El caso del profesor que debe ir escoltado en la Universidad del Pa¨ªs Vasco por el acoso de compa?eros: ¡°Tengo miedo de que me tiren por las escaleras¡±

Aprobado general. Todos los alumnos del grado de Marina de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) han superado la asignatura Motores de Combusti¨®n Interna II, incluidos aquellos que dejaron en blanco la mayor parte de su examen. La universidad p¨²blica vasca ha decidido adoptar esta medida de gracia para tratar de resolver un conflicto interno que afecta gravemente a uno de sus profesores, el doctor titular I?aki Loro?o, y ha acabado involucrando a los estudiantes de la Escuela de Ingenier¨ªa de Bilbao (conocida como Escuela de N¨¢utica de Portugalete). El profesor Loro?o (58 a?os), funcionario de carrera con 26 a?os de trayectoria en la UPV, asegura ser v¨ªctima de un ¡°acoso permanente¡± por parte de profesores de su departamento y sufrir amenazas de alumnos que la direcci¨®n acad¨¦mica, seg¨²n su testimonio, ¡°ha dejado pasar por alto¡±. Est¨¢ de baja m¨¦dica y estudia poner a disposici¨®n de la polic¨ªa todo el material que probar¨ªa esta ¡°persecuci¨®n laboral¡±, incluidas grabaciones con los insultos y las amenazas de muerte que viene recibiendo. La universidad le ha ofrecido dejar la facultad y continuar con la docencia en las Aulas de la Experiencia a partir del pr¨®ximo curso.

El calvario que vive Loro?o arranca a?os atr¨¢s, hace seis cursos aproximadamente, cuando comenz¨® a advertir a sus superiores y al Rectorado de ¡°irregularidades¡± en la contrataci¨®n de profesores o que algunos docentes no estaban acreditados para impartir determinadas asignaturas y esto estaba poniendo en peligro que algunas titulaciones perdiesen sus homologaciones y los alumnos al terminar no pudiesen ejercer como oficiales de la marina mercante. M¨¢s tarde los alert¨® de la ¡°peligrosa situaci¨®n¡± de las instalaciones del taller principal de la Escuela de N¨¢utica. Tambi¨¦n puso al descubierto que otros profesores ¡°dejaban de impartir las clases que les correspond¨ªan¡± o incurr¨ªan en ¡°incompatibilidad por trabajar fuera de la universidad mientras dejaban de dar las clases¡±. Estas denuncias, todas documentadas, seg¨²n este docente, son el origen de la animadversi¨®n que le tienen compa?eros de profesi¨®n y que se ha sustanciado en ¡°insultos, vejaciones y una campa?a de desprestigio¡±.

¡°Tengo miedo, tengo miedo de ir a trabajar, de que me tiren por las escaleras, de que me peguen¡­¡±, escribi¨® Loro?o en noviembre pasado tras vivir un episodio violento protagonizado por otro profesor de su departamento: ¡°Fui insultado por esta persona en presencia del delegado de prevenci¨®n y la t¨¦cnica de prevenci¨®n de la UPV. Estaban presentes algunos de mis alumnos. Se abalanz¨® contra m¨ª, me grit¨® ¡®tramposo de mierda¡¯ mientras golpeaba de forma furibunda un libro y me increpaba y me dec¨ªa que ten¨ªa que dar ese libro¡±. Explica que no fue la primera vez que sufr¨ªa un ataque de este profesor, al que acusa de enviarle mensajes intimidatorios por correo y de llamarle con modales violentos por tel¨¦fono a casa cuando se encontraba de baja. Tiene pruebas de que orden¨® a los alumnos que ¡°tiraran el material de mi proyecto de investigaci¨®n a un s¨®tano inmundo¡± y que en horas de clase se dedic¨® a ¡°incitar a los alumnos¡± en su contra. Loro?o muestra grabaciones realizadas en clase en las que se oye, estando presente el director de su departamento, ¡°vamos a por ¨¦l¡±, ¡°a ver si le cazamos¡±, adem¨¢s de llamarle ¡°hijo de puta¡±.

Todos los escritos y grabaciones los ha puesto en conocimiento del Vicerrectorado de Personal Docente e Investigador, del defensor universitario Aldezle (una suerte de defensor del pueblo en la UPV) y del Servicio de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales. El vicerrector Federico Recart, en un escrito que le remite por correo electr¨®nico el pasado 10 de junio, le transmite que lamenta ¡°mucho¡± su situaci¨®n personal. Adem¨¢s, le comunica que la universidad ¡°no tiene pruebas¡± de las amenazas que viene denunciando y no puede admitir ¡°grabaciones que no sean aportadas por alguna de las personas que participa en las conversaciones grabadas¡±, aunque le aconseja a Loro?o que ¡°lo apropiado¡± es ponerlas ¡°a disposici¨®n de la autoridad no universitaria competente¡±. Y con respecto a su ¡°queja de acoso¡± laboral, le reitera que puede acudir a la comisi¨®n arbitral de la UPV, un ¨®rgano paritario que analiza estos casos.

