Los migrantes cumplen un a?o hacinados en Canarias
Adultos y menores contin¨²an bajo custodia policial en unas naves que carecen de condiciones de higiene
¡°Todo el mundo en Lanzarote conoce la nave de los migrantes. Con que le digas eso al taxista, llega¡±, advierte la recepcionista de un hotel en Costa Teguise. La nave en cuesti¨®n es una construcci¨®n aislada en mitad de un desierto de tierra, pero, llena de furgones policiales, llama la atenci¨®n de cualquiera desde la carretera. Lo que hay dentro, sin embargo, solo lo ven unos pocos, entre polic¨ªas, personal m¨¦dico, abogados y miembros de ONG. All¨ª se hacinan cientos de personas llegadas en patera, sin ventilaci¨®n, ni duchas. Y, dependiendo de la ocupaci¨®n, sin camas para todos. La comida, fr¨ªa, no es suficiente y, seg¨²n el plato, provoca gestos de asco hasta de los agentes que la reparten. ¡°La ensalada de pasta es la m¨¢s famosa, tiene un liquidito que nadie sabe lo que es. Le doy esa comida a mi perro y no se la come¡±, describe uno de ellos.
En la puerta, un grifo a la altura de la cadera ofrece el ¨²nico chorro de agua corriente para asearse. El agua encharca el patio y llega hasta la carretera. Por las ma?anas, los hombres hacen cola para lavarse. Las mujeres, m¨¢s pudorosas, llenan garrafas de cinco litros y se esconden tras una hilera de ba?os qu¨ªmicos que apestan a orina en un lateral. A resguardo, lavan a sus cr¨ªos, se enjabonan desde la cara hasta las partes ¨ªntimas y se cepillan los dientes. Ya fue peor cuando los ba?os qu¨ªmicos estaban dentro y, seg¨²n una de las personas que frecuenta el lugar, ¡°las heces rezumaban por fuera de las cabinas¡±. Un v¨ªdeo que circul¨® por redes sociales lo demuestra.
Un a?o despu¨¦s del pico de llegadas que mantiene al archipi¨¦lago canario como una de las principales v¨ªas de entrada irregular a Europa, el Ministerio del Interior sigue recurriendo a esos espacios precarios para la primera recepci¨®n de los migrantes.
Las naves, utilizadas para concentrar personas llegadas en patera en diferentes fases y distintas islas, ya fueron un recurso de emergencia habitual en 2020, aunque se iban cerrando seg¨²n se hac¨ªan p¨²blicas sus penosas condiciones. La misma nave que ahora usa la Polic¨ªa en Lanzarote fue un centro de acogida para cuarentenas y acab¨® clausurado tras la visita del Defensor del Pueblo el pasado mes de noviembre. Otra de esas naves en el puerto de Las Palmas, usada tambi¨¦n para labores policiales, acab¨® igualmente cerrada despu¨¦s de que el Defensor denunciase que los reci¨¦n llegados no ten¨ªan ni papel higi¨¦nico. Mucho menos jab¨®n.
Las instalaciones policiales han mejorado considerablemente en Gran Canaria, principal puerto de desembarco, pero no en Lanzarote ni en Fuerteventura, dos islas que concentran este a?o cerca del 40% de las m¨¢s de 15.000 llegadas a Canarias.
Las naves ejercen de comisar¨ªa, donde se identifica a todos los migrantes y se les notifica sus ¨®rdenes de devoluci¨®n. En ellas tambi¨¦n reciben una precaria asistencia letrada. En el caso de Lanzarote, dos sindicatos policiales coinciden: ¡°Carece de los est¨¢ndares m¨ªnimos para la prestaci¨®n del servicio policial, as¨ª como de habitabilidad¡±. En Fuerteventura hay una en el puerto, que no ha provocado excesivas quejas, pero en cuanto se llena (hay solo 100 plazas), los migrantes son trasladados a otra en un pol¨ªgono industrial que tampoco tiene ventilaci¨®n, ni m¨ªnimas condiciones.
Los migrantes, por ley, no deben pasar all¨ª detenidos m¨¢s de 72 horas. En Fuerteventura, fuentes policiales aseguran que en dos d¨ªas suelen marcharse, pero en la nave de Lanzarote, donde se han llegado a juntar m¨¢s de 500 personas, ha habido grupos que superan habitualmente ese plazo. Una parte de los ocupantes de una patera en concreto pasaron casi 10 d¨ªas encerrados, aseguran quienes frecuentan el lugar.
La maquinaria sigue sin terminar de engrasarse. Aunque la Polic¨ªa realice sus tr¨¢mites en menos de tres d¨ªas, si la Consejer¨ªa de Salud canaria no se hace cargo en seguida de la cuarentena de los positivos de covid y los contactos estrechos, all¨ª se quedan. Hombres, mujeres y ni?os. Positivos y negativos. Es imposible garantizar un aislamiento. Lo mismo ocurre si la Secretar¨ªa de Estado de Migraciones no traslada con rapidez al resto a sus centros de acogida.
En Lanzarote la multitud permanece separada por pal¨¦s y una cinta de polic¨ªa que pretende, sin ning¨²n ¨¦xito, separar a los miembros de cada patera para evitar contagios. ¡°Es dif¨ªcil estar aqu¨ª. La comida no es buena, no hay ducha¡±, cuenta Ismael, un joven marfile?o de 22 a?os, a trav¨¦s de la valla que lo separa del exterior. Llevaba ya tres d¨ªas all¨ª.
