Ronald Deibert, fundador de Citizen Lab: ¡°Los gobiernos usan Pegasus porque tienen apetito de espiar¡±

Ronald Deibert es un canadiense de 57 a?os, fundador y director del Citizen Lab, que nunca abandona los aires de profesor universitario de Ciencia Pol¨ªtica. Tira de met¨¢foras para explicar las t¨¦cnicas de su organizaci¨®n, adscrita a la Universidad de Toronto. Citizen Lab, laboratorio que cuenta con unos 40 colaboradores para investigar en el cruce entre las nuevas tecnolog¨ªas, los derechos humanos y la seguridad global, public¨® el 18 de abril el informe CatalanGate, un listado con 65 l¨ªderes independentistas supuestamente ciberespiados con Pegasus, una herramienta que la compa?¨ªa israel¨ª NSO proporciona a Estados y agencias oficiales. El informe ha removido los cimientos de la pol¨ªtica espa?ola y llev¨® al Gobierno a anunciar que el presidente Pedro S¨¢nchez y varios de sus ministros tambi¨¦n han sido atacados con la misma tecnolog¨ªa. A la semana siguiente, la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha sido destituida.

El jueves, horas despu¨¦s de la sustituci¨®n de Paz Esteban por Esperanza Casteleiro al frente de los servicios secretos, Deibert convers¨® con EL PA?S en un hotel madrile?o. Reh¨²sa cualquier invitaci¨®n y se acerca a la barra a pagar su botella de agua con gas. Hoy vuela de regreso a su pa¨ªs tras varios d¨ªas en Espa?a. ¡°No es un club ni un grupo de voluntarios¡±, dice sobre Citizen Lab. ¡°No somos una empresa. Ni una ONG. Hacemos investigaciones imparciales basadas en evidencias para el inter¨¦s p¨²blico. No actuamos a favor de ninguna causa en Espa?a. Hemos hecho investigaciones en muchos pa¨ªses y, para nosotros, esta es una m¨¢s. Somos independientes de todos los gobiernos. No desarrollamos investigaciones pagadas. Nos financiamos con subvenciones¡±.

Pregunta. ?De d¨®nde vienen esas subvenciones?

Respuesta. Principalmente de fundaciones. Muchas de ellas suelen renovar las subvenciones porque nuestro trabajo les parece relevante.

P. Sobre ustedes pesa la sospecha de que CatalanGate sea un informe de parte.

R. No lo es. Los mencionados en ese estudio no han tenido ni tienen ninguna influencia sobre lo que hemos escrito, cu¨¢ndo y c¨®mo lo construimos.

P. ?El informe CatalanGate ha sido encargado por ERC o Junts o sus entornos?

R. Absolutamente falso.

P. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con esos partidos, muchos de cuyos integrantes aparecen en el informe?

R. La misma relaci¨®n que un m¨¦dico con su paciente. Somos cient¨ªficos, los estudiamos para determinar su diagn¨®stico y se lo transmitimos verbalmente antes de publicar nada.

P. ?No deciden el momento en que publican sus investigaciones?

R. Nunca publicamos nada hasta que no est¨¢ listo para ello.

P. Pero cuando trabajan con partidos puede haber motivaciones pol¨ªticas en la elecci¨®n del momento de publicarlas.

Es absolutamente falso que el informe CatalanGate haya sido encargado por partidos y entornos de ERC o Junts Per Catalunya

R. Para nosotros no es relevante.

P. Lo ha sido en este caso.

R. ?Cu¨¢ndo no ser¨ªa relevante para este pa¨ªs algo as¨ª?

P. En este momento ha supuesto un tsunami pol¨ªtico.

R. ?No lo habr¨ªa sido en diciembre de 2017? No tuvimos evidencias entonces para publicarlas. ?No lo habr¨ªa sido hace un a?o? Este informe no trata solo sobre el espionaje a pol¨ªticos catalanes. Es una historia sobre la extensa y desproporcionada utilizaci¨®n de tecnolog¨ªas de vigilancia, presumiblemente por una o m¨¢s agencias del Gobierno espa?ol. Es una crisis de democracia en este pa¨ªs.

P. ?A qui¨¦n apunta como responsable de este espionaje?

R. Solo tenemos evidencias que se?alan a alguna o algunas agencias del Estado espa?ol. Uno: NSO argumenta que solo vende Pegasus a gobiernos. Dos: ?Qui¨¦n m¨¢s espiar¨ªa a la sociedad catalana de esta forma? Presidentes, vicepresidentes, parlamentarios¡­ ?Lo har¨ªa otro Gobierno? Altamente improbable. Y tres: en el rastro de los espiados hay informaci¨®n, como n¨²meros de la seguridad social, que solo podr¨ªa venir de alguna agencia del Gobierno espa?ol.

