Casado, el hombre que perdi¨® todo en cinco d¨ªas por un error de c¨¢lculo
El l¨ªder del PP crey¨® que los barones le apoyar¨ªan contra Ayuso por el esc¨¢ndalo de su hermano, pero se qued¨® solo y preso de su debilidad ante ella


Pablo Casado a¨²n no puede entender lo que le ha pasado. Est¨¢ convencido de que no ha hecho nada malo. No puede comprender que entre el denunciante de un caso de supuesta corrupci¨®n ¡ª¨¦l¡ª y la denunciada ¡ªIsabel D¨ªaz Ayuso¡ª, todo el partido, y en especial los barones m¨¢s destacados, hayan optado por destituirlo a ¨¦l antes de pedirle explicaciones y responsabilidades a ella. En el entorno del presidente del partido, cada vez m¨¢s peque?o, est¨¢n desconcertados al ver que el esc¨¢ndalo de posible tr¨¢fico de influencias del hermano de la presidenta ¡ªa pesar de que este martes la Fiscal¨ªa inici¨® una investigaci¨®n¡ª ha quedado totalmente en segundo plano frente a la descomunal presi¨®n para que dimita el l¨ªder. Lo nunca visto, una derrota por KO del denunciante frente al denunciado.
Casado estaba convencido de que podr¨ªa ganar la batalla definitiva contra la que fue su amiga, un invento pol¨ªtico suyo ¡ªnadie apostaba por ella en 2019¡ª. Hab¨ªa escuchado a todos los barones hablar mal de ella, especialmente durante la pandemia. Fuera de Madrid, Ayuso no ten¨ªa ning¨²n apoyo org¨¢nico. Y Casado cre¨ªa tener el arma nuclear para destruirla: el contrato opaco por el que su hermano se embols¨®, seg¨²n la informaci¨®n que maneja la direcci¨®n del PP, 286.000 euros por traer mascarillas de China.

Pero lo que no supo calcular Casado es su enorme debilidad interna, fraguada durante tres a?os de malos resultados que se remataron con el fiasco de Castilla y Le¨®n, donde no logr¨® ni de lejos el objetivo buscado de dar un golpe definitivo al PSOE y frenar a Vox.
El l¨ªder del PP y la presidenta de Madrid llevaron la situaci¨®n a un pulso final en el que solo pod¨ªa quedar uno. Casado siempre pens¨® que el partido apostar¨ªa por ¨¦l, dados los recelos que ella provocaba internamente, y que encima ¨¦l ten¨ªa de su parte el esc¨¢ndalo de las facturas. Pero lo que no supo ver el presidente del partido es que los barones concluyeron r¨¢pidamente que ¨¦l, desde su debilidad como un dirigente sin apoyo interno ni en la calle, no pod¨ªa ganar esa batalla.
Hab¨ªa que tomar una decisi¨®n dif¨ªcil. Y optaron por echar a Casado antes que respaldar una guerra contra Ayuso de ¨¦xito muy incierto, dado su enorme apoyo social y poder indiscutible como presidenta de la instituci¨®n m¨¢s potente en manos del PP. Un dirigente lo resume de una forma muy pragm¨¢tica: ¡°Hab¨ªa que elegir, y es mucho m¨¢s f¨¢cil destituir a un l¨ªder de la oposici¨®n sin poder que a una presidenta de la Comunidad de Madrid que acaba de arrasar en las elecciones¡±. Los barones optaron pues por dejar el esc¨¢ndalo en un segundo plano, aunque varios dirigentes se?alan que el asunto a¨²n tendr¨¢ recorrido y es posible que en el futuro le complique mucho la vida a Ayuso. Pero ahora hab¨ªa otra prioridad, que era salvar al PP de una guerra que Casado no pod¨ªa ganar.
Algunos veteranos recuerdan que Mariano Rajoy vivi¨® situaciones similares con Esperanza Aguirre, pero opt¨® por soluciones muy diferentes. Rajoy, enfrentado radicalmente a la entonces presidenta de Madrid, tambi¨¦n ten¨ªa dosieres, sobre todo de Ignacio Gonz¨¢lez, su mano derecha. En el entorno del presidente hab¨ªa algunos dirigentes que le animaban a dar la batalla definitiva contra Aguirre, montarle una gestora en el PP de Madrid y forzar su ca¨ªda como presidenta. Y Rajoy siempre les repet¨ªa lo mismo: ¡°?Y eso c¨®mo se hace?¡±. El entonces l¨ªder del PP, que ten¨ªa m¨¢s fuerza que Casado ahora, insist¨ªa en que Aguirre pod¨ªa enrocarse en Madrid y era muy dif¨ªcil convencer a todos los diputados del PP para que la destituyeran y nombraran a otro.
