El preso que prefiri¨® fugarse en lugar de ver los cuadros del Museo Thyssen
Un recluso de la c¨¢rcel madrile?a de Valdemoro aprovecha una salida programada al centro de arte para huir y est¨¢ en paradero desconocido
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Por su expediente penitenciario, Adolfo Q. S., de 35 a?os, no era un recluso conflictivo. Estaba ingresado en el llamado m¨®dulo de respeto del Centro Penitenciario de Madrid III, en la localidad madrile?a de Valdemoro, un espacio destinado a internos con buen comportamiento en los que estos se autogestionan las tareas y, si hay alg¨²n problema entre ellos, una comisi¨®n de convivencia hace labores de mediaci¨®n para tratar de solventarlo. Adem¨¢s, Adolfo ten¨ªa trabajo remunerado en uno de los talleres de la prisi¨®n y hab¨ªa disfrutado con anterioridad de permisos de salida sin ninguna incidencia. Y, sin embargo, el pasado jueves, aprovechando una salida junto a otros cinco reclusos para visitar el Museo Thyssen-Bornemisza, este preso huy¨® a la carrera cuando a¨²n no se hab¨ªa iniciado el recorrido por la pinacoteca. A¨²n no ha sido detenido, confirman fuentes de Instituciones Penitenciarias.
El suceso se produjo en el transcurso de lo que se conoce como ¡°salidas programadas¡±, actividades puntuales que realizan los presos fuera de la c¨¢rcel dentro de sus programas de reinserci¨®n. En la que aprovech¨® el recluso para huir, participaban seis presos e iban acompa?ados de dos terapeutas de una ONG que colabora de modo habitual con Instituciones Penitenciarios. En esta ocasi¨®n, no estaba presente ning¨²n funcionario de vigilancia de Prisiones, cuya presencia, aunque ¡°recomendable¡± seg¨²n se recoge en la instrucci¨®n interna que rige este tipo de salidas, no es obligatoria. El n¨²mero de acompa?antes tambi¨¦n se ajustaba a lo fijado: un m¨ªnimo de dos y, al menos, uno por cada cuatro internos. Tampoco se superaba el n¨²mero m¨¢ximo de reclusos, que es de 10.
Tras desplazarse desde la c¨¢rcel a Madrid en autob¨²s, los reclusos y sus dos acompa?antes se dirigieron desde donde el veh¨ªculo les hab¨ªa dejado al museo a pie. Una vez all¨ª, varios presos pidieron acudir al servicio antes de iniciar la visita. Cuando terminaron, las dos personas que les acompa?aban se dieron cuenta de que faltaba Adolfo. En ese momento, decidieron suspender la visita y volver de inmediato al centro penitenciario con el resto de los internos. El sindicato Acaip-UGT carg¨® en un comunicado contra la direcci¨®n del centro penitenciario, cuyo cese ha reclamado en los ¨²ltimos meses en varias ocasiones.
No es la primera que presos de la c¨¢rcel de Valdemoro aprovechan una salida programada para escapar. En 2012, dos internos escaparon durante una visita al Templo de Debod, tambi¨¦n en la capital. Horas despu¨¦s, uno de ellos muri¨® atropellado cuando intentaba cruzar a pie una v¨ªa de circunvalaci¨®n para dirigirse, al parecer, a comprar droga a un poblado chabolista. El segundo volvi¨® de modo voluntario al d¨ªa siguiente.
El Informe General de Instituciones Penitenciarias recoge que en 2020, ¨²ltimo a?o del que hay estad¨ªsticas, se realizaron 560 salidas programas en las c¨¢rceles dependientes del Ministerio del Interior (entonces, todas menos las de Catalu?a) en las que participaron 4.530 presos. Las estad¨ªsticas revelan que este tipo de actividades son aprovechadas de modo muy puntual para fugarse. De hecho, la mayor parte de los quebrantamientos de condena se producen porque los internos optan por no reingresar en prisi¨®n al t¨¦rmino de un permiso. En 2020, cuando se concedieron 62.796 permisos ordinarios o extraordinarios, de los que se beneficiaron 18.900 reclusos, se produjeron 269 quebrantamientos. Lo que representa un porcentaje de fracaso del 0,4% del total.
Precisamente en 2020 y en la c¨¢rcel de Valdemoro se produjo una de las pocas fugas desde dentro de una c¨¢rcel que se han producido en Espa?a en los ¨²ltimos a?os. El 5 de diciembre, escapan de prisi¨®n saltaron los muros Jonathan Mo?iz Alcaide El Piojo y su hermano Miguel ?ngel, dos conocidos aluniceros y butroneros (especializados en el robo en establecimientos comerciales tras estrellar un veh¨ªculo contra los escaparates o practicar agujeros en los muros). Meses despu¨¦s ambos eran detenidos de nuevo. Solo unos meses antes, en septiembre de ese mismo a?o, un interno de la c¨¢rcel de Melilla hu¨ªa tras escalar un muro. Entre la evasi¨®n y su arresto ¡ªfue detenido 17 horas despu¨¦s¡ª, el interno tuvo ocasi¨®n de visitar a su familia y subir a las redes sociales v¨ªdeos en los que alardeaba de su fuga.
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