El espionaje a pol¨ªticos catalanes proviene de una o varias agencias del Estado espa?ol

P. El CNI solo ha reconocido haber espiado a 18 de los 65 casos que ustedes mencionan.

R. ?C¨®mo podemos verificar eso? ?Qu¨¦ han ense?ado en la comisi¨®n de secretos oficiales? ?Lo creen?

P. La directora de los servicios secretos ha sido cesada tras reconocer 18 casos. Podr¨ªa haber admitido el resto por el mismo coste que ha pagado.

R. Lo ¨²nico que puedo afirmar es la fiabilidad del 100% de ataques que hemos registrado [Citizen Lab detect¨® infecciones en 51 de los 65 investigados, seg¨²n el informe CatalanGate; el resto tambi¨¦n fueron considerados ataques de Pegasus sin llegar a suponer infecciones].

P. ?Podr¨ªa haber falsos positivos?

R. No. Nuestros m¨¦todos son muy precisos, desarrollados durante a?os.

P. En el caso del presidente del Gobierno se ha certificado el robo de informaci¨®n mediante un an¨¢lisis forense de su propio tel¨¦fono. Pero ustedes nunca tuvieron f¨ªsicamente en su poder los m¨®viles de los supuestamente espiados.

R. No lo necesitas. Contamos con un espectro de datos de m¨²ltiples fuentes. Hemos explorado la infraestructura utilizada por compa?¨ªas como NSO, que provee Pegasus. Todo el mundo deja antecedentes digitales. Si yo accedo a tu m¨®vil y es el Gobierno el cliente, NSO tiene un servidor aqu¨ª para enviar instrucciones que van de ordenador a ordenador y a cuyo rastro podemos acceder con mucha cautela. Tenemos acceso a bastante visibilidad de la infraestructura de NSO. Recibir el m¨®vil podr¨ªa no ser tan ¨²til para nosotros. Las compa?¨ªas cometen errores y dejan rastros.

P. EL PA?S ha publicado que al menos una decena de pol¨ªticos de Junts est¨¢n en contacto con ustedes para saber si han sido espiados antes del 1-O. ?A cu¨¢ntos pol¨ªticos independentistas catalanes est¨¢n rastreando ahora mismo?

R. No hablamos de nuestras investigaciones ni con qui¨¦n las hacemos por nuestros protocolos ¨¦ticos.

P. Ustedes dicen tener constancia de que el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, fue espiado mediante Pegasus ¡ªalgo que confirm¨® la destituida directora del CNI¡ª, pero no pueden determinar la fecha. ?C¨®mo pueden saber que fue espiado si no saben cu¨¢ndo sucedi¨®?

R. Pudimos concluir que Pegasus estuvo activo en su dispositivo por el rastro que solo puede provenir de dicha tecnolog¨ªa, pero no tuvimos acceso a otros indicadores que confirman el momento exacto.

P. ?Qui¨¦n cree que puede ser responsable del espionaje mediante Pegasus a integrantes del Gobierno, incluido el presidente?

R. Sabemos que los gobiernos usan Pegasus para espiarse entre s¨ª. El mercado del espionaje sin regulaci¨®n es un asunto de seguridad nacional. Cuando vi la noticia del espionaje a miembros del Gobierno espa?ol pens¨¦ que quiz¨¢ la gente se dar¨ªa cuenta de que este no es un asunto de pol¨ªticos catalanes, sino un problema mucho mayor. ?Podr¨ªa ser una naci¨®n extranjera? S¨ª. ?Podr¨ªa ser una agencia interna de inteligencia? Tambi¨¦n. Estas revelaciones, combinadas con CatalanGate, dan motivos para una investigaci¨®n independiente sobre lo que pasa en este pa¨ªs.

P. ?El Gobierno catal¨¢n podr¨ªa haberse espiado a s¨ª mismo mediante Pegasus?

R. No tengo pruebas sobre eso. La mejor forma de responder a esa pregunta ser¨ªa con una investigaci¨®n p¨²blica e independiente. Los gobiernos tienen apetito por espiar. Hay que afrontar este problema si creemos en la democracia y en los derechos humanos.

P. Elies Campo, uno de los investigadores de CatalanGate, es a la vez v¨ªctima del espionaje denunciado. ?No hay falta de neutralidad?

R. No hay conflicto de intereses. Haber sido v¨ªctimas de este tipo de ataques es algo que sucede en nuestra comunidad de investigadores. Tambi¨¦n es algo com¨²n matar al mensajero.

P. ?Est¨¢ dispuesto a facilitar a la justicia espa?ola toda la informaci¨®n sobre CatalanGate?

R. Si hay una petici¨®n oficial para cooperar, la someteremos a nuestros protocolos ¨¦ticos y cooperaremos como hemos hecho en otros casos.

P. ?Alguna autoridad espa?ola les ha demandado informaci¨®n?

R. No.