Enrique Arnaldo, un mu?idor en la sombra ligado al PP
El Gobierno acept¨® al pol¨¦mico letrado para asegurar el giro hacia una mayor¨ªa progresista del Constitucional en junio y solo presion¨® para meter a una mujer
Enrique Arnaldo es un tejedor de contactos y un mu?idor de influencias. Lo ha sido al menos desde que se sac¨® en 1986 la oposici¨®n a letrado de las Cortes. Y en esa malla sin fin de conexiones, desarrollada durante 35 a?os siempre en los aleda?os jur¨ªdicos del poder, han ca¨ªdo todo tipo de personajes de relevancia pol¨ªtica, pero, sobre todo, dirigentes de gobiernos del PP, tanto nacionales como auton¨®micos o locales. Esa heterodoxa carrera de intereses, en la que Arnaldo ha llegado a probar incluso cameos en series televisivas, ha culminado con ¨¦xito esta semana con su pol¨¦mica designaci¨®n como nuevo magistrado del Tribunal Constitucional, tras un cuestionado acuerdo entre el PSOE, PP y Unidas Podemos. El Gobierno ha transigido porque espera un bien mayor para sus intereses: dar un giro progresista al Constitucional en junio y atrapar en sus contradicciones al PP para forzar la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Arnaldo ha sido un elemento clave en las maniobras jur¨ªdicas de los populares, asegura con la garant¨ªa del anonimato un compa?ero de oposici¨®n como letrado que le conoce desde hace d¨¦cadas. En su nuevo cargo, cobrar¨¢ entre 140.000 y 150.000 euros anuales, pero tendr¨¢ muchos m¨¢s problemas de compatibilidades de los que ha sufrido hasta ahora ¡ªninguno¡ª y corre el riesgo de acabar recusado por muchas de sus actuaciones pasadas.
El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos ha digerido esta pasada semana en el Congreso ¡°el sapo¡± de ratificar la candidatura de Hernando no sin fuertes tensiones y problemas internos, pero se ha conjurado para cumplir la palabra dada en el pacto al PP porque tiene un objetivo mucho m¨¢s trascendente a medio plazo, seg¨²n comentan fuentes del m¨¢ximo nivel del Ejecutivo. ¡°Renovar el Tribunal Constitucional es bueno para el Gobierno en todo caso y m¨¢s que lo ser¨¢¡±, especifica un miembro del Gabinete para justificar el voto afirmativo en el pleno del Congreso a Arnaldo y a la otra candidata impulsada por el PP, Concepci¨®n Espejel, sin que eso cambie por ahora la orientaci¨®n conservadora mayoritaria en el Constitucional ni desatasque el CGPJ.
El Ejecutivo tiene la vista puesta, por un lado, en junio, cuando toca renovar a otros dos componentes del Constitucional y esa cuota le corresponder¨¢ en exclusiva al propio Gobierno. Con la renovaci¨®n ahora pactada, el tribunal contar¨¢ transitoriamente con 11 magistrados, a la espera de la reincorporaci¨®n de Alfredo Montoya, ausente por una grave enfermedad. Cuando el tribunal vuelva a estar al completo, con sus 12 componentes, el sector conservador mantendr¨¢ su actual mayor¨ªa de siete a cinco, pero por unos meses. La otra meta que el Ejecutivo considera alcanzada tras imponer el PP a Arnaldo es haber desmontado el argumento de Pablo Casado y su equipo para vetar desde hace casi 1.100 d¨ªas la renovaci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces con la idea de que hay que ¡°despolitizar la justicia¡±.
Ministros, miembros de las direcciones y decenas de diputados del PSOE y Unidas Podemos que refrendaron el jueves, con evidente desagrado, la votaci¨®n en el pleno en la que Arnaldo fue convalidado por 232 votos y apenas seis deserciones entre los grupos del Gobierno, obviaron lo m¨¢ximo que pudieron el coste personal y pol¨ªtico que les supon¨ªa respaldar esa propuesta. Priorizaron el inicio de un camino para variar el sesgo pol¨ªtico que achacan a las principales instituciones judiciales del pa¨ªs. Unidas Podemos intent¨® presionar in extremis a los interlocutores del Gobierno para que requirieran al PP un cambio de candidato por alguien tambi¨¦n pr¨®ximo a ese partido pero menos controvertido. No fue posible.
