Operaci¨®n decepci¨®n en el Estrecho

Younes Gharbi se asoma desde el otro lado de un mostrador atestado de chocolatinas. Alguien entra por fin a su tienda de comestibles ubicada en la fachada de altas colmenas de viviendas que se asoman al puerto de Algeciras. Gharbi silencia a los tertulianos que braman desde una peque?a tele, dispuesto a atender. Cuando descubre que la visita solo viene a preguntar, el tendero disimula la desilusi¨®n con una amable sonrisa. ¡°No entra nadie ni vendo nada. Primero el covid y ahora la pol¨ªtica. Aguantamos para pagar, ojal¨¢ podamos seguir abiertos para la Operaci¨®n Paso del Estrecho [OPE] del a?o que viene¡±, admite con amargura el marroqu¨ª, residente en Espa?a desde hace 18 a?os.

La decisi¨®n unilateral de Marruecos de cancelar por segundo a?o el mayor operativo de viajeros de Europa ha convertido la esperanza de lo que este verano s¨ª parec¨ªa posible en frustraci¨®n consumada en los puertos de Algeciras y Tarifa. De los ocho puertos espa?oles que sol¨ªan participar (entre los que se encuentran M¨¢laga, Motril, Almer¨ªa, Alicante, Melilla y Ceuta), los dos gaditanos eran los receptores del 70% de los 3,3 millones de pasajeros y 800.000 veh¨ªculos que cada a?o cruzaban en ferris al norte marroqu¨ª. El pa¨ªs norteafricano ha optado por mantener solo conexiones mar¨ªtimas con los puertos de S¨¨te (Francia) y de G¨¦nova (Italia). La medida, tomada en mitad de la peor crisis diplom¨¢tica de la d¨¦cada, apenas sirve para las m¨¢s de un mill¨®n de personas de origen marroqu¨ª que viven en Espa?a ¡ªla poblaci¨®n extracomunitaria m¨¢s numerosa¡ª, a las que condena a cancelar su viaje o a viajar en avi¨®n a partir del 15 de junio, en el caso de poderse pagar unos billetes que encarecen sus precios d¨ªa tras d¨ªa.

En los c¨¢lculos m¨¢s optimistas, las p¨¦rdidas rondan entre 450 y 500 millones de euros ¡ªseg¨²n la estimaci¨®n realizada por la naviera FRS¡ª solo en billetes de viaje no vendidos, que impactan de lleno en navieras, agencias de viajes, empresas de servicios y la propia autoridad portuaria. Pero el desastre tiene una onda expansiva mayor y salpica a tiendas de comestibles como la de Gharbi, gasolineras de muchos puntos, hoteles del Campo de Gibraltar y desempleados que este a?o se quedar¨¢n sin formar parte de los 21.000 efectivos, muchos de ellos eventuales, que hac¨ªan posible la OPE. ¡°Eran muchos coches que a lo largo de Espa?a iban repartiendo dinero¡±, resume Manuel Piedra, presidente de la Asociaci¨®n de Empresas de Servicios de la Bah¨ªa de Algeciras (Aesba).

¡°El a?o pasado se entend¨ªa porque la pandemia no estaba acotada, pero este a?o los actores principales tienen una preocupaci¨®n muy grave¡±, valora Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria de la Bah¨ªa de Algeciras. En estos d¨ªas, su instituci¨®n tendr¨ªa que estar despejando el parking del Llano Amarillo para convertirlo en zona de espera de veh¨ªculos en los que trabajan unos 250 pollitos, apelativo cari?oso para los contratados como informadores. Otros 200 voluntarios de Cruz Roja de toda Espa?a ya deber¨ªan estar llegando a Algeciras para proporcionar la asistencia sociosanitaria, seg¨²n estima ?lvaro Garc¨ªa, responsable local de esta organizaci¨®n en la ciudad. Esther Mendoza, inspectora jefe del Puesto Fronterizo del puerto algecire?o no pedir¨¢ este a?o a los 70 polic¨ªas que reforzaban a su plantilla de 93 efectivos entre 15 de junio y el 15 de septiembre que dura el despliegue. Y su hom¨®logo en Tarifa, Jorge D¨ªez, ha buscado otras tareas para sus 69 agentes ante la inactividad de este puerto, cerrado a pasajeros que viajaban a Marruecos desde el inicio de la pandemia.

