As¨ª se fragu¨® la evacuaci¨®n contra reloj en Kabul:¡°Llegar, aterrizar, cargar y salir¡±

Eran las 9.38 del lunes 16 de agosto cuando el Ministerio de Defensa y el de Asuntos Exteriores anunciaron: ¡°Dos aviones A400M de las Fuerzas Armadas saldr¨¢n en las pr¨®ximas horas desde Espa?a con destino Dub¨¢i para cubrir la primera fase de repatriaci¨®n del personal de la Embajada de Kabul, de los espa?oles que quedan en Afganist¨¢n y de todos aquellos afganos que han colaborado con nuestro pa¨ªs¡±. Aquellos vuelos despegaron casi a ciegas, sin saber ni c¨®mo ni cu¨¢ndo podr¨ªan aterrizar en la capital afgana. ¡°Hab¨ªa que acercarse al objetivo y acceder cuando fuese posible¡±, explican fuentes pr¨®ximas al operativo de una misi¨®n contra reloj a la que no dio tiempo ni a ponerle nombre.

Comenz¨® as¨ª una precipitada operaci¨®n que concluy¨® este viernes, tras 10 extenuantes d¨ªas en los que algo m¨¢s de un centenar de hombres y mujeres (diplom¨¢ticos, polic¨ªas y soldados) han logrado traer hasta Espa?a a 2.206 personas, que hu¨ªan despavoridas del reinstaurado r¨¦gimen talib¨¢n en el pa¨ªs centroasi¨¢tico.

Al anuncio de la inminente retirada de las tropas estadounidenses de ese santuario de la red yihadista Al Qaeda, promotora de los atentados del 11-S, le segu¨ªa un acelerado avance de los talibanes, aupado por una deserci¨®n masiva de soldados y polic¨ªas afganos que ¡°hab¨ªan dejado de cobrar sus n¨®minas, pagadas por Estados Unidos¡±, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al operativo espa?ol. En pleno verano, la milicia integrista iba ocupando por d¨ªas las ciudades y provincias de un pa¨ªs de 38 millones de habitantes. Hasta llegar a la capital, Kabul, el 15 de agosto, y difundiendo im¨¢genes al mundo pase¨¢ndose por las estancias del palacio presidencial, de donde el mandatario afgano, Ashraf Ghani Ahmadzai, ya hab¨ªa huido.

La r¨¢pida entrada de los talibanes provoc¨® aquel mismo domingo la primera estampida del personal de las embajadas ubicadas en la llamada Zona Verde de la ciudad. Un helic¨®ptero estadounidense traslad¨® ¡°de urgencia¡± a todo el personal de la legaci¨®n espa?ola hasta la base a¨¦rea de la OTAN pr¨®xima al aeropuerto, donde en ese momento solo hab¨ªa soldados norteamericanos y brit¨¢nicos.

Al embajador en funciones, Gabriel Ferr¨¢n, y a su segunda en la legaci¨®n de Espa?a, Paula S¨¢nchez, se sumaron los 17 agentes que constitu¨ªan el cuerpo de seguridad de la embajada: 10 geos y siete miembros de las Unidades de Intervenci¨®n Policial (UIP). Ellos ser¨ªan, en un principio, los encargados de evacuar a cientos de colaboradores espa?oles, mientras llegaban (o no) refuerzos.

Las aterradoras im¨¢genes del d¨ªa siguiente de personas tratando de subirse a alg¨²n avi¨®n, colgadas de los trenes de aterrizaje de las aeronaves en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, presagiaban el caos.

Kabul era ya de los talibanes, incluida la parte civil del aeropuerto, que comparte pista con la militar, donde se concentraban todas las legaciones extranjeras y sus respectivos cuerpos de seguridad. El martes 17, mientras miles de afganos se agolpaban contra los muros del aer¨®dromo convertido en ¨²nica v¨ªa de escape, ¡°los militares estadounidenses lograron hacerse con todo el control interno, y ya se pudieron coordinar los vuelos de repatriaci¨®n¡±, explican las mismas fuentes.

El mi¨¦rcoles 18, a las 11.24, despeg¨® desde Dub¨¢i el primer avi¨®n espa?ol hacia Kabul. Y otro sali¨® aquella misma ma?ana desde Madrid con destino a Dub¨¢i. El puente a¨¦reo Dub¨¢i-Kabul quedaba abierto.

¡°Los aviones tan solo pod¨ªan llegar, aterrizar, cargar y salir, no quedaba margen para quedarse en tierra¡±, explican fuentes pr¨®ximas al operativo. El primer vuelo lleg¨® a Madrid en la madrugada del jueves 19, previa escala en Dub¨¢i, con 53 refugiados: ¡°Los que hab¨ªan llegado a tiempo de subirse, colaboradores de Espa?a o de otro pa¨ªs de la UE: la consigna era sacar gente¡±. La base a¨¦rea de Torrej¨®n, donde en un d¨ªa la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el personal de la base montaron un campamento para un millar de personas, se convirti¨® en el punto de primera acogida de los reci¨¦n llegados.

La din¨¢mica de evacuaci¨®n era sumamente dificultosa. Las condiciones eran ¡°de guerra¡±, recuerdan participantes de la misi¨®n. ¡°Hab¨ªa que localizar a los colaboradores espa?oles y citarlos en una zona segura en los alrededores de un aeropuerto colapsado¡±. Los listados de posibles refugiados crec¨ªan a la par que miles de personas, familias con ni?os, incluidos, colapsaban el aer¨®dromo. Y los talibanes, fuertemente armados, endurecieron los controles de acceso.

El viernes 20, uno de los aviones que despeg¨® hacia Kabul para seguir evacuando a personas llevaba refuerzos: 110 soldados (la mitad se qued¨® en Dub¨¢i), otros tres miembros del GEO (entre ellos, un jefe de grupo) y personal diplom¨¢tico. El objetivo era ¡°coordinarse para sacar a cuanta m¨¢s gente mejor¡±, explican. El s¨¢bado 21, el Ministerio de Defensa confirm¨®: ¡å110 militares espa?oles participan en el operativo de evacuaci¨®n de Afganist¨¢n¡±.

M¨¢s vuelos, m¨¢s cargados

El precario sistema para introducir a los refugiados en la zona segura del aeropuerto se fue engrasando, pese a que la tensi¨®n y el cansancio aumentaban por horas. La presi¨®n crec¨ªa a medida que se acercaba el 31 de agosto, la fecha de retirada de las tropas estadounidenses, que garantizaban el control del aer¨®dromo. La amenaza de un atentado terrorista se cern¨ªa sobre sus cabezas. No obstante, se lograba que salieran m¨¢s vuelos y m¨¢s cargados, con m¨¢s de 200 personas a bordo.

Precisamente, la zona m¨¢s utilizada por los polic¨ªas y soldados espa?oles para citar a los colaboradores que iban a ser evacuados era la de la acequia que qued¨® repleta de cad¨¢veres tras el atentado de la tarde de este jueves (m¨¢s de cien muertos), y que fue reivindicado por el Estado Isl¨¢mico. No hubo v¨ªctimas entre los espa?oles.

El martes 24, la ministra de Defensa, Margarita Robles, admit¨ªa haber enviado otra brigada especial de ¡°boinas verdes¡± a Kabul.

Este viernes 27 de agosto, se cerr¨® la misi¨®n con el regreso de todo el operativo a Madrid en el ¨²ltimo vuelo. No pudieron salir todos los que quer¨ªan hacerlo, pero se evacu¨® a todos los que se pudo en 10 jornadas fren¨¦ticas.