Atrapado a los 46 a?os en un centro de menores de Canarias
El colapso del sistema de protecci¨®n por la llegada de pateras lleva a cientos de adultos a espacios destinados a los ni?os
Suena uno de los m¨®viles en el centro de menores de El Hierro, la ¨²ltima isla canaria en la que desembarcan los cayucos antes de perderse en el oc¨¦ano. Esta vez, por suerte, no les han cortado el wifi. Mamadou, el nombre ficticio de un maliense de 20 a?os, es uno de los chicos que se ha ofrecido a contar lo que sucede ah¨ª dentro. Comienza la videollamada. Explica que solo tiene un calzoncillo que debe lavar cada d¨ªa en la ducha, que apenas salen a la calle y que la rutina en la residencia ¡ªdormir, comer, clases de espa?ol, comer, dormir¡ª le asfixia. Que les castigan sin internet o sin salir de su habitaci¨®n si se portan mal. Pero su principal denuncia es otra: ¡°Estamos en un centro de menores y aqu¨ª somos casi todos adultos¡±.
Mamadou menciona a Karamokho Cissokho, un agricultor senegal¨¦s que representa el ejemplo del absurdo, aunque no es el ¨²nico. Los chavales lo arrastran hacia la c¨¢mara.
¡ªM¨ªreme, se?ora, ?usted cree que soy menor de edad?
En la pantalla se ve a un hombre delgado, de 1,70, con poco pelo y barba. No tiene muchas arrugas, pero es, claramente, un se?or. En su ficha se dice que tiene 17 a?os, pero, seg¨²n consta en la foto del documento de identidad enviada a EL PA?S, tiene 46. Cissokho, que dej¨® en Senegal dos mujeres y cuatro hijos, vive en ese centro de menores desde octubre.
Fue ¨¦l quien dijo que era menor de edad al desembarcar. Despu¨¦s de seis d¨ªas en un cayuco sin comer, asegura que estaba cansado y confundido, pero que al llegar al centro advirti¨® hasta cuatro veces a sus responsables de que era demasiado mayor para estar ah¨ª. ¡°Ense?¨¦ la foto de mi documentaci¨®n y nada. Me es imposible quedarme aqu¨ª, tengo familia a la que alimentar¡±, reclama.
Pero Cissokho ah¨ª sigue. ?l y otros dos hombres que rondan los 30 a?os, uno de ellos con una barba que le ocupa media cara. Casi todos los dem¨¢s, aunque m¨¢s j¨®venes, tambi¨¦n son adultos. Los menores ahora rondan los 17 a?os, aunque en ese centro ya han convivido con ni?os en torno a los 14. De los 55 residentes actuales, 40 se han declarado mayores de edad, seg¨²n los chicos y personal t¨¦cnico. Se ven encerrados en un centro de una isla peque?a donde no tienen nada que hacer. Quieren que los trasladen a Tenerife, o adonde sea. Quieren vivir como adultos. ¡°Aqu¨ª ni queremos salir a la calle porque tenemos un monitor dici¨¦ndonos que no podemos hacer esto y lo otro, no nos dejan hablar con nadie. Nos tratan como ni?os¡±, se queja Mamadou.
La directora general de Infancia, Iratxe Serrano, reconoce el problema: ¡°Las entidades son muy competentes para trabajar con ni?os, pero no con un nivel tan importante de mayores. El estado tendr¨ªa que implicarse m¨¢s y, ante la duda de que sea mayor, deber¨ªa asumirlo. Son cientos de personas en los ¨²ltimos a?os de las que no nos podemos ocupar¡±.
En alg¨²n momento, algunos creyeron que decir que eran menores les beneficiar¨ªa, por estar m¨¢s cuidados, para no ser expulsados o para gestionar su documentaci¨®n. Otros ni siquiera sab¨ªan lo que dec¨ªan cuando desembarcaron deshidratados. Y, en muchos otros casos, el propio sistema de llegada, centrado ¨²nicamente en dar ropa y comida y la identificaci¨®n policial, favorece la confusi¨®n. Se hacen filas y se separa a gente sin la seguridad de que unos y otros se entiendan. Pasa en El Hierro y en cualquier costa.
Los chicos de El Hierro podr¨ªan escaparse del centro, pero sin su documentaci¨®n f¨ªsica no pueden salir de la isla, necesitan la mediaci¨®n de las autoridades para su traslado y la entrada, si se diese el caso, en un centro de mayores. Y para eso, seg¨²n personal t¨¦cnico de la Direcci¨®n General del Menor, todos tienen ahora que esperar a que salgan los resultados de las pruebas de determinaci¨®n de la edad, que van con retraso. Todav¨ªa hay 1.282 menores en Canarias pendientes de hacerse esos ex¨¢menes forenses o su resultado. La fiscal de Extranjer¨ªa de Tenerife, Carolina Barrio, responsable de las incidencias en el El Hierro, se limita a asegurar que la situaci¨®n est¨¢ en v¨ªas de soluci¨®n y que tuvo conocimiento del caso hace pocos d¨ªas.