La situaci¨®n es tan ¡°disruptiva¡±, como la adjetiva Landaluce, que no tiene antecedentes en los 30 a?os de vida del operativo. Ni en la crisis militar entre Espa?a y Marruecos a cuentas de la isla de Perejil, ocurrido en pleno transcurso de la OPE de 2002, hubo consecuencias para el despliegue. Quiz¨¢s por eso, Juan Parada, presidente de Asociaci¨®n de Agencias de Viaje Puerto de Algeciras, ha confiado hasta el ¨²ltimo minuto que este a?o s¨ª iba a poder ser. Para su empresa, Travelsur, y otras 12 m¨¢s hubiese supuesto rescatar a los m¨¢s de 100 trabajadores que mantiene en ERTE desde el inicio de la pandemia, momento en el que se cercenaron de golpe las conexiones con T¨¢nger que operan desde Algeciras y Tarifa. ¡°Ha sido una decepci¨®n. La OPE era tan importante porque empez¨¢bamos vendiendo en plena temporada alta para poder paliar las p¨¦rdidas de estos 15 meses. En el mejor de los casos, ya empezaremos en septiembre, temporada baja, por lo que nos va a costar paliar las p¨¦rdidas¡±, valora Pareja apesadumbrado.

Antes de la pandemia, raro era el momento del d¨ªa en el que los alrededores del puerto algecire?o no fuesen una suerte de bullicioso zoco de viajeros que iban y ven¨ªan entre casas de cambio, agencias de viajes, cafeter¨ªas, locutorios o ultramarinos. Hoy, muchos de esos locales cuelgan el cartel de ¡®Se alquila¡± y los pasajeros han desaparecido, a excepci¨®n de los usuarios a Ceuta, cuyos enlaces s¨ª se mantienen. Si no fuese porque el tr¨¢fico de mercanc¨ªas contin¨²a a toda m¨¢quina, de puertas para adentro, el panorama en el puerto ser¨ªa desolador: de los 6,1 millones pasajeros que Algeciras y Tarifa canalizaron en todo 2019 (2,9 de ellos en verano); pasaron a poco menos de 1,5 millones en 2020. Bale¨¤ria, una de las cinco navieras que opera con T¨¢nger, cifra la ¡°contundente¡± ca¨ªda del pasaje en un 81% en las rutas implicadas, lo que les obliga a mantener a¨²n a 21 trabajadores de tierra en ERTE.

Pasada la una de la tarde de este pasado viernes, la inspectora Mendoza supervisaba c¨®mo sus agentes cumpl¨ªan con el control de identificaciones de los transportistas que, a bordo de sus camiones, desembarcaban de un ferri procedente del puerto T¨¢nger Med, uno de los pocos enlaces que se mantienen inalterables con Marruecos, pese a la crisis. Eso y el control de la mariner¨ªa de los buques mercantes ¡ªincrementado ahora por la designaci¨®n de Algeciras como puerto seguro durante lo peor de la pandemia¡ª es de la poca actividad en la que los agentes pueden centrar sus esfuerzos. Mientras, en el interior de la terminal de pasajeros, los operarios limpian el polvo de unas cabinas de control de pasajeros desiertas. La vida a este lado del Estrecho est¨¢ pausada, enrarecida. Tanto como para que Mendoza y los suyos se hayan ya acostumbrado a ver lo que nunca hubiesen pensado: ¡°Ahora nos encontramos a marroqu¨ªes ocultos en camiones, pero queriendo salir de Espa?a¡±.