Teletrabajo y luz m¨¢s barata para resucitar la Espa?a vac¨ªa
Nuevas estrategias para repoblar el interior se apoyan en la Red, las energ¨ªas renovables y los servicios sociales
Hablar de despoblaci¨®n es hablar de Soria. Lo avalan los datos ¡ªcomo que m¨¢s del 50% de los nacidos en la provincia vive fuera de ella, seg¨²n el INE¡ª y un recorrido por su territorio: los pueblos apenas tienen vida y el bullicio veraniego resulta un mero espejismo en medio del invierno demogr¨¢fico que padecen. M¨¢s n¨²meros: en algunas comarcas apenas residen dos habitantes por kil¨®metro cuadrado, como en la n¨®rdica Laponia. Bien lo saben en Sarnago (siete vecinos), que bastante tiene con haber resucitado un pueblo abandonado en 1979 y que ha ido recuperando movimiento en los ¨²ltimos a?os: la asociaci¨®n Amigos de Sarnago intenta rehabilitarlo con propuestas que se apoyan a menudo en el desarrollo digital y el impulso a la energ¨ªa renovable. Una apuesta que poco a poco va tomando forma tambi¨¦n en otras zonas de la Espa?a vac¨ªa.
Jos¨¦ Mar¨ªa Carrascosa, nacido en Sarnago, pero emigrado a los tres a?os, luce ahora 57 y ense?a el pueblo con su museo etnogr¨¢fico lleno de morrales o campanas antiguas y la antigua escuela reconvertida en centro de trabajo gratuito, con buena conexi¨®n a la red y comodidad para el empleo a distancia. Un problema end¨¦mico en el medio rural, remarca, es la cantidad de hogares que est¨¢n abandonados o ruinosos: sus propietarios no los cuidan, pero tampoco se desprenden de ellos para cederlos a nuevos moradores. ¡°La idea es luchar para que tengamos vida propia y habitantes los 365 d¨ªas del a?o¡±, define Carrascosa, que subraya la absoluta tranquilidad del lugar para quien quiera estudiar oposiciones o atender videollamadas sin percances. El grupo, fundado hace 30 a?os, tambi¨¦n va a reacondicionar unas ruinas para erigir vivienda p¨²blica que arrendar¨¢n a buen precio.
La plataforma vende una revista a los m¨¢s de 200 socios de toda Espa?a que se han interesado por el proyecto y lo financian. Las ganancias se reinvierten en mejoras para el lugar, como asfaltados u obras, echando una mano al Ayuntamiento. Ya lo dice Milagros Jim¨¦nez, de 72 a?os, entre gruesos muros de piedra: ¡°Yo nac¨ª aqu¨ª y tenemos que darle vida¡±.
El panorama es el mismo que se constata al recorrer las carreteras desoladas de muchas zonas del pa¨ªs. Un informe del Banco de Espa?a calcula el riesgo de despoblaci¨®n de las localidades conforme a su densidad de poblaci¨®n y crecimientos o decaimientos de censo. As¨ª, entre los 8.131 municipios espa?oles que registra el INE, hay 3.403 en peligro. La cifra abruma a Joaqu¨ªn Alcalde, presidente de la Red Nacional de Pueblos Acogedores, una entidad que coordina a municipios con el mismo problema y que intentan tomar medidas para atraer a nuevos moradores. ¡°Desde la pandemia se mira m¨¢s a los pueblos, la gente ha tenido la oportunidad de comprobar que puede trabajar desde all¨ª¡±, se?ala Alcalde.
Los lugares que a¨²na este colectivo, amparado por Red El¨¦ctrica de Espa?a, deben disponer de ¡°conexi¨®n decente a la red¡±, espacios de trabajo compartido (coworking) y oferta de alojamientos. As¨ª, quienes se sientan seducidos podr¨¢n instalarse pronto, como decenas de brit¨¢nicos que se han interesado este verano. ¡°Vemos proactividad en los pueblos¡±, celebra, y emplaza a compartir el aprendizaje de cada Ayuntamiento para replicar las estrategias.
El soci¨®logo de la Universidad de Salamanca Alberto del Rey considera que estas iniciativas, que hist¨®ricamente han incluido medidas como cheques beb¨¦ o empleos p¨²blicos, pueden ser exitosas pero que hay un contexto clave que valorar. Seg¨²n ¨¦l, el potencial tur¨ªstico de cada sitio, su proximidad a n¨²cleos mayores e incluso el modelo econ¨®mico pueden influir en la potencial resurrecci¨®n de esos pueblos. Asimismo, los consistorios que apuesten por impulsar sus ¡°caracter¨ªsticas singulares¡±, como patrimonio cultural, leyendas, legado hist¨®rico, gastronom¨ªa o turismo activo, tienen ¡°potencial para revertir la situaci¨®n¡±. Peores augurios corren, teme Del Rey, para los peor conectados o que no logren acertar con su nuevo motor.
El futuro al que intentan aferrarse, como asumen tambi¨¦n en Castilfr¨ªo (Soria, 27 habitantes), pasa por optimizar los recursos disponibles, entre ellos los de origen renovable. Este peque?o n¨²cleo ofrece cargadores de coches el¨¦ctricos y muestra placas fotovoltaicas en los tejados de edificios p¨²blicos, fuentes de energ¨ªa bajo cielos inmensos que han logrado abaratar notablemente las facturas y reinvertir ese gasto en mejores conexiones a la red y la mejora de las prestaciones.
Rafael Cuesta, de 74 a?os, ha tomado nota y ha incorporado unos paneles solares al vistoso tejado de su hogar de piedra. Este madrile?o canoso decidi¨® mudarse antes de la pandemia y la crisis sanitaria le afianz¨® en su decisi¨®n. La iniciativa, impulsada por el teniente de alcalde y diputado Tom¨¢s Cabez¨®n (PP), lo sedujo, y ahora muestra con orgullo las facturas de la luz, abaratadas por el astro rey. ¡°Esto es una delicia en todos los aspectos¡±, dice, se?alando la importancia de internet para seguir teletrabajando sin necesidad de ir siempre a la capital. Esa idea ha dado lugar a un proyecto piloto para que empleados de Red El¨¦ctrica teletrabajen desde esta ¡°comunidad energ¨¦tica rural¡±.
En Kuartango (?lava, 441 habitantes) hubo hace 150 a?os un balneario emblem¨¢tico, una inmensa infraestructura que tras cerrar acogi¨® a una orden salesiana hasta quedar abandonada hacia 1990. Entonces el apego social a ese lugar donde tanta gente hab¨ªa trabajado movi¨® los ¨¢nimos e impidi¨® su derrumbe, relata el regidor, Eduardo Fern¨¢ndez (PNV). As¨ª se impuls¨® la resurrecci¨®n de esos 5.000 metros cuadrados que hoy acogen una sidrer¨ªa, una conservera, espacios de coworking y futuras viviendas sociales. Fern¨¢ndez celebra el ¡°empleo y visibilidad¡± que ha tra¨ªdo este renovado espacio y explica que poco a poco se han ido restaurando partes del inmueble, lo cual a su vez genera trabajo y m¨¢s residentes.
Un futuro inquilino de esas enormes salas se llama Iv¨¢n del Caz, que gestiona un coworking rural para ¡°generar laboratorios de ideas¡± que redunden en el entorno. Tambi¨¦n est¨¢ ¡°encantada¡± Zuri?e Vigalondo, al frente de la conservera. ¡°Es un plan muy chulo¡±, aplaude, y recomienda que otros pueblos con viejos edificios in¨²tiles se animen a rehabilitarlos. El objetivo es sortear la cornada de la despoblaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.