S¨¢nchez no logra aplacar a ERC ante la crucial votaci¨®n del decreto econ¨®mico
El presidente defiende al CNI mientras Rufi¨¢n lo invita a que busque apoyo parlamentario en el PP
Gabriel Rufi¨¢n ni esper¨® a que terminase toda la ronda de preguntas a Margarita Robles en la sesi¨®n parlamentaria de control al Gobierno de este mi¨¦rcoles. El portavoz de ERC ya se mostraba notoriamente insatisfecho con la respuesta que le hab¨ªa dado antes el presidente, Pedro S¨¢nchez, sobre el supuesto espionaje a destacados personajes del independentismo. Y cuando entr¨® en escena la ministra de Defensa, interpelada sobre el mismo asunto por otros portavoces, con un tono mucho m¨¢s beligerante frente a la exigencia de explicaciones de los aliados del Gobierno, Rufi¨¢n se revolvi¨® en su esca?o con gestos de enojo, se levant¨® con cara muy seria, cogi¨® una carpeta y abandon¨® el hemiciclo.
La cita parlamentaria de este mi¨¦rcoles solo sirvi¨® para ahondar el repentino abismo abierto entre el Gobierno y sus hasta ahora socios principales por el esc¨¢ndalo del supuesto uso del programa esp¨ªa Pegasus para vigilar al independentismo. Se esperaba con expectaci¨®n escuchar por primera vez a S¨¢nchez hablar sobre el asunto, precisamente tras una pregunta de Rufi¨¢n. Los socialistas suger¨ªan entre l¨ªneas que el presidente podr¨ªa hacer alg¨²n anuncio relevante. Nada de nada.
El clima entre el Gobierno y sus aliados parlamentarios sali¨® peor a¨²n de lo que hab¨ªa entrado, a 24 horas de la decisiva votaci¨®n del decreto con medidas urgentes para paliar las consecuencias econ¨®micas de la guerra de Ucrania. Fuentes de La Moncloa se?alan que no se ha suspendido el viaje de S¨¢nchez a Moldavia y Polonia ¡ªprevisto para ma?ana¡ª y que est¨¢ pendiente de la votaci¨®n en el Congreso. En un primer momento hab¨ªa trascendido que la visita oficial se cancelaba, informa Carlos E. Cu¨¦.
Ante esa votaci¨®n, el portavoz de ERC ya se encarg¨® de agitar el espectro de lo sucedido con la reforma laboral, aprobada gracias al error en la votaci¨®n del diputado del PP Alberto Casero y entre el rechazo de casi toda la base parlamentaria habitual del Ejecutivo. Y Rufi¨¢n lo hizo en su tono m¨¢s sarc¨¢stico y desafiante: ¡°P¨ªdale el tel¨¦fono al se?or Casero¡±. As¨ª concluy¨® su r¨¦plica al presidente, despu¨¦s de haberlo invitado a buscar el apoyo del PP, ¡°que es de centro¡ de centro penitenciario¡±, se burl¨® entre las protestas de los esca?os populares.
S¨¢nchez ya preve¨ªa que su antagonista este mi¨¦rcoles no iba a ser nadie de la oposici¨®n, sino uno de sus m¨¢s estrechos aliados, y se arranc¨® con un lapsus que ¨¦l mismo calific¨® de ¡°imperdonable¡±: llam¨® a Rufi¨¢n ¡°se?or Abascal¡±. El portavoz de ERC se lo tom¨® con humor: ¡°Vale que me esp¨ªen, pero que me llame Abascal...¡±. Ni las risas que suscit¨® el lapsus presidencial ni los esfuerzos de S¨¢nchez por expresarse con todo el cuidado para no incomodar a su aliado tuvieron el menor efecto para acercar posiciones.
El presidente prometi¨® ¡°transparencia, objetividad y rendici¨®n de cuentas¡± ante las demandas independentistas. ¡°Todo lo que ha hecho el CNI ha sido acogi¨¦ndose escrupulosamente a la ley¡±, asegur¨®. No convenci¨® lo m¨¢s m¨ªnimo a Rufi¨¢n, y adem¨¢s dej¨® sin respuesta la pregunta con que este hab¨ªa arrancado: ¡°?Han ordenado ustedes el espionaje?¡±.