La universidad ya hab¨ªa adoptado previamente otras medidas para tratar de que el conflicto no se agravara. En febrero decidi¨® que guardas jurados de la instituci¨®n escoltaran a Loro?o dentro de la escuela de ingenieros. Tambi¨¦n resolvi¨® que los dos profesores enfrentados no coincidieran en el centro. Loro?o ha tenido que ausentarse del trabajo en varias ocasiones por prescripci¨®n m¨¦dica, pues presenta ¡°cuadro ansioso-depresivo reactivo a factores externos (conflicto laboral)¡±, seg¨²n figura en uno de los informes psiqui¨¢tricos. Debe tomar medicaci¨®n a diario. Miguel Henares, delegado sindical de la UGT (Loro?o no est¨¢ afiliado a esta central), ha seguido ¡°al detalle¡± todo el proceso que est¨¢ viviendo este profesor y afirma que en los 35 a?os de trabajo en la universidad p¨²blica vasca no ha conocido ¡°ning¨²n caso tan sangrante como el que sufre Loro?o¡±. Este profesor recibi¨® en 2016 un premio internacional por su trabajo a favor de la educaci¨®n en Marina concedido por el Institute of Marine Engineering Science and Technology (Imarest).

En medio de este conflicto, se acerca la fecha del examen de la discordia. Varios alumnos, salvo uno, recusan a Loro?o y piden ser examinados por un tribunal. Tratan de apartarlo del examen, pero este logra mantenerse en la presidencia del tribunal evaluador. Es 30 de mayo y los 11 alumnos se presentan al examen. Son las 15.30. Dentro del aula solo comparece el profesor Loro?o. En la puerta hay dos guardas de seguridad. Uno de los profesores del tribunal decide quedarse fuera y ausentarse del examen; el otro, el presunto acosador, ni siquiera acude al centro. En los pasillos aguardan tambi¨¦n dos profesoras ajenas a la titulaci¨®n enviadas por el Rectorado y tres delegados sindicales, estos como testigos.

A las 20.15 Loro?o da por finalizado el examen. ¡°La mayor¨ªa [de los estudiantes] entrega el examen en blanco. Todos, salvo dos, escriben anotaciones como la siguiente: ¡®El problema 1 y el problema 2 no han sido dados en clase¡¯. Esto es falso y puedo demostrar que son dos ejemplos que figuran en el libro de la asignatura y qu¨¦ d¨ªas se explicaron en clase. Fueron aleccionados por alguien para evitar que fueran corregidos por m¨ª¡±, explica este profesor.

De pronto, sigue Loro?o con el relato de los hechos, las profesoras que hab¨ªan permanecido durante todo el examen fuera de la clase deciden que el examen debe continuar sin la presencia de ning¨²n miembro del tribunal y dan por finalizada la prueba a las 21.00. ¡°A los d¨ªas publican unas notas falsas sin mi conocimiento, con un aprobado para todos los alumnos, salvo para el ¨²nico que no me hab¨ªa recusado, al que suspenden. El Rectorado retira de inmediato las notas porque no hab¨ªan sido consensuadas por el tribunal. El 15 de junio convoco a los otros dos representantes para acordar las calificaciones, pero ninguno de los dos se presenta¡±. El d¨ªa 23 de junio los alumnos no conoc¨ªan a¨²n sus notas.

Cuando este diario se interes¨® este pasado jueves por el caso de Loro?o y pregunt¨® por qu¨¦ no se hab¨ªan publicado las calificaciones, un portavoz de la UPV asegur¨® que esta instituci¨®n est¨¢ formada por ¡°un colectivo con casi 6.000 profesionales¡± y que ¡°ante cualquier conflicto la universidad se remite a las actuaciones administrativas o, en su caso, judiciales en las que se sustanciar¨¢¡±. ¡°No entramos a debatir ni a rebatir un caso concreto¡±, indic¨® un portavoz de la UPV. Con respecto al caso de las notas, precis¨® que ¡°est¨¢ en v¨ªas de soluci¨®n¡±. Al d¨ªa siguiente, viernes, se hizo p¨²blico el aprobado general. Al ¨²nico alumno que no recus¨® a Loro?o y no estaba sujeto al dictamen del tribunal, lo han aprobado con un 5, cuando su profesor ya le hab¨ªa otorgado un ¡°sobresaliente¡± y firmado su acta. Este estudiante ha comunicado por escrito al defensor universitario que ha sido ¡°estafado¡± y le anuncia que est¨¢ preparando una demanda judicial contra la universidad al considerar que han sido vulnerados sus derechos.