El PP impuso a Arnaldo desde el principio de la negociaci¨®n. Cuando emprendieron los contactos, el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, y el secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, los populares llevaron en su terna de aspirantes a Arnaldo y a otros dos juristas masculinos. Las discusiones se centraron precisamente en el perfil ideol¨®gico de Arnaldo y en el de Ram¨®n S¨¢ez, propuesto por el Ejecutivo y del que los populares recelaban por considerarlo pr¨®ximo a Podemos. El Gobierno solo logr¨® al final que el PP incluyera entre sus dos candidatos a una mujer, en este caso Espejel, que para muchos dirigentes socialistas y de Podemos ¡°es m¨¢s dura y complicada de digerir que Arnaldo¡±.
El foco de la pol¨¦mica se concentr¨® m¨¢s en Arnaldo por su perfil y trayectoria, tanto ideol¨®gica como profesional, y por sus lazos y contratos como asesor con gobiernos y administraciones del PP, en algunos casos incumpliendo obligaciones marcadas como incompatibles en el estatuto del personal de las Cortes. Su figura, adem¨¢s, se relaciona hasta en el propio PP al m¨¢s alto nivel con el l¨ªder, Pablo Casado.
La direcci¨®n de los populares no ha podido confirmar, tras requerirlo este diario en varios niveles de la organizaci¨®n, si Arnaldo asesor¨® al PP como experto externo, mientras ejerc¨ªa tambi¨¦n de letrado del Congreso, en la elaboraci¨®n de recursos que los populares presentaron precisamente en el Constitucional contra leyes de este Gobierno. Otras fuentes de ese partido, sin embargo, lo afirman desde hace semanas. Y aseguran que Arnaldo particip¨® en reuniones de un equipo jur¨ªdico montado por Garc¨ªa Egea en la sede del partido para dise?ar estrategias a seguir en el Constitucional. Ese grupo estaba formado por el consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique L¨®pez (juez, amigo y gran defensor de Arnaldo), y los parlamentarios Fernando de Rosa, Isabel Borrego y Luis Santamar¨ªa.
La fijaci¨®n de Casado con Arnaldo la apreci¨® ya la anterior portavoz del PP en el Congreso, Cayetana ?lvarez de Toledo, cuando, a primeros de agosto de 2020, acudi¨® al despacho del l¨ªder popular antes de dimitir por las constantes injerencias de Egea. ?lvarez de Toledo se encontr¨® con que Casado le preguntaba cu¨¢l ser¨ªa su voto ante los Presupuestos del Estado que preparaba el Gobierno y si aceptar¨ªa los nombres ya pactados entonces para cambiar el Poder Judicial y el Constitucional, entre los que ya figuraba Arnaldo en el cupo apalabrado por el PP.
La conexi¨®n de Casado y Arnaldo m¨¢s evidente se acrecent¨® durante el episodio del cuestionado m¨¢ster expr¨¦s del dirigente del PP en la Universidad Rey Juan Carlos, dependiente de la Comunidad de Madrid. El director de aquel m¨¢ster, Enrique ?lvarez Conde, era otro de los grandes amigos de Arnaldo, con el que fragu¨® colaboraciones en su ¨¦poca de responsable del Instituto Nacional de Administraci¨®n P¨²blica (INAP), entre 1996 y 1999. Arnaldo ha sido hasta hace poco catedr¨¢tico de Derecho Constitucional en esa universidad p¨²blica y al mismo tiempo, como revel¨® El Confidencial, daba clases en el Colegio Universitario Cardenal Cisneros, privado, otra compatibilidad prohibida legalmente pero que el afectado sostiene que aval¨® el anterior rector del centro p¨²blico, Pedro Gonz¨¢lez-Trevijano, amigo y cliente de Arnaldo y ahora aspirante a presidir el Constitucional.
En el Cardenal Cisneros, donde Casado aprob¨® 12 asignaturas en cuatro meses para acabar la carrera de Derecho, trabajan varios abogados socios de los dos despachos (Estudios Jur¨ªdicos y Procesales y Estudios Jur¨ªdicos Balbuena) que ha utilizado estos a?os Arnaldo para ofrecer asesor¨ªas a Administraciones, compa?¨ªas y al propio PP. No as¨ª para sus colaboraciones espor¨¢dicas como actor aficionado en varias series televisivas. Arnaldo fue el cura que cas¨® a Amelia y Oriol en el primer cap¨ªtulo de Dime qui¨¦n soy, la adaptaci¨®n de la novela de Julia Navarro, una de sus amigas periodistas del aquel Congreso de la Transici¨®n.
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