Frente a la dureza con que los independentistas exigen dimisiones por el esc¨¢ndalo y reclaman crear una comisi¨®n de investigaci¨®n, el Gobierno est¨¢ mostrando dos tonos. Uno, conciliador, fue el que esgrimieron S¨¢nchez y el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, quien se?al¨® que comparte la ¡°inquietud¡± de los supuestamente espiados. Y otro, muy diferente, combativo y retador, lo exhibi¨® la ministra de Defensa, quien tuvo que responder hasta a cuatro preguntas sobre el asunto.
Margarita Robles empez¨® suave en su reivindicaci¨®n del trabajo del CNI, en sus cr¨ªticas a que se d¨¦ por hecho el espionaje sin ¡°soporte probatorio¡± y en su insistencia en que la ley le impide ofrecer explicaciones p¨²blicas sobre el asunto. Poco a poco, fue subiendo el volumen y pas¨® a la ofensiva. Al comentar que las explicaciones oficiales se ofrecer¨¢n en la comisi¨®n de secretos oficiales, una vez que quede constituida en el Congreso, lanz¨®: ¡°All¨ª algunos de los que dan ahora lecciones tendr¨¢n que callarse al verse la actuaci¨®n que han tenido¡±. Y m¨¢s tarde justific¨® que se hubiesen podido interceptar las comunicaciones de los dirigentes implicados en el proc¨¦s: ¡±?Qu¨¦ ten¨ªa que hacer el Gobierno cuando alguien vulnera la legalidad, cuando declara la independencia, cuando realiza des¨®rdenes p¨²blicos...?¡±.
Lo que m¨¢s doli¨® a la ministra no fueron las cr¨ªticas de M¨ªriam Nogueras, de Junts, o de Mireia Veh¨ª, de la CUP. Lo que de verdad le golpe¨® fue la contundente intervenci¨®n del siempre medido Aitor Esteban, portavoz del PNV, quien la acus¨® de haberse convertido en una ¡°mera aplaudidora de las fuerzas de seguridad¡± y se pregunt¨®: ¡°?Qu¨¦ ha sido de aquella juez progresista?¡±. Esteban le recrimin¨® ¡°dejar indefenso al Parlamento¡± y ¡°da?ar la cacareada democracia plena espa?ola¡±.
La oposici¨®n asisti¨® al espect¨¢culo como el testigo que contempla las aflicciones ajenas, aunque metiendo baza de vez en cuando, sobre todo para criticar que se vaya a incluir a ERC y EH Bildu en la comisi¨®n de secretos oficiales. In¨¦s Arrimadas acus¨® al Gobierno de ¡°arrastrarse¡± ante los independentistas y a estos de ¡°lloriquear¡±. La l¨ªder de Ciudadanos justific¨® que se vigile a los implicados en el proc¨¦s. Tambi¨¦n Macarena Olona, de Vox, cuya estridencia nunca defrauda: ¡°?D¨®nde est¨¢ el problema? Poco les han espiado...¡±. Como remate, la ya candidata a la Junta de Andaluc¨ªa culmin¨® con un ataque a uno de sus objetivos predilectos, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet: ¡°No desperdicia la ocasi¨®n para prostituir la C¨¢mara¡±.
En el fragor de la batalla con sus aliados, S¨¢nchez y sus ministros insistieron en exigir al PP que apoye el decreto sobre las consecuencias econ¨®micas de la guerra, que, entre otras cosas, consagra las medidas para aliviar el precio de la gasolina. Los populares insistieron en pedir a cambio que el Gobierno asuma alguna de las rebajas de impuestos que proponen. La portavoz del PP, Cuca Gamarra, dio la vuelta a la pregunta de S¨¢nchez: ¡°Elijan entre meterlos a ellos en los secretos oficiales o buscar con nosotros salidas para los espa?oles¡±.
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