Las p¨¦simas condiciones en las que permanecen detenidos son iguales para hombres y mujeres y ni?os, los perfiles m¨¢s vulnerables, que permanecen todos juntos sin ninguna privacidad. El pasado mi¨¦rcoles, los agentes tuvieron que llamar a una ambulancia para llevarse a una mujer embarazada de nueve meses que se quejaba de dolores, mientras los m¨¢s peque?os buscaban entretenimiento con algunos juguetes y quien quiera que les prestase algo de atenci¨®n. Esta semana hab¨ªa solo tres biberones para una decena de ni?os y los agentes acaban siendo los encargados de preparar y calentar las f¨®rmulas. ¡°No es un lugar adecuado para nadie, pero lo que m¨¢s me duele es ver a los ni?os aqu¨ª. No puede ser que no haya otro sitio¡±, lamenta uno de los polic¨ªas encargado de su custodia.
La presencia de ni?os y beb¨¦s es tambi¨¦n habitual en la nave del pol¨ªgono de Fuerteventura. En la puerta, bloqueada con dos vallas de pl¨¢stico azules, dos ni?os de unos dos a?os asomaban la cabeza el pasado jueves en busca de los polic¨ªas. Hab¨ªan llegado esa madrugada junto a un centenar de personas que viajaban en dos neum¨¢ticas y, menos ellos, todos dorm¨ªan desfallecidos. A uno de los agentes, con el bolsillo lleno de piruletas, le ped¨ªan que les hinchase un guante quir¨²rgico para convertirlo en globo. A cambio, le ofrec¨ªan las galletas que tienen por desayuno.
La Comisi¨®n Europea entreg¨® a principios de a?o 13,5 millones de euros al Ministerio del Interior para que, precisamente, tuviese estructuras adecuadas para la labor policial e instalase los llamados Centros de Atenci¨®n Temporal de Extranjeros (CATE). El dinero, por una parte, estaba destinado a adecuar el campamento de Barranco Seco en Gran Canaria, que s¨ª ha pasado de ser un pu?ado de tiendas de campa?a a convertirse en un terreno con suelo de hormig¨®n lleno de casetas con ventanas, ba?os, duchas y un comedor pendiente de apertura. El resto de los fondos deb¨ªa financiar dos CATE m¨®viles que pudiesen instalarse seg¨²n la intensidad de llegadas en cualquier isla. Lanzarote y Fuerteventura eran las elegidas, pero ninguno de los dos est¨¢ en funcionamiento todav¨ªa en pleno pico de desembarcos.
A veces no hay hoteles de 5 estrellas. A veces no llegan y se mueren. A veces les hacinamos y deshumanizamos. Y ellos/as no se quejan. Pero ahora tanto las personas migrantes como trabajadores no aguantan m¨¢s.Esto es insostenible e insalubre.?Lugar? Nave de Arrecife, Lanzarote. pic.twitter.com/WDtRKXwnm7
— Loueila (@Lalailmo) September 29, 2021
Uno de los obst¨¢culos para cumplir con lo planeado, seg¨²n fuentes de Interior, ha sido la cesi¨®n de espacios. Como ya ocurri¨® el a?o pasado, Defensa, cabildos y ayuntamientos se ponen de perfil a la hora de prestar sus terrenos. Nadie quiere campamentos de inmigrantes en sus parcelas. Con el tiempo apremiando ante la inminente temporada alta de llegadas que acaba de comenzar, Interior logr¨® que la Autoridad Portuaria cediese un terreno anexo a la comisar¨ªa de Arrecife, en Lanzarote. Pero el montaje de las carpas compradas con el dinero europeo ha puesto de u?as al Ayuntamiento, gobernado por del PP, con el apoyo del PSOE y Somos-Nueva Canarias. Amenaza con levantarlo.
La corporaci¨®n local no esconde que no quiere ese uso en pleno centro de la ciudad, pero argumenta que adem¨¢s es ilegal, que solo se ha iniciado el expediente de cesi¨®n y que su tramitaci¨®n definitiva puede llevar dos a?os. Tambi¨¦n que carece de plan de emergencia y que es un terreno sin canalizaciones, ni desag¨¹es y tiene riesgo de inundaci¨®n por aguas fecales cuando llueve. En este l¨ªo administrativo, Interior y la Autoridad Portuaria dan por v¨¢lida ya la cesi¨®n y las carpas est¨¢n pr¨¢cticamente listas. La apertura, al menos antes de la amenaza municipal, era inminente, aunque su capacidad no supera las 200 plazas y no evitar¨¢ el uso de la nave cuando se acumulen las llegadas.
En Fuerteventura el plan era construir el CATE en un terreno militar donde se habilita tambi¨¦n un Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) y donde opera un centro de acogida de Migraciones, pero las obras no permiten montar los dos espacios a la vez. La soluci¨®n, una vez m¨¢s, ser¨¢ acondicionar una nave que serv¨ªa para fabricar quesos para unas 250 personas. Este espacio tambi¨¦n acab¨® clausurado cuando serv¨ªa de centro de cuarentenas tras una visita del Defensor del Pueblo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.