Juan Jes¨²s Vivas, un presidente en el punto de mira de la crisis de Ceuta
El m¨¢ximo mandatario de la ciudad aut¨®noma lleva dos decenios gobernando entre aguas turbulentas y como un verso libre en el seno del Partido Popular
La crisis en Ceuta ha colocado al jefe del Gobierno aut¨®nomo, Juan Jes¨²s Vivas, en el ojo del hurac¨¢n despu¨¦s de que el Ministerio del Interior se?alase como responsable al Ejecutivo local. El presidente, que asumi¨® el martes la responsabilidad de la decisi¨®n de solicitar al Ejecutivo central el retorno de los menores para aliviar las presiones sobre su vicepresidenta primera, Mabel Deu, ha reconocido que no le gustar¨ªa quedarse solo ante un procedimiento cuestionado por su opacidad por el Defensor del Pueblo, la Fiscal¨ªa y organizaciones internacionales y sobre el que a¨²n tienen que pronunciarse los jueces.
Tras dos decenios gobernando la ciudad aut¨®noma, Vivas, de 68 a?os, est¨¢ acostumbrado a navegar en aguas turbulentas. Como dijo a EL PA?S, Ceuta ¡°nunca ha sido una balsa de aceite¡±. Como presidente de la ciudad aut¨®noma por el PP, se ha forjado cierta fama de hijo d¨ªscolo pero suav¨®n. Sus posicionamientos han entrado en directa contradicci¨®n con la estrategia de la direcci¨®n nacional de la formaci¨®n conservadora.
El secretario general del PSOE en Ceuta, Manuel Hern¨¢ndez, le pidi¨® el pasado martes y a prop¨®sito de las cr¨ªticas de la c¨²pula del PP al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por las devoluciones, que clarifique la posici¨®n de su partido sobre un procedimiento en el que ¨¦l se ha implicado de lleno. ¡°Coincidencia plena¡±, dijo respecto de las posturas de Interior, el PP nacional y el Gobierno de Ceuta. ¡°Yo no he encontrado ninguna contradicci¨®n¡±, respondi¨® durante una entrevista en la cadena Cope.
Hasta ahora, la polvareda m¨¢s densa levantada ha sido el enfrentamiento radical con Vox en la Asamblea aut¨®noma, que cristaliz¨® en julio con la declaraci¨®n de Santiago Abascal como persona non grata con la abstenci¨®n de los nueve concejales del PP. La maniobra provoc¨® que el partido de ultraderecha lanzase un ¨®rdago a los conservadores con una supuesta ruptura de las relaciones entre ambos partidos en autonom¨ªas y ayuntamientos donde su apoyo es necesario para la aprobaci¨®n de propuestas, como Madrid o Andaluc¨ªa.
Opuesto a la disciplina de partido
Antes, ya se hab¨ªa opuesto a la disciplina de partido como candidato electoral en 2019, cuando rechaz¨® la posibilidad de gobernar con Vox tras perder por primera vez desde 2003 la mayor¨ªa absoluta. Se acerc¨® entonces al PSOE, que se constituy¨® como apoyo imprescindible en la Asamblea hasta que saltaron chispas y las tornas volvieron a Vox, con los que estuvo gobernando durante casi un a?o hasta que, seg¨²n explicaba el vicepresidente y portavoz popular, Carlos Rontom¨¦, la situaci¨®n se hizo insostenible. Otros diputados locales como Mohamed Al¨ª, l¨ªder de Caballas, no perdonan una maniobra que dio alas a la ultraderecha.
De hecho, y a cuenta de las broncas plenarias con Vox, el presidente ceut¨ª ha llegado a ofrecer su cabeza. ¡°A lo mejor yo no soy capaz de mantener el orden en la Asamblea (...) y tengo que dar un paso al lado para que en esta Asamblea se defienda y proteja la unidad de todos en la defensa de Espa?a, en la defensa de nuestra espa?olidad lo har¨¦, doy el paso al lado¡±, lleg¨® a argumentar a finales de junio, cuando se vio obligado a cancelar la celebraci¨®n de un pleno para evitar que se repitieran insultos y acusaciones a gritos de ¡°fascista¡± o ¡°promarroqu¨ª¡± entre concejales.
Tiene poco que perder. En febrero anunci¨® sorpresivamente su intenci¨®n de no presentarse a la reelecci¨®n en las auton¨®micas de 2023. ?l mismo ha reconocido un cierto agotamiento despu¨¦s de tres d¨¦cadas en la pol¨ªtica local en una ciudad con unas ¡°particularidades¡±, como define, que pueden llegar a ser extenuantes.
La crisis fronteriza desatada a mediados de mayo a cuenta del pulso diplom¨¢tico lanzado por Marruecos ha sido la gota que ha colmado el vaso de esas singularidades que Ceuta comparte con Melilla. Un n¨²mero indeterminado de personas, m¨¢s de 12.000 seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno, entraron a nado, saltando la valla o bordeando los espigones fronterizos a un ritmo de unas 90 personas por minuto durante dos d¨ªas. Esos d¨ªas, coment¨® a este diario, fueron los ¡°m¨¢s dif¨ªciles y m¨¢s tristes¡± de toda su vida como servidor p¨²blico.
Desde entonces, hay un sintagma que no se le ha descolgado de los labios en cada discurso: ¡°lealtad institucional¡±. Con esas palabras elogi¨® la visita a Ceuta (cuya soberan¨ªa es contestada por Marruecos, que considera la ciudad ¡°ocupada¡±) del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, mientras a¨²n se registraban entradas descontroladas de personas ante la impasibilidad de las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes y el Ej¨¦rcito permanec¨ªa desplegado en la playa fronteriza de El Tarajal. Esa misma ¡°lealtad¡± es la que esgrime ahora para se?alar a Interior como responsable de una decisi¨®n, la de proceder a las devoluciones de menores, que ¨¦l aplaude.
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