La presencia de mayores de edad en los centros de menores de Canarias ¡ªas¨ª como la entrada de ni?os en los centros de adultos¡ª es una de las deficiencias que se agudiz¨® en 2020 cuando comenz¨® a aumentar la llegada de pateras y cayucos. El sistema, desbordado, falla en este y otros muchos aspectos como el hacinamiento, la escolarizaci¨®n, la tramitaci¨®n de permisos de residencia o las dificultades para pedir asilo, como advierte el Defensor del Pueblo en una respuesta a la queja de un particular. El ejemplo del centro de El Hierro, que el Defensor visit¨® en noviembre, parece una caricatura y es, seg¨²n fuentes del Gobierno canario, donde hay un mayor porcentaje de mayores, pero a lo largo de los dos ¨²ltimos a?os se han repetido casos en todas las islas. Suele haber problemas de convivencia, adem¨¢s del riesgo, que el sistema ha acabado asumiendo, de que los ni?os vivan con adultos. Desde el punto de vista m¨¢s pr¨¢ctico, adem¨¢s, los adultos est¨¢n ocupando plazas que est¨¢n faltando para los menores.
Fallos en cadena
El problema comienza nada m¨¢s desembarcar. La Polic¨ªa Nacional que identifica a cada uno de los reci¨¦n llegados les separa por su edad. M¨¢s all¨¢ de los que dicen la verdad y son menores ¡ªque son la mayor¨ªa, seg¨²n las memorias de la Fiscal¨ªa¡ª, hay tambi¨¦n ni?os que declaran que son adultos para, por ejemplo, poder salir m¨¢s r¨¢pido de las islas y ponerse a trabajar. Y hay mayores que, por miedo a ser expulsados, entre otras cosas, mantienen que son adolescentes. Los agentes acaban actuando como m¨¢quinas y no importa que el que dice ser un menor tenga una barba hasta el pecho o que un ni?o de 14 a?os mantenga que tiene 20. Les vale su palabra. En teor¨ªa, cuando se topan con un caso que no les cuadre, en un sentido o en otro, deber¨ªan informar a la Fiscal¨ªa, pero, en la pr¨¢ctica, seg¨²n diversas fuentes vinculadas a la protecci¨®n de menores y de la propia polic¨ªa, no lo hacen.
Al llegar al centro de menores, sus responsables tambi¨¦n deber¨ªan informar a la Fiscal¨ªa de la presencia de personas indubitablemente mayores de edad. Los fiscales se?alan que falta diligencia y celeridad a la hora de informarles de estos casos para actuar, pero la Direcci¨®n General de Infancia lo niega. Mantiene que los centros tienen instrucciones para alertar a la Fiscal¨ªa y que han sido cientos de comunicaciones que no reciben respuesta al ritmo deseado.
Cuando el caso llega por fin a la Fiscal¨ªa, se convoca al supuesto adulto a una audiencia para indagar sus circunstancias, pedir documentaci¨®n y decretar su mayor¨ªa de edad si as¨ª lo considera, seg¨²n explica la fiscal de Extranjer¨ªa de la provincia de Las Palmas, Teseida Garc¨ªa. Pero otro problema es que a esa altura los interesados ya se han sometido a las pruebas de determinaci¨®n de la edad y lo habitual es que se aguarde el resultado antes de sacarlos de los centros. Las pruebas, en cualquier caso, son criticadas por la comunidad cient¨ªfica por sus amplios m¨¢rgenes de error.
En 2021, la Fiscal¨ªa de Las Palmas, la que m¨¢s trabajo ha tenido los dos ¨²ltimos a?os con este asunto, resolvi¨® 582 expedientes de los 1.388 abiertos. Se decretaron 242 mayor¨ªas de edad y se declar¨® menor a 238 ni?os y adolescentes, seg¨²n sus propios datos. 91 procesos se archivaron por la fuga del interesado.
A toda esta secuencia, se suma que faltan inspecciones peri¨®dicas de la Fiscal¨ªa de menores en los centros, seg¨²n las fuentes consultadas.
En Unicef, que reivindica desde hace a?os una pol¨ªtica de gesti¨®n de la infancia migrante liderada desde el Estado, mantienen: ¡°Esta es una de las consecuencias de un sistema que falla en su conjunto, que est¨¢ infradotado y descoordinado. Y en momentos de crisis es mucho m¨¢s evidente¡±. La soluci¨®n, advierte Sara Collantes, especialista en migraciones de la organizaci¨®n, no puede pasar por ignorar la presunci¨®n de minor¨ªa de edad que declaran los reci¨¦n llegados, sino por fortalecer el sistema. ¡°Eso supone, por ejemplo, reforzar a la Fiscal¨ªa o tener personal especializado en infancia en la llegada a costa¡±.
El centro de El Hierro se abri¨® ante la llegada de m¨¢s pateras y el colapso del sistema en el resto de islas. La situaci¨®n de la red de protecci¨®n en Canarias est¨¢ al l¨ªmite y acoge ya 2.819 chavales, un r¨¦cord. Los centros del archipi¨¦lago contin¨²an rigi¨¦ndose por un decreto de diciembre de 2020, una norma que permite habilitar espacios en lugares como un polideportivo, que ampl¨ªa el n¨²mero de ni?os atendidos en cada centro y rebaja las exigencias para atenderlos como el ratio de personal. Era una norma de emergencia, pero m¨¢s de un a?o despu¨¦s es la normalidad. La directora general de Infancia, Iratxe Serrano, lanz¨® esta semana su en¨¦simo grito de auxilio: ¡°El pr¨®ximo ni?o que llegue tendr¨¢ que quedarse en comisar¨ªa¡±. ¡°No depende de m¨ª esa decisi¨®n, pero es que no sabemos d¨®nde meterlos, el desborde es absoluto¡±, dice Serrano a EL PA?S: ¡°Necesitamos auxilio, ayuda inmediata, con un mecanismo estable y ¨¢gil de reparto. Necesitamos medios t¨¦cnicos, humanos y materiales. No podemos m¨¢s¡±.
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