?oles¡ª siguieron faenando en el S¨¢hara Occidental. Y el Frente Polisario recurri¨® de nuevo ante la justicia europea, que tendr¨¢ que pronunciarse en los pr¨®ximos meses.
El ejemplo m¨¢ximo de colaboraci¨®n entre Madrid y Rabat ante Bruselas se produjo en 2016, despu¨¦s de que la UE firmase un acuerdo con Turqu¨ªa mediante el cual las autoridades turcas se hicieron cargo de varios millones de refugiados sirios a cambio de 3.000 millones de euros. Aquella cifra hizo que Marruecos elevara tambi¨¦n el precio de su factura.
Rabat calcul¨® que necesita 434 millones de euros para controlar sus fronteras, seg¨²n una memoria econ¨®mica de Bruselas. Y Espa?a se convirti¨® en portavoz de los intereses de Marruecos en Bruselas, tras un r¨¦cord hist¨®rico de llegadas de emigrantes irregulares en 2018. El Gobierno espa?ol consigui¨® en 2019 que la UE se comprometiera a ofrecer a Rabat 140 millones de euros. Ese a?o, el flujo de llegadas se redujo, pero en 2020 volvi¨® a dispararse y arribaron 23.000 emigrantes irregulares a Canarias, la mitad de los cuales eran marroqu¨ªes. La mayor¨ªa de ellos salieron desde la ciudad saharaui de Dajla, estrechamente vigilada por las fuerzas del orden marroqu¨ªes.
Ahora, tras la entrada masiva en Ceuta, las autoridades marroqu¨ªes parecen haber descubierto algo que los emigrantes irregulares saben de sobra: que detr¨¢s de la frontera marroqu¨ª, una vez que se pisa el territorio espa?ol de Ceuta, se pisa tambi¨¦n Europa. Rabat ha intentado neutralizar ese factor, insistiendo en que la crisis diplom¨¢tica es un problema bilateral con Espa?a que no tiene nada que ver con el resto de la UE. Pero la reacci¨®n de la Comisi¨®n a mediados de mayo y el debate de este jueves en el Parlamento Europeo muestran que la estrategia marroqu¨ª de separar los intereses espa?oles de los europeos no ha dado, de momento, los frutos esperados por Rabat.
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