Senegal recuerda a sus migrantes muertos en el aniversario de los sucesos del Tarajal

El joven senegal¨¦s Babacar Diouf pas¨® cuatro a?os dando tumbos entre Marruecos, Argelia, Libia y T¨²nez con la mirada puesta en Europa. ¡°Viv¨ª momentos terribles, durmiendo en la calle o en los bosques, en prisi¨®n, pidiendo para comer. Nuestros hermanos africanos sufren lo indescriptible¡±, asegura. El pasado s¨¢bado acudi¨® a la emblem¨¢tica isla de los esclavos de Gor¨¦e, en Dakar, para denunciar la brutalidad de las pol¨ªticas de fronteras que cierran el paso a j¨®venes como ¨¦l. All¨ª se celebr¨® un homenaje a las v¨ªctimas de las migraciones coincidiendo con el octavo aniversario de la muerte de 15 j¨®venes cuando trataban de entrar en Ceuta a trav¨¦s de la playa de Tarajal mientras la Guardia Civil les disparaba pelotas de goma.

Por primera vez en Senegal, medio centenar de colectivos de la sociedad civil se reunieron para conmemorar los sucesos de la frontera ceut¨ª, grabados a fuego en la memoria colectiva de los migrantes. El lugar escogido por Boza Fii, la asociaci¨®n que organiz¨® el homenaje, no pod¨ªa ser m¨¢s simb¨®lico: la plaza del Memorial de Gor¨¦e que recuerda a los millones de esclavos africanos que fueron embarcados a la fuerza rumbo a Am¨¦rica durante m¨¢s de tres siglos. ¡°Nuestros ancestros resistieron de todas las formas posibles a aquella brutalidad. Hoy son las pol¨ªticas europeas las que nos matan, tenemos la obligaci¨®n de resistir y denunciar¡±, asegura Saliou Diouf, representante de Boza Fii.

Bajo un sol inclemente, el activista Ndiaga Diallo recordaba que ¡°el oc¨¦ano se ha convertido en un cementerio, y eso es culpa de un sistema desigual y violento¡±. M¨¢s de 1.200 personas fallecieron en 2021 tratando de entrar en Espa?a desde el continente africano, muchos de ellos senegaleses, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones. La ONG Caminando Fronteras eleva esta cifra a 4.404 personas entre muertos y desaparecidos. ¡°Cuando los europeos se desplazan por ?frica no necesitan visado o les resulta muy sencillo conseguirlo, pero a nosotros se nos proh¨ªbe la movilidad. ?Qu¨¦ significa eso de emigraci¨®n clandestina o irregular? Eso son textos que han escrito los hombres, no significan nada¡±, a?ade el responsable de Boza Fii.

Moustapha Diouf, de la Asociaci¨®n de Repatriados de Thiaroye sur Mer, repite dos palabras: ¡°Estamos cansados¡±. Solo en su peque?o barrio a las afueras de Dakar han desaparecido m¨¢s de 300 j¨®venes en el mar o tragados por las arenas del desierto desde 2006. ¡°Las pol¨ªticas europeas y las de los gobiernos africanos est¨¢n detr¨¢s de esas muertes. La pesca, por ejemplo: vienen todos esos barcos espa?oles o chinos y esquilman nuestras aguas. ?Qu¨¦ vamos a hacer?, ?quedarnos de brazos cruzados?¡±, pregunta. Boza Fii trabaja para hacer un censo de fallecidos y honrar su memoria.

Bajo una carpa, una gran pancarta recordaba todos los naufragios de los ¨²ltimos a?os. La lista parec¨ªa interminable. El acto conmemorativo concluy¨® con una ofrenda floral en el Atl¨¢ntico, en la peque?a playa de Gor¨¦e, la misma que vio zarpar durante 300 a?os a los barcos cargados de esclavos rumbo al Nuevo Mundo. ¡°Cada uno de nosotros conoce a un padre o a una madre que ha metido a su hijo en un cayuco, esos que en Espa?a llaman luego menores no acompa?ados. El trabajo empieza en la educaci¨®n, la escuela debe implicarse para alertar de los riesgos de un viaje mortal¡±, aseguraba Samba Ba, de la ONG Di¨¢spora, Desarrollo, Educaci¨®n y Migraci¨®n (Diadem).

¡°Migrar para vivir, no para morir. Ni olvido, ni perd¨®n; verdad, justicia y reparaci¨®n. Hacemos una promesa, la de no olvidar a quienes han muerto y luchar contra las fronteras que los han matado¡±. Bajo este lema registrado en un cartel que dominaba el improvisado escenario, los miembros de colectivos de la sociedad civil senegalesa fueron desfilando para pedir v¨ªas legales y seguras para las migraciones hacia Europa y el fin de lo que llamaron pol¨ªticas represivas y mort¨ªferas. El actor Pape Sidi Sy, de la compa?¨ªa Teatro Forum de Thiaroye, convirti¨® en arte esc¨¦nico esta reivindicaci¨®n. ¡°Se llevan nuestros recursos, el oro, los diamantes, el pescado. Pero no quieren a los africanos¡±, remataba Sy.