El plan suicida de Casado, que ha terminado por hundirle, implicaba necesariamente un final con Ayuso fuera del poder. Pero el problema segu¨ªa siendo el mismo que tuvo Rajoy: es casi imposible hacer eso, y m¨¢s con el apoyo popular de la presidenta madrile?a. Rajoy opt¨® por esperar y aguantar m¨¢s que Aguirre, que dimiti¨® mucho antes de que ¨¦l cayera, y tambi¨¦n esper¨® a Ignacio Gonz¨¢lez, al que vet¨® en 2015 como candidato. Eso s¨ª, mientras, hizo la vista gorda con las denuncias de corrupci¨®n que ya le llegaban.
Algunos veteranos en el PP tambi¨¦n recuerdan otro momento en el que el l¨ªder vivi¨® un enorme acoso medi¨¢tico y tambi¨¦n entre una parte de la militancia: el que se hizo contra Rajoy en 2008, cuando perdi¨® sus segundas elecciones. Entonces el presidente vio c¨®mo varios medios conservadores ped¨ªan su cabeza, como la de Casado ahora, y tambi¨¦n hubo alguna manifestaci¨®n en la puerta de la sede en la calle G¨¦nova. Pero Rajoy r¨¢pidamente llam¨® a los barones y vio que ten¨ªa su apoyo frente a Aguirre y los medios que estaban promoviendo su ca¨ªda, sobre todo del andaluz Javier Arenas y el valenciano Francisco Camps. Sin los dirigentes auton¨®micos, Casado ha tardado d¨ªas en quedarse completamente solo y sin posibilidades de resistir.
Otro gran drama pol¨ªtico espa?ol con el que se compara la situaci¨®n de Casado es la ca¨ªda de S¨¢nchez en 2016, cuando fue destituido despu¨¦s de un golpe de los barones y buena parte del entorno m¨¢s cercano del entonces secretario general del PSOE. S¨¢nchez, sin embargo, consigui¨® volver y lleg¨® a La Moncloa con un esp¨ªritu que describe en Manual de resistencia, su biograf¨ªa pol¨ªtica. El l¨ªder del PSOE no ten¨ªa a los barones, aliados contra ¨¦l, pero s¨ª algo a¨²n m¨¢s poderoso: la militancia.
Casado, que lleg¨® al poder sin ser el m¨¢s votado por las bases ¡ªaprovech¨® la divisi¨®n entre Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y Dolores de Cospedal¡ª estaba convencido hace semanas de que si Ayuso, a la que ¨¦l ve¨ªa como su aut¨¦ntica rival interna, le planteaba un pulso, ¨¦l podr¨ªa ganar sin problemas entre la militancia en un congreso. Pero su gesti¨®n de la crisis y su debilidad progresiva, adem¨¢s de una desastrosa gesti¨®n interna de su secretario general, peleado con casi todos, le ha ido alejando de la militancia. Sin barones ni bases, Casado no pod¨ªa aguantar mucho tiempo desde que los dirigentes m¨¢s relevantes, en especial Alberto N¨²?ez Feij¨®o, le soltaron la mano.
De momento, Ayuso y Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, su mano derecha, salen victoriosos del pulso interno contra Casado y Garc¨ªa Egea. Pero en el nuevo PP que surgir¨¢ a partir de ahora, Ayuso no llevar¨¢ la voz cantante. Ser¨¢n Feij¨®o y los barones moderados quienes tomar¨¢n el poder. De momento, ellos han decidido dejar de lado el caso del hermano de la presidenta madrile?a para centrarse en lo prioritario, que era echar a Casado. Pero algunos dirigentes creen que al caso Ayuso a¨²n le queda recorrido, y est¨¢n convencidos de que la debilitar¨¢ mucho m¨¢s de lo que ahora parece. El nuevo PP parece pasar por el sector moderado del partido, el que perdi¨® el congreso de 2018. Todo est¨¢ por reescribir. Pero pase lo que pase, ser¨¢ muy tarde para Casado.
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